miércoles, 18 de noviembre de 2020

PARA AVIVAR EL ALMA

Cada tiempo litúrgico que vivimos en la Iglesia, cada celebración de nuestra fe. cada ritual, cada devoción, cada vivencia espiritual, ha de ser siempre camino para avivar el alma, para animar nuestra vida interior al punto de que entre en el dinamismo del gozo y la esperanza. Así lo expresa Santa Teresa en un texto que podríamos tomar como paradigma de todo nuestro itinerario hacia Dios. Él no quiere para nosotros angustias ni temores, sino gozo, fortaleza, esperanza. No arrinconemos el alma, ni la agobiemos, sino cuidemos nuestro ser, nuestro espíritu, nuestro cuerpo, para que todo lo que somos camine hacia Dios.

Andemos confiadamente por esas moradas interiores y miremos siempre al centro de nuestro ser donde nace Cristo cada día.


Tornemos ahora a nuestro castillo de muchas moradas. No
habéis de entender estas moradas una en pos de otra, como cosa en hilada, sino poned los ojos en el centro, que es la pieza o palacio adonde está el rey, y considerar como un palmito, que para llegar a lo que es de comer tiene muchas coberturas que todo lo sabroso cercan. Así acá, alrededor de esta pieza están muchas, y encima
lo mismo. 
Porque las cosas del alma siempre se han de considerar con plenitud y anchura y grandeza, pues no le levantan nada, que capaz es de mucho más que podremos considerar, y a todas partes de ella se comunica este sol que está en este palacio. Esto importa mucho a cualquier alma que tenga oración, poca o mucha, que no la arrincone ni apriete. Déjela andar por estas moradas, arriba y abajo y a los lados, pues Dios la dio tan gran dignidad…”.

Santa Teresa, Moradas.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...