miércoles, 21 de noviembre de 2018

EDITH STEIN Y EL MARTIRIO CRISTIANO


ALGUNAS NOTAS TOMADAS EN CONGRESO DE ALACAR, sobre EDITH  STEIN Y EL MARTIRIO CRISTIANO.

PRIMERA PARTE (Sandra, religiosa carmelita misionera de chile).

Cuando pertenecemos a Dios todo lo humano nos pertenece.
Tres niveles vocacionales: genérico (humano), específico (hombre/mujer), personal (individual).
La vida divina se comunica a cada uno según su condición.
Principio de complementariedad entre hombres y mujeres.
Maternidad /fecundidad martirial.
Llamada a la totalidad y a la armonía. Es una totalidad relacional.
Crear espacios libres para liberar.
Lo propio de la mujer es humanizar la realidad y las relaciones.
Un martirio humanizador.
Román Ingarden , amigo de Edith Stein, cartas.
Pueblo y pertenencia: cómo soy yo en medio de un pueblo, cuál es mi singularidad. Solidaridad con un pueblo, incluso cuando no compartimos sus elecciones. Personalización del pueblo.
Momentos de noche colectiva.
Edith toma sobre sí la cruz del pueblo de Israel en el holocausto, que para ella es la cruz de Cristo. Actitud discipular. Contempló a su nación como una realidad personal. Y la abrazó por amor cristiano. Ella murió por su pueblo, bajo el signo de la cruz.
La cruz alcanza un valor de humanidad, valor de sobre abundancia derramada. Reveladora de la verdad de un proyecto.
Identificarme con los pueblos que sufren. Recuperar individualidad e identidad. Recuperar la mística martirial, pero con carácter liberador y humanizador.

SEGUNDA PARTE (Saverio Canistrá, ocd, Prepósito General).

Dimensión martirial de la vocación cristiana y carmelitana.
En el siglo XX, muchos mártires.
El camino de Jesús tiene una dimensión martirial que no se puede obviar.
El mundo que rechazamos como cristianos son los anti valores, no la realidad.
El martirio es un acto de amor por Dios y por los hombres. El mártir acepta las consecuencias extremas de su opción bautismal.
No hay cristianismo sin esfuerzo.
El bautismo no es una elección del cristiano, sino consecuencia de su opción evangélica. No es tanto un soldado, sino un testigo. Es un hombre débil que recibe su fuerza de Dios.
Edith Stein acepta la cruz sin saber  cómo se realizará concretamente su donación. Ella sabe que es la entrega generosa de la vida a la voluntad de Dios lo que salvará al mundo.
Puede Dios exigirnos el martirio solo para su honor y gloria, o mira más bien el bien de los hombres? (Yo).
El testimonio de una viuda, de religión protestante, tocó la incredulidad de teresa; luego vino un largo proceso en el que hay que insertar la lectura de santa Teresa.

El descanso en Dios.
Pasar de la pasividad en sentido antropológico a la pasión de Cristo. Centralidad de la cruz en la espiritualidad de Edith Stein.
Cómo filósofa y como consagrada ella está buscando entregarse a la verdad.
Cómo puedo dedicar tiempo a cosas frívolas con la sed que tengo de conocer, estudiar, aprender...
Vocación eclesial, está el mundo ardiendo... En el Carmelo no venimos a huir de la batalla, sino a ponernos en el centro del combate. Su condición judía la coloca como palabra para las minorías actuales, incluso cuando no formaba parte comprometida de ella.
Estar en la presencia de Dios por todos, eso es expiación.
Entregarse al amor de Dios, no a su justicia... Ser un vaso vacío para la gracia de Dios. Martirio como acto de amor.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...