viernes, 9 de diciembre de 2022
ORACIÓN POR LA COMUNIDAD
miércoles, 7 de diciembre de 2022
SAN JUAN DE LA CRUZ: EL OFICIO DE AMAR
SAN JUAN DE LA CRUZ: DIOS EN FEMENINO
"Comunícase Dios en esta interior unión al alma con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano ni amistad de amigo que se le compare. Porque aún llega a tanto la ternura y verdad de amor con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma, -¡oh cosa maravillosa y digna de todo pavor y admiración!-, que se sujeta a ella verdaderamente para la engrandecer, como si él fuese su siervo y ella fuese su señor. Y está tan solícito en la regalar, como si él fuese su esclavo y ella fuese su Dios: ¡tan profunda es la humildad y dulzura de Dios! Porque él en esta comunicación de amor en alguna manera ejercita aquel servicio que dice él en el Evangelio (Lc. 12, 37) que hará a sus escogidos en el cielo, es a saber, que, ciñéndose, pasando de uno en otro, le servirá. Y así, aquí está empleado en regalar y acariciar al alma como la madre en servir y regalar a su niño, criándole a sus mismos pechos. En lo cual conoce el alma la verdad del dicho de Isaías (66, 12), que dice: A los pechos de Dios seréis llevados y sobre sus rodillas seréis regalados.
¿Qué sentirá, pues, el alma aquí, entre tan soberanas mercedes? ¡Cómo se derretirá en amor! ¡Cómo agradecerá ella, viendo estos pechos de Dios abiertos para sí con tan soberano y largo amor! Sintiéndose puesta entre tantos deleites, entrégase toda a sí misma a él, y dale también sus pechos de su voluntad y amor, y sintiéndolo y pasando en su alma al modo que la Esposa lo sentía en los Cantares (7, 10-12), hablando con su Esposo, en esta manera: Yo para mi Amado, y la conversión de él para mí. Ven, Amado mío; salgámonos al campo, moremos juntos en las granjas; levantémonos por la mañanica a las viñas y veamos si ha florecido la viña y si las flores paren frutos, si florecieron las granadas. Allí te daré mis pechos, esto es, los deleites y fuerza de mi voluntad emplearé en servicio de tu amor".
San Juan de la Cruz
Cántico Espiritual B (Canción 27, # 1 -2)
SAN JUAN DE LA CRUZ: ACTITUD ANTE LA NOCHE
Así habla nuestro santo a una de sus dirigidas, y son consejos sabios para vivir esos momentos de aridez u oscuridad que todos padecemos en algunos momentos del camino espiritual:
"Como ella anda en esas tinieblas y vacíos de pobreza espiritual, piensa que todos le faltan, y todo; mas no es maravilla, pues en eso también le parece le falta Dios. Mas no le falta nada, ni tiene ninguna necesidad de tratar nada, ni tiene qué, ni lo sabe ni lo hallará, que todo es sospecha sin causa. Quien no quiere otra cosa sino a Dios, no anda en tinieblas, aunque más oscuro y pobre se vea".
"Nunca mejor estuvo que ahora, porque nunca estuvo tan humilde ni tan sujeta, ni teniéndose en tan poco, y a todas cosas las cosas del mundo; ni se conocía por tan mala, ni a Dios por tan bueno, ni servía a Dios tan pura y desinteresadamente como ahora, ni se va tras las imperfecciones de su voluntad y enterez, como quizá solía. ¿Qué quiere? ¿Qué vida o modo de proceder se pinta ella en esta vida? ¿Qué piensa que es servir a Dios, sino no hacer males, guardando sus mandamientos, y andar en sus cosas como pudiéremos? Como esto haya, ¿Qué necesidad hay de otras aprehensiones ni otras luces ni jugos de acá o de allá, en que ordinariamente nunca faltan tropiezos y peligros al alma, que con sus entenderes y apetitos se engaña y se embelesa y sus (mismas potencias la hacen errar. Y) así es gran merced de Dios cuando las oscurece, y empobrece al alma de manera que no pueda errar con ellas; y como no se yerre, ¿Qué hay que acertar sino ir por el camino llano de la ley de Dios y de la Iglesia, y sólo vivir en fe oscura y verdadera, (y esperanza cierta y caridad entera, y esperar) allá nuestros bienes, viviendo acá como peregrinos, pobres, desterrados, huérfanos, secos, sin camino y sin nada, esperándolo allá todo? Alégrese y fíese de Dios, que muestras le tiene dadas que puede muy bien, y aún lo debe hacer; y si no, no será mucho que se enoje viéndola andar tan boba, llevándola él por donde más la conviene, y habiéndola puesto en puesto tan seguro. No quiera nada sino ese modo, y allane el alma, que buena está, y comulgue como suele. El confesar, cuando hubiere cosa clara. Y no tiene que tratar. Cuando tuviere algo, a mí me lo escribirá, y escríbame presto, y más veces... ".
