lunes, 31 de marzo de 2014

OTRAS FRASES DE EDITH STEIN PARA LA ORACIÓN PERSONAL

1. “Deposite confiadamente todas las preocupaciones sobre el futuro en las manos de Dios y déjese guiar por Él como un niño. Entonces esté seguro de que no puede errar en el camino”. 
(Edith Stein)


2. “Es bueno adorar al Crucificado en una imagen; pero mejor aún que en imágenes de madera o de piedra, es adorarlo en imágenes vivientes: en esas personas que viven según la imagen de Cristo”. (Edith Stein)


3. “Uno no puede agarrarse a Cristo, sin seguirle”. (Edith Stein)


4. “Es bueno pensar que tenemos nuestro derecho de ciudadanía en el Cielo y a los santos por conciudadanos y compañeros. Así uno soporta más fácilmente ciertas cosas que pasan en la tierra”. 
(Edith Stein)


5. “Cuanto más se oscurece todo a nuestro alrededor, más tenemos que abrir el corazón a la luz que viene de arriba”. (Edith Stein)


6. “No es posible ser creyente sin la gracia. Por otra parte, la fe sólo se puede desarrollar cuando aceptamos la gracia con libertad”. (Edith Stein)


7. “La vida espiritual no se aviva solamente conviviendo con personas espirituales, sino también en el encuentro con figuras de vida espiritual muy peculiar” (Edith Stein)


8. “¿Ha hecho el Señor alguna diferencia entre el hombre y la mujer? En su amor no conoció ni conoce ninguna diferencia. Y parece que hoy llama a las mujeres, y además en gran número, para tareas muy específicas en su Iglesia”. (Edith Stein)


9. “Cada criatura tiene su propio sentido y ése es su modo personal para ser imagen de la esencia divina”. (Edith Stein)


10. “La oración es como la escalera de Jacob. Por ella puede ascender hasta Dios el espíritu del hombre. Y por ella desciende la gracia divina hasta los humanos”. (Edith Stein)


miércoles, 26 de marzo de 2014

"PERDIENDO LAS MERCEDES QUE EL SEÑOR ME HIZO"

Ya comentamos en una entrada anterior acerca del capítulo 7 del LIBRO DE LA VIDA de Teresa, en el que ella hace un balance crítico de muchos años, alrededor de un decenio, entre sus 25 y sus 35 años de edad. Teresa describe su situación, mencionando tres realidades de su vida que manifiestan que su vida transcurre básicamente hacia afuera, más en lo exterior que en lo interior:

1. Andar como los muchos: es decir, vivir haciendo simplemente lo que hace la mayoría.
2. Fingiendo cristiandad: conformándose con lo aparente, con el cumplimiento de preceptos exteriores.
3. Cuidando su buen nombre: lo que llama la santa, "la negra honra", que tuvieran buena opinión de ella.

Son tres tentaciones frecuentes para quien busca recorrer la senda espiritual, pero se queda en la práctica exterior religiosa, y no utiliza esta para adentrarse en la aventura del conocimiento propio y del descubrimiento del  "castillo interior", en cuya morada más íntima habita Dios.
Teresa se aleja de la oración, deja de mirar hacia adentro, y por tanto rehuye la mirada de Dios. Prefiere seguir la corriente, hacer lo que hacen los otros, en este caso su numerosa comunidad religiosa, y renuncia a tomar en sus manos la propia vida. Así es más fácil, se corren menos riesgos, se está más cómodo.
Pero Dios sigue actuando en Teresa, no se cansa de trabajar y luchar por ella.  Teresa alcanza a descubrir la pedagogía de Dios en una frase: "El Señor da siempre oportunidad, si queremos". Y luego, con otra frase, muestra la enorme gratuidad del Dios de su vida: "Con grandes regalos castigabas mis delitos".

Teresa destaca también la gran importancia de las amistades espirituales. No andar solos por este camino, sino buscar a otros y juntarse con ellos, para "hacerse espaldas".
 Teresa defiende la absoluta necesidad de perseverar en el camino de la oración, más allá de nuestra conducta, y en ello radica la importancia de este capítulo en la biografía teresiana; capítulo para leer y meditar una y otra vez.

viernes, 21 de marzo de 2014

DIEZ FRASES DE EDITH STEIN PARA LA ORACIÓN PERSONAL

 “La religión no es algo para vivir en un rincón tranquilo y durante unas horas de fiesta, sino que debe ser la raíz y fundamento de toda la vida. Y esto, no sólo para algunos escogidos, sino para todo cristiano que lo sea de verdad”. 

