sábado, 29 de octubre de 2022

COMUNIDAD: BUSCAR JUNTOS LA VOLUNTAD DE DIOS (2)

 

La vida de una comunidad implica el servicio y estas reuniones son servicios que se hacen por el bien de todos. Jesús dice: “Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, yo estoy allí en medio de ellos”. Reunidos, esto implica una unión, un encuentro. Jesús no puede estar presente si las personas no se reúnen más que en el plano material, y se niegan a estar en comunión unos con otros.

Es necesario saber sufrir en las reuniones, pasar momentos de discusiones penosas, a veces incluso de luchas. Puede haber estallidos y que algunas personas se expresen con cierta violencia. Todo eso es normal; en un día no se aprende a dejar atrás las propias ideas ni los propios proyectos, para adherirse a las ideas, a los proyectos de la comunidad. Se necesita tiempo para tener confianza en los demás y en la comunidad. Poder expresarse es una liberación. Una comunidad debe tener la suficiente capacidad de escucha como para que cada persona pueda encontrar su liberación.

El éxito de una reunión de comunidad depende de la manera en que la gente se prepara interiormente
. Si todos vienen con un espacio interior de silencio, con disponibilidad y entusiasmo, la reunión será viva y fructífera. Si llegan descontentos y de mal humor (¡Otra reunión más!) seguro que el encuentro será estéril. En una comunidad hay siempre personas a las que les gustan las reuniones y otras a las que no les gustan (unos las ven como un momento para liberarse de las exigencias del trabajo habitual, y otros como pérdidas de tiempo). Pero participar en una reunión comunitaria no es simplemente hablar: implica también escuchar, renunciar a imponer las propias ideas, defender o probar algo que nos concierne. Hay que tener la certeza de que Jesús está presente y nos conduce en nuestra búsqueda de verdad, y que cada uno tiene un don que aportar a la reunión. Juntos encontramos la voluntad de Dios y su verdad.

Desde fuera y visto bajo la perspectiva de la eficacia, este momento comunitario, de diálogo y discernimiento, puede parecer una pérdida total de tiempo, pero desde dentro, ese tiempo aparentemente perdido es importante, porque nos permite clarificar las opciones, dificultades y riesgos para la cohesión interior del grupo. “Toda pérdida de tiempo para el diálogo, en realidad es solo aparente; quiere decir tiempo ganado en seguridad, confianza en sí y en los demás”. Por eso, en una reunión siempre es importante que todos tengan tiempo para expresarse, para decir su opinión, y si están en desacuerdo para manifestar sus razones. Las comunidades deben aprender a aceptar y a amar las diferencias.

La comunidad es siempre una llamada a superarse
. Algunos pueden ser fácilmente anulados e incluso manipulados por el grupo, o dominados por un miedo terrible a ser rechazados si lo contradicen o se muestra diferente a los demás. La pertenencia debería ser siempre para la superación. Si nos esforzamos por agradar a Jesús y no solamente al grupo, entonces creceremos y la comunidad será para las personas. Claro que Jesús quiere que también seamos sumisos a la comunidad; de ahí la necesidad de discernimiento y sabiduría.

En una comunidad todos están llamados a colaborar. La comunidad es ante todo un lugar de comunión, que se basa en una experiencia común de amor fraterno, reconociendo que somos un solo cuerpo, llamado por Dios a ser fuente de amor y paz. Hay que dar prioridad a la vida cotidiana, a las realidades particulares, los símbolos, los encuentros y celebraciones que despiertan y sostienen esta experiencia de comunión. Cuando una comunidad no es más que un lugar de trabajo, está en peligro.

Ideas tomadas de “La comunidad”, de Jean Vanier.

domingo, 16 de octubre de 2022

TERESA DE JESÚS: SANTA SIN CEREMONIAS

De un hermano en el Carmelo Teresiano, tomado de su perfil de Facebook, hablando del talante alegre y desenfadado de Santa Teresa

"Saludos desde Soria en la fiesta de santa Teresa de Jesús, psicóloga antes de la psicología, feminista antes del feminismo, primera mujer doctora “honoris causa” por una universidad civil, primera mujer doctora de la Iglesia, mística, poeta, fundadora y muchas cosas más. Pero lo que más llama la atención es su profundo sentido del humor y su simpatía.