San Juan de la Cruz
Carta a Doña Juana de Pedraza
(Segovia, 12 de octubre de 1589)
lunes, 28 de noviembre de 2022
DURUELO, TERESA Y EL CARMELO DESCALZO MASCULINO
domingo, 27 de noviembre de 2022
TERESA DE JESÚS Y EL ADVIENTO
viernes, 18 de noviembre de 2022
LA TENTACIÓN DEL CLERICALISMO EN EL CARMELO
sábado, 5 de noviembre de 2022
FRANCISCO PALAU Y QUER: AMOR A DIOS Y A LA IGLESIA
FRANCISCO PALAU es el primer carmelita descalzo español beatificado después de san Juan de la Cruz. Nació en Aitona (Lérida) el 29 de diciembre de 1811, séptimo de una familia numerosa de 9 hijos. Educado por su familia en un un ambiente rural de profunda piedad y religiosidad popular, donde primaba el amor a la Virgen. Conoció de cerca el horror y las penurias de la invasión francesa y la reacción de sus padres, identificados con el lema "Dios, Patria y Rey". Destacó en sus estudios, y protegido y ayudado por su hermana Rosa, pudo ampliarlos y completar su educación. Hizo su primera comunión entre los 13/14 años, y en 1828 ingresa al seminario diocesano, para abandonarlo luego en 1832, tras haber cursado la filosofía y parte de la teología, para hacerse carmelita. En octubre de ese año pasó del convento de Lérida al noviciado de los carmelitas descalzos en Barcelona.
Pero las cosas se complicarían con la revolución de julio de 1835 y la exclaustración, que acabó con la vida conventual del joven Francisco, que había pronunciado sus votos el 15 de noviembre de 1833. Según mandato de su superior provincial fue ordenado sacerdote en Barbastro el 2 de abril de 1836 por el obispo Santiago Fort i Puig. En aquella España dividida y ensangrentada por conflictos civiles y entendida como una cruzada religiosa, Palau llevó una vida de intensa oración, soledad y predicación, dirección espiritual y desprendimiento de todo tipo de beneficio, incluso de orden ministerial. Solía refugiarse en una cueva a 2 kilómetros de Aitona, convertida por él en un santuario de plegaria y silencio, donde pasaba las noches orando a Dios Padre en favor de la Iglesia.
Tras la derrota carlista, en julio de 1840, Palau pasó a Francia con su hermano menor, Juan, y la fama de santidad le acompañó por donde quiera que fue, haciendo vida de ermitaño; imitado y seguido por muchos; fue también denunciado e incomprendido, porque su modo de vivir no encajaba en la visión republicana y las funciones sacerdotales. Palau se defendió con un escrito titulado "La vida solitaria no se opone a las funciones de un sacerdote sobre el altar", pero finalmente se vio obligado a abandonar el suelo francés, y regresar a España en abril de 1851, incardinándose en la diócesis de Salamanca.
El obispo diocesano le instó a que abandonara su vida de ermitaño y se incorporara al plan pastoral diocesano. Tras un mes de retiro, obedeciendo al obispo, elaboró la regla de vida de los grupos que dirigía, hizo de director espiritual de los nuevos ordenandos, animó la pastoral trabajando con jóvenes y asociaciones religiosas y civiles, y promoviendo iniciativas a favor de los emigrantes. Fue fundador y director de la Escuela de la Virtud, primera catequesis para adultos en la capital del principado, y fue publicista y colaborador de la prensa católica. Al final, todas esas iniciativas suyas y de la diócesis le enfrentaron con las autoridades civiles liberales, y junto al obispo fue desterrado, uno a Cartagena y otro a Ibiza. La defensa que hiciera Palau de los derechos de la Iglesia y sus prerrogativas hicieron que aun en el destierro estuviera bajo vigilancia; siempre tuvo claro que hacía lo correcto y que sufría por el nombre de Cristo y por amor a su Iglesia.
