martes, 9 de abril de 2019

MOMENTOS DE LA SEMANA SANTA 1

DOMINGO DE RAMOS: La Iglesia celebra ese día el misterio de Cristo, luchador y triunfante, en su unidad y totalidad. El acontecimiento histórico de la entrada triunfal es punto de partida para contemplar y revivir todo el misterio pascual. Las dos fases del misterio de Cristo aparecen con un relieve especial en la liturgia de este día y conviene presentarlas al pueblo como partes indisolubles de un todo: el aspecto triunfal y el aspecto de pasión. El primero, principalmente en la procesión; el segundo,  en la misa. La entrada puede ser solemne, con procesión o sin ella, o simplemente una entrada simple a la celebración, sin bendición de ramos.  El color litúrgico es el rojo Es característico de esta liturgia la lectura de la pasión del Señor, según uno de los Evangelios sinópticos (en este ciclo C, el de Lucas). La homilía del sacerdote debe ser breve, y se reza el Credo, y el prefacio es propio. 

En muchos lugares la liturgia de este día es muy vistosa, por los ramos o palmas que los fieles agitan durante toda la celebración, de un vivo color verde. Esta celebración inaugura la celebración anual de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, que se iniciaron con su entrada triunfal en Jerusalén. 

Lecturas Bíblicas:
Isaías 50, 4-7: Habla de la figura del siervo sufriente, de su dolor y de su confianza. Dios acompaña a su siervo, y convierte su camino de prueba en redención para todos.
Salmo 21: ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?
Filipenses 2, 6-11: Cristo quiso compartir el camino de la humanidad, y salvarla desde dentro. Por eso los cristianos no pueden contemplar las luchas del mundo desde fuera, desde lejos, sino colaborar eficazmente en el mejoramiento del mundo.
Lucas 22, 14-23.56. 

Los tres actos de la Pasión de Cristo:

1. El primer acto de la Pasión de Jesús es la negación de Jesús como superhombre: él se angustia mortalmente ante la perspectiva de la Pasión. Solamente cede, tras una larga oración en la que acepta la muerte como voluntad de Dios. El masoquismo (ni siquiera el heroico) tiene nada que ver con la mística cristiana. 

2. El segundo acto de la Pasión nos presenta a Jesús frente a sus acusadores: él no acude a subterfugios, sino que confiesa claramente su "delito" y asume con valentía todas las consecuencias. La Iglesia no debe buscar la persecusión , pero tampoco eludirla ni esquivarla con subterfugios diplomáticos, tan contrarios al espíritu del Evangelio.

3. El tercer acto de la Pasión es la aceptación definitiva de la muerte, sin intentar comprometer a Dios para que realice un "milagro" que tendría mucho de show espectacular más que de testimonio de la solidaridad con todas las víctimas humanas del abuso de poder. 

En resumen: Jesús entrega su vida como colofón de la misión que ha recibido de su Padre; su muerte no es un acto que sorprenda si seguimos su itinerario de vida. Jesús abraza su compromiso de amor con la humanidad  hasta excusar incluso a los mismos que le arrebatan la vida.

ORACIÓN:
Fortalecidos con tan santos misterios, te dirigimos esta súplica Señor: del mismo modo que la muerte de tu hijo nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su resurrección nos alcance la plena posesión de lo que anhelamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.

Cristo sigue siendo para nosotros "el que viene en el nombre del Señor", para hacernos entrar con él en la Jerusalén celeste (en la casa del Padre, en Dios), después que vivamos la Pascua de la muerte y la resurrección, según él nos ha dado ejemplo. 

(Esta entrada está en proceso, es decir, puede tener cambios)


FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...