miércoles, 24 de diciembre de 2014

LA NOCHE DE NAVIDAD DE TERESA DE LISIEUX

“La Noche de Navidad de 1886 la llamará Teresa de Lisieux su noche de luz, ‘la noche de mi conversión’. Un acontecimiento capital transforma el resto de su vida: el paso de la infancia a la edad adulta.

El padre y las hijas vuelven de la misa del gallo. ‘Al llegar, comencé a saborear la alegría de ir a la chimenea a recoger (los regalos) en mis zapatos..' Pero esta vez el padre.. ‘No vio con gusto aquella noche los zapatos colocados en la chimenea y pronunció unas palabras que me partieron el corazón: !En fin, menos mal que ya es el último año!’. La reacción del señor Martín desmitologiza de un golpe a los ojos de Teresa el rito de los zapatos en la chimenea y lo desvaloriza radicalmente.

 Un pasaje de una carta de 1896 es todavía más explícita: ‘La noche de Navidad de 1886 fue en verdad decisiva en mi vocación, pero para calificarla con más claridad debo llamarla la noche de mi conversión. En esa noche bendita de la cual está escrito que ilumina las delicias del mismo Dios, Jesús, que se hacía niño por mi amor, se dignó sacarme de los pañales e imperfecciones de la infancia. Me transformó de tal suerte que no me conocía a mi misma’.

Ese don de la fuerza se le concede, paradójicamente,  en la fiesta de Navidad, cuando Cristo aparece como un niño, como un ser sin fuerza. El Cristo de la conversión de Teresa es el que se muestra fuerte a través de su debilidad…En esta narración de conversión se describe una especie de choque luminoso..esta noche de luz que ella vivió no la llama Teresa así a causa de una iluminación especial que hubiera tenido, sino de un acto que se operó y a través del cual quedó ella transformada..Cristo la hizo salir de la infancia, siendo éste el principio del último período de su vida, el período adulto y definitivo.

 Habrá que recordar siempre, cuando se hable del ‘camino de infancia’ de Teresa de Lisieux, que no puede tratarse de una invitación a la regresión y la puerilidad, puesto que Cristo se le presentó a Teresa como el que le concede lo que ella estima decisivo: salir de la infancia, y para siempre.

Si Teresa insiste en el papel de Cristo en esta transformación que se opera en ella, no hay que olvidar la cooperación que ella aportó a su vez, y el valor con que dio el paso. Teresa acepta con energía todas sus frustraciones..Puede decirse que la fuerza de alma es en Teresa el fondo mismo de su carácter… La conversión de Navidad consiste precisamente en que para ella Jesús viene a darle su fuerza y la acepta como una niña, lo cual precisamente le permite no ser ya como una niña. En adelante ésa será la fuente de su alegría. La conversión de Navidad la vuelve.. ‘armada para la guerra’, todo lo contrario a las imágenes insípidas con que se ha querido presentarla.”

JEAN FRANCOIS SIX. La verdadera infancia de Teresa de Lisieux.


A todos y todas, amigos y amigas, les deseo
!FELIZ NAVIDAD!



domingo, 14 de diciembre de 2014

LAS CONDICIONES DEL PÁJARO SOLITARIO:


Son cinco.


La primera, que se va lo más alto;
la segunda, que no sufre compañía, aunque sea de su naturaleza;
la tercera, que pone el pico al aire;
la cuarta, que no tiene determinado color;
la quinta, que canta suavemente.

Las cuales ha de tener el alma contemplativa que se ha de subir sobre las cosas transitorias, no haciendo más caso de ellas que si no fuesen, y ha de ser tan amiga de de la soledad y silencio, que no sufra compañía de otra criatura; ha de poner el pico al aire del Espíritu Santo, correspondiendo a sus inspiraciones, para que haciéndolo así, se haga más digna de su compañía; no ha de tener determinado color, no teniendo determinación en ninguna cosa, sino en lo que es voluntad de Dios; ha de cantar suavemente en la contemplación y amor de su Esposo.