 “Cuanto más sube el alma hacia Dios, más desciende al fondo de sí misma. La unión tiene lugar en lo más íntimo, en su hondón más profundo”. 

 “De quien va de la mano de Dios surgen corrientes de agua vivificadora, a la vez que desarrolla una misteriosa atracción. Sin pretenderlo, tiene que convertirse en guía para los demás y engendrar y ganar hijos e hijas para el Reino de Dios”. 

 “Para los cristianos no existen los hombres extraños. Nuestro prójimo es todo aquel que tenemos ante nosotros y que tiene necesidad de nosotros. Y es indiferente que sea nuestro pariente o no; que nos caiga bien o nos disguste…”. 

 “Nosotros no tenemos que juzgar, sino confiar en la insondable misericordia de Dios. Pero sin eludir nuestras responsabilidades ya que vivimos aquí y ahora para alcanzar nuestra salvación y la de aquellos que nos han sido confiados”. 


 “Siempre ha estado lejos de mi pensamiento eso de que la misericordia de Dios esté circunscrita a los límites de la Iglesia visible. Dios es la verdad. Y quien busca la verdad, busca a Dios”. 

 “Nuestro mayor misterio es el de nuestra libertad personal. Tanto, que incluso Dios se retrae ante ella. Él solo quiere la soberanía sobre los seres creados cuando la propia entrega es un regalo plenamente libre hecho por amor”. 

 “Lo que Dios obra en su interior durante las horas de meditación no se percibe a simple vista. Pero se supone una gracia tan grande, que todas las demás horas de la vida están agradecidas e influidas por este tiempo de meditación”. 

 “He llegado a la conclusión de que hay que dar a la vida interior el alimento que necesita, sobre todo cuando la actividad exterior es mucha”. 

“Mi vida comienza de nuevo con el amanecer de cada mañana y termina cada noche. Más allá no tengo ni planes ni proyectos. Naturalmente que puedo planear cosas para mi tarea diaria; pero eso no me debe ocasionar preocupación por el mañana”


Edith Stein

martes, 18 de marzo de 2014

CUANDO JESÚS PIDE DE BEBER...

El tercer domingo de Cuaresma leemos, en el Evangelio de Juan, el pasaje del encuentro de Jesús con la mujer samaritana. La frase de Jesús a la mujer: "Dame de beber", despierta ecos en la espiritualidad del Carmelo Teresiano.

"¡Oh, qué de veces me acuerdo del agua viva que dijo el Señor a la Samaritana!, y así soy muy aficionada a aquel Evangelio; y es así, cierto, que sin entender como ahora este bien, desde muy niña lo era, y suplicaba muchas veces al Señor me diese aquel agua, y la tenía dibujada adonde estaba siempre, con este letrero, cuando el Señor llegó al pozo. Domine, da mihi aquam".

Teresa de Jesús
Vida 30, 19.

"Un domingo, mirando una estampa de Nuestro Señor en la cruz, me sentí profundamente impresionada por la sangre que caía de sus divinas manos. Sentí un gran dolor al pensar que aquella sangre caía al suelo sin que nadie se apresurase a recogerla. Tomé la resolución de estar siempre con el espíritu al pie de la cruz para recibir el rocío divino que goteaba de ella, y comprendí que luego tendría que derramarlo sobre las almas...
También resonaba continuamente en mi corazón el grito de Jesús en la cruz: «¡Tengo sed!». Estas palabras encendían en mí un ardor desconocido y muy vivo... Quería dar de beber a mi Amado, y yo misma me sentía devorada por la sed de almas... No eran todavía las almas de los sacerdotes las que me atraían, sino las de los grandes pecadores; ardía en deseos de arrancarles del fuego eterno...".

Teresa de Lisieux
"Historia de un alma"
Manuscrito A, capítulo 5

lunes, 17 de marzo de 2014

CUANDO EL ALMA SE PONE MÁS EN ESPÍRITU...

