jueves, 20 de febrero de 2014

PARA LEER A SANTA TERESA... VIDA 6

En este capítulo: Teresa joven y tullida. En la enfermería. Recurre a San José, y lucha por abrirse camino hacia Dios. Sufrimientos atroces y convalecencia larga. Siguen luego ocho meses de inmovilidad, y tres años de lenta recuperación del movimiento y de la salud. llenan el relato dos recuerdos contrapuestos:
1. el de la enfermedad.
2. el de la lucha por la vida espiritual.

Victoriosa Teresa frente a la terrible prueba física, sale sin embargo semiderrotada y maltrecha de la otra prueba. Entre una y otra, comparece la figura de San José, su médico del cuerpo y su maestro de oración. Experiencia primeriza y profunda de relación personal con el santo bíblico.
El relato culmina en la oración final (9), toda ella concentrada sobre el misterio de lo vivido, pero pronunciada ahora que siente la propia vida en sintonía con San Pablo, ahora que "ya no vive ella"....

ESQUEMA
- Del 1 al 4: En la enfermería, dolores físicos, lucha espiritual.
- Del 5 al 8: San José, médico de cuerpo y alma.
-El 9: soliloquio de oración.

CRONOLOGÍA: fines del verano de 1539-1540....


"Quedé de estos cuatro días de paroxismo de manera que sólo el
Señor puede saber los incomportables tormentos que sentía en mí:
la lengua hecha pedazos de mordida; la garganta, de no haber
pasado nada y de la gran flaqueza que me ahogaba, que aun el
agua no podía pasar; toda me parecía estaba descoyuntada; con
grandísimo desatino en la cabeza; toda encogida, hecha un ovillo,
porque en esto paró el tormento de aquellos días, sin poderme
menear, ni brazo ni pie ni mano ni cabeza, más que si estuviera
muerta, si no me meneaban; sólo un dedo me parece podía menear
de la mano derecha...". (6,1)

"No sé cómo queremos vivir, pues es todo tan incierto. Parecíame a mí, Señor mío, ya imposible dejaros tan del todo a Vos; y como
tantas veces os dejé, no puedo dejar de temer, porque, en
apartándoos un poco de mí, daba con todo en el suelo.
Bendito seáis por siempre, que aunque os dejaba yo a Vos, no me
dejasteis Vos a mí tan del todo, que no me tornase a levantar, con
darme Vos siempre la mano; y muchas veces, Señor, no la quería,
 ni quería entender cómo muchas veces me llamabais de nuevo...". (6,9)

 Muchas explicaciones se han dado para la extraña enfermedad de Teresa; clínicos, psicólogos y psiquiatras, filósofos y escépticos han querido encontrar una explicación racional a los síntomas descritos por ella, y asociarlos a sus posteriores experiencias místicas (hablas, éxtasis y revelaciones, etc), pero lo cierto es que se trata de un proceso misterioso, cuyos interlocutores, Dios y Teresa, no revelarán nunca del todo. El lenguaje del místico es apenas un intento de expresar lo inefable, lo totalmente Otro, lo Divino.


FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...