SAN JUAN DE LA CRUZ

sábado, 13 de diciembre de 2014

SUBIDA Y CÁNTICO: DOS MOMENTOS DE UNA EXPERIENCIA

“La obra de San Juan de la Cruz, más biográfica y experiencial que dogmática,  ha de entenderse en su totalidad,  de manera que no puede limitarse sólo al tema del Cantar de los Cantares (Cántico), ni al de la Subida con las “Nadas”. Ambos momentos (Subida y Cántico) han de verse en unidad, como las dos caras de una misma experiencia del Dios “extraño” que se hace lo más íntimo del hombre. Según esto, el Cántico no se puede entender simplemente como un juego poético de juventud que debe superarse para así pasar después al plano superior del duro “ascenso” ascético, formulado por la “nadas” (con su elemento de Cruz), sino que ofrece los símbolos primeros y finales de su vida y de su obra, permitiendo de esa forma que podamos entenderla en su totalidad.

Sin abrirse a la experiencia del Cántico, las “nadas” de la Subida terminarían siendo un puro masoquismo. Pero sin arraigarse en las “nadas” de la Subida (sin entender el amor como pérdida de sí), las formulaciones del Cántico podrían convertirse en evocación poética vacía, que no puede “crear” aquello que proclama ni venir a presentarse como plenitud de la existencia humana."



XABIER PIKAZA. San Juan de la Cruz: sus cuatro obras principales. Conferencia en Úbeda, 2013.

lunes, 1 de diciembre de 2014

RENOVACION DEL CARMELO TERESIANO...



Para que la vida religiosa, dentro de la Iglesia, conserve su talante evangélico, ha de estar siempre renovándose, buscando ser respuesta viva a la llamada de Jesús y a las necesidades concretas del mundo en el que está llamada a vivir el seguimiento desde un carisma concreto. Sin embargo, al convertirse en institución, en estructura, la vida religiosa se estanca, se instala, y ya no puede estar todo lo disponible que hace falta para ser evangelio. Por eso deberían ser importantes, momentos especiales, las Reuniones Capitulares que se realizan en las diversas instancias de cada familia religiosa, y sin embargo, salvo los Capítulos Generales, los demás suelen ser puros encuentros formales, que se quedan en agua de borrajas; documentos, normas a revisar, cambio de responsabilidades, e incluso lucha interna por pequeñas parcelas de poder. Falta a menudo visión de futuro, libertad para deshacer lo que lastra el crecimiento, compromiso de asumir de  verdad, y no formalmente, el seguimiento radical del Maestro. Ahora los Carmelitas Descalzos han realizado un Definitorio especial, un año antes de su Capítulo General, y de ahí han emanado algunos documentos de interés que he estado revisando, en los que encuentro ideas interesantes para pensarnos como vida religiosa en la Iglesia, con propuestas que de aplicarse adecuadamente supondrían algún cambio de mentalidad para entender quiénes somos y a qué estamos llamados.
 En esta etapa que la Orden va finalizando, y que cierra con las celebraciones del Centenario del nacimiento de Teresa, nuestra madre, se convocó a todo el Carmelo a releer sus libros detenidamente, reflexionando en el proyecto del cual hoy somos partícipes. Era una buena propuesta, que sin embargo en muchas comunidades o grupos se realizó parcialmente, más por cumplir lo mandado que por dejarse interpelar por el magisterio de nuestra fundadora, redescubriendo los ejes fundamentales de nuestro carisma en la Iglesia hoy. Aun así seguro que algo quedará, que alguna semilla dejará sus frutos, sobre todo entre los más jóvenes. Ahora, en el Definitorio, el Prepósito General lanza otra propuesta, con objetivo similar: volver a leer nuestra Regla, Constituciones y Normas, para redescubrir en ellas la concreción de nuestro carisma, con la posibilidad de reescribirlas, Constituciones y Normas, con un lenguaje más actualizado, menos formal y más comprensible y aplicable en nuestras realidades concretas.
 Se quedará también este ejercicio comunitario y carismático en meros actos formales, de cumplimiento, o servirá para animar y renovar nuestra manera de ser, en la Iglesia, comunidad libre y liberadora, de Jesús?


FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...