Hoy traigo un pasaje de san Juan de la Cruz, en el que se habla del paso de una oración  discursiva y racional, a otra más  reposada, abierta y libre, definitivamente más espiritual; se trata más bien de un "dejarse llevar" o un "reposar en Dios". Así apunta el maestro:

"De donde yerran mucho muchos espirituales, los cuales, habiendo ellos ejercitádose en llegarse a Dios por imágenes y formas y meditaciones, cual conviene a principiantes, queriéndolos Dios recoger (a bienes) más espirituales interiores e invisibles, quitándoles ya el gusto y jugo de la meditación discursiva, ellos no acaban, ni se atreven, ni saben desasirse de aquellos modos palpables a que están acostumbrados; y así, todavía trabajan por tenerlos, queriendo ir por consideración y meditación de formas, como antes, pensando que siempre había de ser así. En lo cual trabajan ya mucho y hallan poco jugo o nada; antes se les aumenta y crece la sequedad y fatiga e inquietud del alma cuanto más trabajan por aquel jugo primero, el cual es ya excusado poder hallar en aquella manera primera, porque ya no gusta el alma de aquel manjar, como habemos dicho, tan sensible, sino de otro más delicado y más interior y menos sensible, que no consiste en
trabajar con la imaginación, sino en reposar el alma y dejarla estar en su quietud y reposo, lo cual es más espiritual

Porque, cuanto el alma se pone más en espíritu, más cesa en obra de las potencias en actos particulares, porque se pone ella más en un acto general y puro; y así, cesan de obrar las potencias que caminaban para aquello donde el alma llegó, así como cesan y paran los pies acabando su jornada, porque, si todo fuese andar, nunca habría llegar, y si todos fuesen medios, ¿dónde o cuándo se gozarían los fines y término?

Por lo cual es lástima ver que hay muchos que, queriéndose su alma estar en esta paz y descanso de quietud interior, donde se llena de paz y refección de Dios, ellos la desasosiegan y sacan afuera a lo más exterior, y la quieren hacer volver a que ande lo andado sin propósito, y que deje el termino y fin en que ya reposa por los medios que encaminaban a él, que son las consideraciones. Lo cual no acaece sin gran desgana y repugnancia del alma, que se quisiera estar en aquella paz, que no entiende, como en su propio puesto. Bien así como el que llegó con trabajo donde descansa, si le hacen volver al trabajo, siente pena. Y como ellos no saben el misterio de aquesta novedad, dales imaginación que es estarse ociosos y no haciendo nada, y así no se dejan quietas, procurando considerar y discurrir, de donde se llenan de sequedad y trabajo por sacar el jugo que ya por allí no han de sacar. Antes les podemos decir que, mientras (más) aprietan, menos les aprovecha, porque, cuanto más porfían de aquella manera, se hallan peor; porque más sacan al alma de la paz espiritual, y es dejar lo más por lo menos y desandar lo andado (y querer hacer lo que está hecho)".


San Juan de la Cruz
"Subida del Monte Carmelo"
Libro II, Capítulo 12, 6-7.