Regresó entonces a la más estricta soledad y renovó la búsqueda del querer de Dios en la oración y el silencio. El islote de El Vedrá, en pleno Mediterráneo, se convirtió en el Sinaí de Francisco Palau. En ese duro peñasco quedaron grabadas sus palabras: "Solo a solas con Dios". Seis años de destierro. De nuevo la soledad. Breves salidas para predicar, el ideal de sus jóvenes años de carmelita. Es el carisma palautino, fuente de una espiritualidad eclesial, lo que originó y alimentó su santidad con iniciativas misioneras: fundador de congregaciones religiosas (Hermanos y Hermanas Carmelitas), exorcista, misionero popular, fundador y director de un periódico-seminario, El Ermitaño, , y un tratado de eclesiología para los cristianos, La Iglesia de Dios, etc.
Murió en Tarragona, el 20 de marzo de 1872, en cuyo arzobispado había presentado un mes antes las Constituciones que debían dar estabilidad y forma a los Terciarios y Terciarias Carmelitas por él fundados en 1860 y 1861 respectivamente. En Tarragona, en la casa madre de las Carmelitas Misioneras Teresianas, se veneran sus restos mortales en una capilla visitada por los devotos del beato Palau y custodiada por sus hijas espirituales. La producción literaria de Francisco Palau es abundante y responde a exigencias e iniciativas pastorales y de dirección espiritual, excepción hecha de su "diario íntimo". Escribió en cuatro idiomas: castellano, catalán, francés y latín. Casi todos sus libros han sido publicados en modernas ediciones y traducidos a varios idiomas: Lucha del alma con Dios, Catecismo de las virtudes, Mes de María, Cartas, Mis relaciones con la Iglesia, El Exorcista y El Ermitaño.
El 24 de abril de 1988 el papa Juan Pablo II lo proclamó beato; su fiesta litúrgica fue fijada para el 7 de noviembre.
ALABANZA DE GLORIA: SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD
sábado, 29 de octubre de 2022
COMUNIDAD: BUSCAR JUNTOS LA VOLUNTAD DE DIOS (2)
La vida de una comunidad implica el servicio y estas reuniones son servicios que se hacen por el bien de todos. Jesús dice: “Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, yo estoy allí en medio de ellos”. Reunidos, esto implica una unión, un encuentro. Jesús no puede estar presente si las personas no se reúnen más que en el plano material, y se niegan a estar en comunión unos con otros.
domingo, 16 de octubre de 2022
TERESA DE JESÚS: SANTA SIN CEREMONIAS
TERESA DE JESÚS: MUJER ILUMINADA
martes, 27 de septiembre de 2022
COMUNIDAD: LA IMPORTANCIA DE ENCONTRARNOS (1)
Para que una comunidad se forje realmente es necesario que sus miembros puedan juntarse como personas, como hermanos, y no sólo para trabajar. La vida comunitaria implica un compromiso personal que se realiza en los encuentros entre personas. Pero hay veces en que estos se esquivan; se tiene miedo porque comprometen. Se huye hacia lo pragmático, la organización, la ley, el trabajo o el activismo. Se huye del encuentro real con el otro, pero para amarse es necesario encontrarse. La creación de una comunidad es algo distinto del encuentro de personas individuales. Es crear un cuerpo y un sentido de pertenencia, un lugar de comunión, y esto supone re-unirse.
miércoles, 21 de septiembre de 2022
SANTA TERESA EN LA LITERATURA
Por su parte, Tres novelas teresianas constituye un viaje estimulante al siglo XVI español, donde se mezclan personajes históricos con otros como Don Quijote, Sancho Panza, Don Juan o Lázaro de Tormes. Este libro se articula como un retablo barroco que recoge en tres narraciones cortas tres estampas de la vida de la Santa de Ávila.
martes, 20 de septiembre de 2022
NOTAS SOBRE LA INFANCIA DE TERESA DE LISIEUX (6): LA EDUCACIÓN DE LAS HERMANAS MARTIN
¿Cuál es el clima familiar en el año 1876, cuando Teresa tiene 3 años?