A santa Teresa de Jesús le gustaba decir: "Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía". Tenía muy claro que "un santo triste es un triste santo" y añadía: "Dios nos libre de los santos encapotados". Le gustaba el buen humor, la sencillez y la naturalidad hasta el punto de afirmar que "cuanto más santos, han de ser más conversables". Y lo que más apreciaba en el padre Gracián es que "sabe unir la perfección y la suavidad".

En una ocasión se encontraba en el monasterio de Soria (justo donde me encuentro yo ahora). La comunidad eligió como priora a la madre Catalina de Cristo. Una monja preguntó a una novicia qué le parecía la madre fundadora. La novicia respondió con sencillez que no le parecía tan santa como ella se esperaba, porque se reía mucho; y que le parecía más santa la priora de la casa, que era más seria.

Santa Teresa lo oyó y dijo a la novicia: "¡Alto ahí! La madre Catalina es más santa que yo, porque es muy virtuosa, en eso dices verdad, que yo tengo la fama y ella las virtudes. Pero no es más santa porque se ríe poco, que eso no es una virtud, sino un defecto!"

Sor Juana de la Cruz, abadesa de las descalzas reales de Madrid, cuando conoció a santa Teresa en 1569, dijo a sus monjas: “Bendito sea Dios, que nos ha permitido ver una santa a quien todas podemos imitar, que come, duerme y habla como nosotras y anda sin ceremonias”.

Verdaderamente ella era muy poco amiga de ceremonias tanto en la vida como en el culto cristiano: le gustaban las cosas sencillas y "sin artificio".

Su sobrina Teresita, hija de Lorenzo de Cepeda, testimonió a su muerte: “Tenía un exterior tan desenfadado y cortesano, que nadie por eso la juzgaba por santa; pero tenía en toda ella un no sé qué tan de sustancia, que hacía fuerza que creyesen y viesen los que la trataban, que era muy santa sin esforzarse por parecerlo”.

15 de octubre de 2022. Eduardo Sanz de Miguel, o.c.d.

TERESA DE JESÚS: MUJER ILUMINADA

Pedro Miguel Lamet
escribe el siguiente texto para RELIGIÓN DIGITAL, a propósito de la memoria litúrgica de TERESA ayer: 

"Me preguntan en El Cultural qué puede fascinar de Teresa de Jesús a un joven de hoy desde la perspectiva de la fe. En las escasas líneas que me conceden, diré en primer lugar que “la mujer”. En una época de marginación absoluta de las féminas, Teresa, enorme lectora y mejor autora, funda las descalzas, se enfrenta a los calzados, se cartea con Felipe II, sortea a la Inquisición y escribe con valentía que las mujeres tienen más fe que los hombres hasta afirmar: "¡No somos tan fáciles de conocer las mujeres!, que muchos años las confiesan, y después ellos mismos se espantan de lo poco que han entendido”.

Si Hernando de Talavera le escribe a Isabel la Católica que “comúnmente las mujeres están y fueron hechas para estar encerradas e ocupadas en su casa, y los varones para andar en procurar las cosas de fuera”, la andariega atraviesa España fundando en una carreta. Cuando escribí mi novela biográfica sobre san Juan de la Cruz, me sorprendió cómo éste estuvo siempre a sus órdenes, como toda la rama masculina del Carmelo.

No menos sorprendente es su libertad en lo espiritual. Lleva adelante su propio camino. Es cierto que se ayuda de confesores, sobre todo de los más ilustrados, dominicos y jesuitas, pero cambia con libertad y frecuencia, según lo necesita. Y no tiene miedo de plasmar sus experiencias en sus escritos, entre sospechas inquisitoriales de iluminismo.

Pero sobre todo fascina la doctora de la Iglesia (se retrasó esta proclamación hasta Pablo VI porque se pensaba que obstat sexus) como mística. En un momento como el actual de avidez de contemplación, con la práctica del yoga, el zen y el mindfulness, ahondar en su autobiografía o en Las Moradas es apuntar al silencio interior, donde el ser humano puede intuir la unidad del todo y el último sentido de la vida. ”Acá no hay nada de esto, ni se ve oscuridad, sino que se representa una por una noticia del alma más clara que el sol”. Todo con los pies el suelo, sentido común y una encantadora “humildad, que es la verdad”.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...