jueves, 13 de marzo de 2014

EDITH STEIN: FILÓSOFA Y SANTA

"Edith Stein nació en Breslau en una familia judía y fue la última de siete hermanos. Su padre murió cuando ella era muy pequeña. Su madre tuvo que encargarse del negocio de maderas de su marido para poder sacar adelante a su numerosa familia. Desde muy joven demostró grandes dotes intelectuales. De pequeña fue una niña con un carácter muy difícil y mucho genio, pero a los siete años, según ella misma cuenta, “comenzó a prevalecer en mí lo razonable. Mi anterior obstinación pareció desaparecer y en los años siguientes fui una niña flexible. Las explosiones coléricas fueron ya más raras y alcancé pronto un autodominio, de tal modo que casi sin lucha podía mantener una paz armónica”. A los 13 años pierde la fe y será atea hasta los 21. Es sorprendente leer hoy en su tesis doctoral sobre la empatía su declaración de ateísmo: “Aun siendo yo no creyente, puedo comprender que otra persona sacrifique por su fe todos los bienes terrenales que posee. Veo que ella actúa así e intuyo como valor orientador de su actuación un motivo cuyo correlato no es accesible para mí. Entonces le adjudico un estrato que yo no poseo. De esta manera consigo, por medio de la empatía, entender el tipo del homo religiosus que me es esencialmente extraño”.
En su juventud ya demostró la fortaleza de carácter y determinación que luego sería una constante a lo largo de su vida. “Una vez que algo subía a la clara luz de la conciencia y tomaba firme forma racional nada podía detenerme. Ciertamente, experimentaba una especie de placer deportivo en emprender lo aparentemente imposible”, dice de ella misma. Después de un par de años de estudiar historia y psicología en la Universidad de Breslau, se va a Gotinga a estudiar filosofía, fascinada por la lectura de los dos tomos de las Investigaciones lógicas de Husserl, por el nuevo método fenomenológico que allí se proponía y por el prestigio del filósofo, con quien publicará su tesis doctoral y a quien luego seguirá a Friburgo para ser su asistente. Tendrá un papel determinante en la publicación del primer volumen de las Ideas relativas a una fenomenología pura, para el que tuvo que ordenar 57 manuscritos de Husserl y reelaborar mil páginas. Para la publicación del segundo tomo, tuvo que estructurar casi diez mil hojas manuscritas del Maestro (como ella lo llamaba). En 1919 intentó acceder a un puesto universitario, pero le es denegado por su condición de mujer (más tarde, con la ascensión del nazismo, se le destituirá de su cargo por ser judía). 

El ejemplo de Santa Teresa

Una tarde de verano de 1921, en casa de unos amigos, casi por pasar el rato, coge Las Moradas de Santa Teresa y se produce la conversión. “Comencé a leer, me sentí cautivada inmediatamente y no cesé hasta el final. Cuando cerré el libro me dije: «¡Esta es la verdad!»”. En la experiencia mística de Santa Teresa reconoció Stein su propia experiencia interior como verdad. “Aparte de las Confesiones de San Agustín –escribe la filósofa–, no hay otra narración como la de Teresa en la literatura mundial que lleve como esta el sello de la veracidad, que sepa penetrar tan inexorablemente con un rayo de luz en los rincones más escondidos del alma, y que sea un testimonio tan conmovedor de la misericordia de Dios”. Y es que ella pensaba (como Simone Weil) que en las cuestiones esenciales “un hombre sencillo del montón, en virtud de una mayor iluminación, puede superar al mayor erudito”.
También por esas fechas le impresionó hondamente la entereza con la que la viuda de Reinach, un joven filósofo del entorno de Husserl que había fallecido en el frente durante la I Guerra Mundial, fue capaz de asumir la muerte de su marido. Según ella misma recuerda, “aquel fue mi primer encuentro con la Cruz, con esa fuerza divina que la Cruz da a los que la llevan”. Poco después se bautiza como católica (casi todos sus amigos fenomenólogos se habían convertido al protestantismo, incluso el propio Husserl). 

Monja y mártir

Durante la década de los XX adquirirá una gran reputación como conferenciante sobre temas pedagógicos y feministas. “No existe ninguna profesión que la mujer no pueda realizar”, afirmaba de manera categórica. Según ella, “una sociedad o estamento público o privado que prescinda de la mujer está desperdiciando uno de los valores más seguros de que disponemos los humanos”. 
Por estas fechas escribe ¿Qué es filosofía?, una confrontación entre la fenomenología y el tomismo en forma de diálogo ficticio entre Husserl y Tomás de Aquino. Cuando los nazis suben al poder en 1933 y le impiden dar clase por ser judía, decidirá entrar en la orden carmelita (la de Teresa de Ávila) y adoptar el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Tiene 42 años. Su madre y parte de su familia se lo toma como una traición al pueblo judío. 
Podríamos resumir su “filosofía de vida” de entonces con la siguiente frase: “En el trato cotidiano con el Señor una se va haciendo paulatinamente muy pequeña y humilde, paciente y comprensiva con las pajas que ve en el ojo ajeno porque se da cuenta de la viga que tiene en el propio”. 
En sus últimos años escribirá su obra filosófica más importante, Ser finito y ser eterno, un intento hercúleo de armonizar la fenomenología y el tomismo, y la Ciencia de la Cruz, su obra teológica más destacada. Husserl llegó a decir que la Iglesia católica era muy afortunada al tener entre sus filas a un escolástico de la calidad de Edith Stein. Después de escapar con su hermana a Echt, Holanda, es deportada en 1942 al campo de Westerbork, y desde allí la enviarán a Auschwitz el 7 de agosto. Será incinerada dos días más tarde junto a su hermana Rosa con el número 44074. Quizás tenía razón Husserl al decir que “hay en el fondo de todo judío un radicalismo y un amor al martirio”.

