lunes, 1 de diciembre de 2014

RENOVACION DEL CARMELO TERESIANO...



Para que la vida religiosa, dentro de la Iglesia, conserve su talante evangélico, ha de estar siempre renovándose, buscando ser respuesta viva a la llamada de Jesús y a las necesidades concretas del mundo en el que está llamada a vivir el seguimiento desde un carisma concreto. Sin embargo, al convertirse en institución, en estructura, la vida religiosa se estanca, se instala, y ya no puede estar todo lo disponible que hace falta para ser evangelio. Por eso deberían ser importantes, momentos especiales, las Reuniones Capitulares que se realizan en las diversas instancias de cada familia religiosa, y sin embargo, salvo los Capítulos Generales, los demás suelen ser puros encuentros formales, que se quedan en agua de borrajas; documentos, normas a revisar, cambio de responsabilidades, e incluso lucha interna por pequeñas parcelas de poder. Falta a menudo visión de futuro, libertad para deshacer lo que lastra el crecimiento, compromiso de asumir de  verdad, y no formalmente, el seguimiento radical del Maestro. Ahora los Carmelitas Descalzos han realizado un Definitorio especial, un año antes de su Capítulo General, y de ahí han emanado algunos documentos de interés que he estado revisando, en los que encuentro ideas interesantes para pensarnos como vida religiosa en la Iglesia, con propuestas que de aplicarse adecuadamente supondrían algún cambio de mentalidad para entender quiénes somos y a qué estamos llamados.
 En esta etapa que la Orden va finalizando, y que cierra con las celebraciones del Centenario del nacimiento de Teresa, nuestra madre, se convocó a todo el Carmelo a releer sus libros detenidamente, reflexionando en el proyecto del cual hoy somos partícipes. Era una buena propuesta, que sin embargo en muchas comunidades o grupos se realizó parcialmente, más por cumplir lo mandado que por dejarse interpelar por el magisterio de nuestra fundadora, redescubriendo los ejes fundamentales de nuestro carisma en la Iglesia hoy. Aun así seguro que algo quedará, que alguna semilla dejará sus frutos, sobre todo entre los más jóvenes. Ahora, en el Definitorio, el Prepósito General lanza otra propuesta, con objetivo similar: volver a leer nuestra Regla, Constituciones y Normas, para redescubrir en ellas la concreción de nuestro carisma, con la posibilidad de reescribirlas, Constituciones y Normas, con un lenguaje más actualizado, menos formal y más comprensible y aplicable en nuestras realidades concretas.
 Se quedará también este ejercicio comunitario y carismático en meros actos formales, de cumplimiento, o servirá para animar y renovar nuestra manera de ser, en la Iglesia, comunidad libre y liberadora, de Jesús?


FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...