miércoles, 2 de septiembre de 2020

ALGUNAS IDEAS SOBRE EL CÁNTICO, de San Juan de la Cruz


Introducción
: El título del libro no es original del santo; le puso ese nombre un editor, pensando en su relación con el Cantar de los Cantares bíblico. En los códices aparece como “Declaración de las canciones que tratan del ejercicio de amor entre el alma y el esposo Cristo”. Aunque el santo tiene otros poemas o canciones, cuando se dice Las Canciones… se refiere a este libro en particular. 

La obra ha llegado a nosotros en dos redacciones: Cántico A y Cántico B; ambas son auténticas. El poema no nació todo junto, de un golpe de inspiración, sino que se escribió en diferentes etapas; las primeras 31 canciones en la cárcel de Toledo; las tres siguientes cuando era rector del colegio de Baeza; las cinco últimas posiblemente siendo prior en Granada. 

Tampoco el comentario a los poemas, la prosa, se escribió de un golpe; las carmelitas le fueron obligando a comentar una u otra canción, según iba pasando por sus conventos y él se las declaraba. Nacieron del diálogo espiritual entre ellos. 

Los libros de San Juan de la Cruz no tuvieron la misma fortuna que los de Teresa, de la que conservamos varios autógrafos; ninguna de las versiones del Cántico se conserva de la mano del Santo, pero sí disponemos de muchas copias, muy bien validadas, e incluso con notas y tachaduras de su autor. 

El santo dedicó este libro a la Madre Ana de Jesús (Lobera), que estableció con Juan una fuerte amistad espiritual, sobre todo ya en el período en que ambos coincidieron en Granada. Es ella la que luego en años posteriores fundaría el Carmelo Descalzo en Francia y Bélgica. 

El tema de este libro es el AMOR: emerge sin restricciones, con toda la fuerza de una vocación; en él “todo se mueve por amor y en el amor”. Cántico es la obra predilecta de Juan, su creación más querida y laboriosa, a juzgar por los cuidados constantes que le dedica. La obra es un reflejo de la propia alma del santo, pues ha vivido su vida, su camino espiritual, en clave de amor, con luces y tinieblas; amor no solamente al final, en la unión plena con el Amado, sino en cada tramo del camino. Sin el amor como sostén del camino y meta final no se entenderían las renuncias que el santo proponer, ni valdría la pena imitarle en esta búsqueda. 

Nosotros vamos a seguir el CÁNTICO B, o segunda redacción, el que ha recibido más atención, por ser más completo, más amplio y claro doctrinalmente. Suele ser el preferido de los lectores que buscan en esta obra experiencia y mística y guía espiritual. 

En el prólogo de su obra San Juan de la Cruz nos propone unas claves para poder entender su propuesta

1. La sabiduría y el amor de Dios son inmensos y, por lo mismo, inefables. 

2. La experiencia que de ellos hace el alma, movida por el Espíritu Santo, participa de esa misma inmensidad e inefabilidad. 

3. Renuncia, en principio, a toda expresión adecuada. 

4. Por lo que tratará de dar un pálido reflejo de la realidad viva a base del símbolo, como hace la Escritura en el Cantar de los cantares. 

5. El símbolo encuentra su marco apropiado en la poesía. 

6. La experiencia se degrada ulteriormente al ser explicada con términos conceptuales y en prosa. 

7. Dentro de esos límites, Juan se propone otros más restringidos: explicará solamente algunos puntos elevados de oración. 

8. Invita al lector a que se ayude del comentario, con toda libertad y vaya luego directamente al poema, y allí vislumbre la realidad mística. 

9. Así el lector dispone de una doble vía de acceso: la teología y la experiencia mística; la segunda muy superior a la primera. 

10. El prólogo de la obra ayuda lo mismo para la lectura del poema y del comentario. 

Algunos autores han querido hacer coincidir el proceso vivencial del santo con el proceso redaccional del poema o del comentario, lo cual parece difícil de sostener; lo cierto es que Cántico tiene un fondo abundante de experiencia personal depurada de detalles y anécdotas, y enriquecida con el estudio, la experiencia ajena y la reflexión del santo. 

ESQUEMA: 

El orden que llevan las canciones, según la mente de su autor, abarcan desde que el alma empieza a servir a Dios hasta que llega a su último estado de perfección (matrimonio espiritual). 

#Vía purgativa… Principiantes… Canciones 1-5 

#Vía iluminativa…Aprovechados… Canciones 6-12 

#Vía unitiva… Perfectos (desposorio y matrimonio) … 

Canciones 13-35 

#Estado beatífico… Canciones 36-40 

También podemos entenderlo de este otro modo

Canciones 1-12: Búsqueda ansiosa. 

Canciones 12-21: Encuentro de amor 

Canciones 22-35: Unión plena 

Canciones 36-40: Aspiración a gloria.

(Tomado de la introducción al libro, en OBRAS COMPLETAS de San Juan de la Cruz, y otros textos). 

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...