Tomado de "Filosofía hoy"
Gabriel Arnaiz

lunes, 10 de marzo de 2014

TERESA EN FRANCISCO

«Teresa es maestra de oración. Ella provoca la fraternidad con una fuerza y hasta los extremos que podemos comparar con la comunidad primera en Jerusalén. Ella tiene una exigencia interior, unos valores una determinación, una seguridad en aquellas decisiones que toma que son definitivas. Y ella es misionera, radicalmente, de manera que, por encima de los prejuicios y de las dificultades enormes que podría tener en aquel siglo XVI una mujer, cuando entiende que hay un objetivo —que le viene inspirado por el Señor, pero que es como una exigencia de la vida de la Iglesia— se lanza para superar toda clase de obstáculos con el fin de conseguir los objetivos que pretende.
Me parece que estas cuatro dimensiones de la vida y de la espiritualidad de santa Teresa que serían: la oración, el encuentro permanente con el Señor, la fraternidad, la exigencia interior (la austeridad) y la misión, son aspectos, por otra parte, el papa Francisco, a través de su magisterio, está continuamente ofreciéndonos»

Jesús García Burillos
Obispo de Ávila

PARA LEER A SANTA TERESA... VIDA 9

Y así llegamos al noveno capítulo de VIDA, y al tercero de este triduo en el que hemos querido fijarnos de modo particular. Este capítulo recoge el desenlace del drama vivido por Teresa durante largos años. Dos hechos decisivos aparecen aquí: 

1. El encuentro con Cristo en una imagen, que le hace revivir la historia evangélica de la Magdalena.
2. El encuentro con san Agustín y su libro de las Confesiones, que le hacen revivir la conversión de aquel.

 Dos modelos que impulsan a Teresa hacia una etapa definitiva del camino espiritual, y el relato pasa entonces de lo exterior a lo interior: conversión, oración y vida nueva. Es un texto precioso.

ESQUEMA
- Encuentro con la imagen de Cristo (1-3), y orientación cristológica de la oración de Teresa (4-6).
- Encuentro con san Agustín en sus Confesiones (7-8), y cambio interior de Teresa (9).
- Comienzan a crecer las mercedes de Dios (final del 9).

Teresa cuenta entonces 39 años, a finales de 1554. Entra en su madurez espiritual.

"Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no le dejaban descansar las ruines costumbres que tenía. Me acaeció que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y me arrojé cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle".


"En este tiempo me dieron las Confesiones de San Agustín, que parece el Señor lo ordenó, porque yo no las procuré ni nunca las había visto. Yo soy muy aficionada a San Agustín, porque el monasterio adonde estuve seglar era de su Orden y también por haber sido pecador, que en los santos que después de serlo el Señor tornó a Sí hallaba yo mucho consuelo, pareciéndome en ellos había de hallar ayuda y que como los había el Señor perdonado, podía hacer a mí...Como comencé a leer las Confesiones, paréceme me veía yo allí. Comencé a encomendarme mucho a este glorioso Santo...".

CUANDO DIOS PONE TRABAJOS...

"Le conviene, pues, al alma mucho estar con grande paciencia y constancia en todas las tribulaciones y trabajos que la pusiere Dios de fuera y de dentro, espirituales y corporales, mayores y menores,  tomándolo todo como de su mano para su bien y remedio, y no huyendo de ellos, pues son sanidad para ella, tomando en esto el consejo del Sabio (Ecle. 10, 4), que dice: Si el espíritu del que tiene la potestad descendiere sobre ti, no desampares tu lugar (esto es, el lugar y puesto de tu probación, que es aquel trabajo que te envía); porque la curación hará cesar grandes pecados, esto es, cortarte ha las raíces de tus pecados e imperfecciones, que son los hábitos malos, porque el combate de los trabajos y aprietos y
tentaciones apaga los hábitos malos e imperfectos del alma y la purifica y fortalece. Por lo cual el alma ha de tener en mucho cuando Dios la envía trabajos interiores y exteriores, entendiendo que son muy pocos los que merecen ser consumados por pasiones, padeciendo a fin de tan alto estado".