A Celia Martín le vuelven con frecuencia sus antiguas ideas monásticas ("No hago más que soñar con el claustro y la soledad", le escribe en 1876 a Paulina). También con frecuencia siente desaliento, y está completamente obsesionada con los negocios, se siente atada a su trabajo. Sigue teniendo ideas bien negativas con respecto al mundo y al matrimonio.
A María, hermana de Teresita, de 16 años, adolescente bonita y bien hecha, le pasa algo similar; es romántica, pero le teme al mundo. Hay en ella también un temor casi enfermizo al matrimonio. Una vez la señora Martin hablo del día en que se case, y María comenzó a sollozar y pide que no le vuelvan a hablar jamás de eso.
Está también Celina: muy dócil y dulce, "del todo inclinada a la virtud, tiene un alma cándida y siente horror al mal". María la maltrata y obliga a plegarse siempre en provecho de Teresa. Pero la pequeña extraña todo el tiempo a Paulina, que es alegre, vivaz y vigorosa.
En este contexto de habla siempre de la muerte y del más allá. Ese es el tema de las cartas que intercambian. Las predicaciones en la iglesia tratan con insistencia de muerte y de penas, de infierno y purgatorio, de condenación y pecado. Celia se preocupa por la salud de su hermano, y también por su hermana religiosa; esta última muere el 24 de febrero de 1877, a los 47 años de edad, y todos le hacen "encargos para el cielo".
Celia lee vidas de santos con agrado, en las que se insiste en el deseo de morir para ir al cielo. Teresa cuenta una anécdota al respecto en su autobiografía (Ms A, 5r, página89). Ser un ángel para ir al cielo es lo que preocupa a la niña Teresa; se le inculcan actitudes angélicas todo el tiempo. Y para ir al cielo hay que ser "buena": uno de los medios que preconiza Celia Martín consiste, como ya hemos visto antes, en las prácticas de virtud: ir sumando sacrificios insignificantes.
La ideas de Celia Martin acerca de la santidad y la educación de sus hijas aparece reflejada con muchos ejemplos en el capítulo tercero del libro que sigo en estas notas. Dicho ideal, y la espiritualidad que brota de él, puede resumirse en algunas expresiones: sacrificios y escrúpulos; dependencia; ideal religioso que marca la vida laical, moralismo, repulsa del mundo. En carta a su hermano, Dositea, hermana religiosa de Celia Martín, le dice a propósito del matrimonio de este: "Dios se las arregla de forma que no nos deja encontrar felicidad completa en la tierra". Dios es para ella aquel que se las ingenia para no dejar ser felices a los seres humanos, a fin de que deseen dejar este mundo e ir al cielo. Es un Dios que tiene sed de sufrimientos y de sangre, incluso el sufrimiento de los niños, que entiende como fuente de méritos y gloria.
La espiritualidad dolorista y reparacionista de Dositea la comparte Celia, y en ella entrena a sus hijas: examen minucioso de sus faltas y en la conciencia de la culpa; también en el propósito de sufrir por los demás o en lugar de ellos.
Así identifica Jean Francoise Six a las hermanas de Teresa: María es la hermana mayor; Paulina, la preferida de Celia Martín; Leonia, la menos querida o la más imperfecta; Celina, la intrépida. Y luego Teresa, la más viva.
Es en este contexto en que Celia Martín recibe la mala noticia de que tiene un tumor maligno en el pecho y que este no es operable, ya que ella demoro mucho en comunicarlo o en ver a un médico. Lo comunica a su familia, aunque tiene esperanza de que todavía vivirá mucho tiempo. Teresa también participa de ese ambiente, y enseguida se enferma: se siente oprimida, se resfría, está diferente.
(Cont...)
miércoles, 7 de septiembre de 2022
QUIERO VER A DIOS
martes, 30 de agosto de 2022
NOTAS SOBRE LA INFANCIA DE TERESA DE LISIEUX (5): PRIMEROS PASOS
lunes, 22 de agosto de 2022
NOTAS SOBRE LA INFANCIA DE TERESA DE LISIEUX (4): LAS HERMANAS QUE ENCUENTRA TERESITA AL NACER
FRANCISCO HABLA DE TERESA
“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...