San Juan de la Cruz
"Llama de amor viva", 2, 30.

sábado, 8 de marzo de 2014

BUSCANDO A DIOS...

Imposible adentrarse en la Cuaresma, sin repasar este texto sanjuanista, al que recurrimos una y otra vez... A ver si este año "caemos en la cuenta" de una vez y para siempre, y nos hacemos "servidores del amor".

Cayendo el alma en la cuenta de lo que está obligada a hacer, viendo que la vida es breve (Job 14, 5), la senda de la vida eterna estrecha (Mt. 7, 14), que el justo apenas se salva (1 Pe. 4, 18), que las cosas del mundo son vanas y engañosas, que todo se acaba y falta como el agua que corre (2 Re. 14, 14), el tiempo incierto, la cuenta estrecha, la perdición muy fácil, la salvación muy dificultosa; conociendo, por otra parte, la gran deuda que a Dios debe en haberle criado solamente para sí, por lo cual le debe el servicio de toda su vida, y en haberla redimido solamente por sí mismo, por lo cual le debe todo el resto y respondencia del amor de su voluntad, y otros mil beneficios en que se conoce obligada a Dios desde antes que naciese; y que gran parte de su vida se ha ido en el aire; y que de todo esto ha de haber cuenta y razón, así de lo primero como de lo postrero, hasta el último cuadrante (Mt. 5, 26), cuando escudriñará Dios a Jerusalén con candelas encendidas (Sof. 1, 12), y que ya es tarde y por ventura lo postrero del día (Mt. 20, 6); para remediar tanto mal y daño, mayormente sintiendo a Dios muy enojado y escondido por haberse ella querido olvidar tanto de él entre las criaturas, tocada ella de pavor y dolor de corazón interior sobre tanta perdición y peligro, renunciando a todas las cosas, dando de mano a todo negocio, sin dilatar un día ni una hora, con ansia y gemido salido del corazón herido ya del amor de Dios, comienza a invocar a su Amado y dice:

¿Adónde te escondiste,

Amado, y me dejaste con gemido?

Como el ciervo huiste,

habiéndome herido;

salí tras ti clamando, y eras ido”.


(San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual)


miércoles, 5 de marzo de 2014

CUARESMA... EL SECRETO DE LA FELICIDAD

"Si yo pudiera enseñarte el secreto de la felicidad como me lo ha enseñado el Señor. Dices que yo no tengo preocupaciones o sufrimientos. Soy ciertamente muy feliz. Pero si vieras cómo también se puede ser feliz en las contradicciones... Necesitamos mirar siempre al Señor. Hay que esforzarse al principio, cuando todo se subleva en nuestro interior, pero lentamente, a base de paciencia y con la ayuda del Señor, se logra triunfar.
Tienes que construirte, como he hecho yo, una pequeña habitación dentro de tu alma. Piensa que el Señor está ahí. Entra frecuentemente en ella. Cuando estés nerviosa, cuando te consideres una desgraciada, recógete rápidamente en ella y confíaselo todo al divino Maestro".

Isabel de la Trinidad, cartas.

CUARESMA... con Isabel de la Trinidad.

"Pide, querida hermanita, para que seamos santas, para amarle con aquel amor con que los santos sabían amar. Permanezcamos siempre unidas al pie de la cruz. Permanezcamos silenciosas ante el divino Crucificado y escuchémosle. El nos comunicará todos sus secretos. Es Él quien nos conducirá al Padre, a Aquel que de tal manera  amó al mundo, que entregó a su Hijo único.
Pido por tí y te guardo en mi alma junto al Señor, en ese pequeño e íntimo santuario donde le encuentro a cada hora del día y de la noche. Nunca estoy sola. Mi cristo está allí siempre orando por mí y yo orando con Él".

Isabel de la Trinidad, cartas.

martes, 4 de marzo de 2014

PARA LEER A SANTA TERESA... VIDA 8


Este es otro capítulo importante en el LIBRO DE LA VIDA de Teresa de Jesús, porque se centra en la clave de la vida de Teresa: la oración. Aquí se cruzan el relato con la tesis principal de Teresa, la que recorre el libro y la propia vida de la autora de principio a fin.  Al continuar el relato de su vida desarrolla lo que ha supuesto su experiencia más importante: la oración es la fuerza motriz de la vida.
 Teresa prolonga el relato de sus años de crisis, hasta 1553-1554, y lo cierra diciendo: abandoné la oración, sí, pero volví a ella. Ser fiel al "trato con Dios" fue para Teresa todo un drama de vida, por eso es ahí donde radica la tesis del libro: tratar o no tratar con Dios decide la suerte del ser humano, su ascensión o su descenso, su estancamiento. Teresa universaliza así su propia experiencia.
 Teresa ofrece el típico enfoque que ella da a la oración: orar es tener amistad con Dios, como hecho fundamental de la vida, como relación personal entre los dos.

ESQUEMA DEL CAPÍTULO:
- Ver, ante todo, el título: es un elogio a la oración: "Trata del gran bien que le hizo no se apartar del todo de la oración para no perder el alma, y cuán excelente remedio es para ganar lo perdido. - Persuade a que todos la tengan.- Dice cómo es tan gran ganancia y que, aunque la tornen a dejar, es gran bien usar algún tiempo de tan gran bien".
- Síntesis de su drama personal (1-4).
- Tesis y mensaje: valor de la oración para todos (5-9).
- Reanuda el relato de su caso, en referencia a la oración (10-12)
- En el centro del capítulo (6), oración de Teresa a Dios, en soliloquio que repite y condensa a Él todo lo dicho, relato y mensaje.

Cronología: Teresa tiene entonces 38 o 39 años de edad.


"¡Oh bondad infinita de mi Dios, que me parece os veo y me veo de esta suerte! ¡Oh regalo de los ángeles, que toda me querría, cuando esto veo, deshacer en amaros! ¡Cuán cierto es sufrir Vos a quien os sufre que estéis con él! ¡Oh, qué buen amigo hacéis, Señor mío! ¡Cómo le vais regalando y sufriendo, y esperáis a que
se haga a vuestra condición y tan de mientras le sufrís Vos la suya! ¡Tomáis en cuenta, mi Señor, los ratos que os quiere, y con un punto de arrepentimiento olvidáis lo que os ha ofendido!

He visto esto claro por mí, y no veo, Criador mío, por qué todo el mundo no se procure llegar a Vos por esta particular amistad: los malos, que no son de vuestra condición, para que nos hagáis buenos con que os sufran estéis con ellos siquiera dos horas cada día, aunque ellos no estén con Vos sino con mil revueltas de
cuidados y pensamientos de mundo, como yo hacía. Por esta fuerza que se hacen a querer estar en tan buena compañía, miráis que en esto a los principios no pueden más, ni después algunas veces; forzáis vos, Señor, los demonios para que no los acometan y que cada día tengan menos fuerza contra ellos, y dáisselas a ellos para vencer. Sí, que no matáis a nadie -¡vida de todas las vidas!- de los que se fían de Vos y de los que os quieren por amigo; sino sustentáis la vida del cuerpo con más salud y dáisla al alma".

PARA LEER A SANTA TERESA... VIDA 7


Ahora llegamos a los tres capítulos más importantes de la primera parte del LIBRO DE LA VIDA; los que presentan de modo magistral la transformación interior que tiene lugar en Teresa. Los capítulos 7, 8 y 9 se convierten para nosotros, los lectores, en hoja de ruta para leer nuestro propio camino interior, nuestra búsqueda, nuestra transformación en Cristo. Podemos leer el título de los capítulos para tomarnos una primera impresión:

Capítulo 7: Trata por los términos que fue perdiendo las mercedes que el Señor le había hecho, y cuán perdida vida comenzó a tener. -. Dice los daños que hay en no ser muy encerrados los monasterios de monjas.

Capítulo 8: Trata del gran bien que le hizo no se apartar del todo de la oración para no perder el alma, y cuán excelente remedio es para ganar lo perdido. - Persuade a que todos la tengan.- Dice cómo es tan gran ganancia y que, aunque la tornen a dejar, es gran bien usar algún tiempo de tan gran bien.

Capítulo 9: Trata por qué términos comenzó el Señor a despertar su alma y darla luz en tan grandes tinieblas y a fortalecer sus virtudes para no ofenderle.

 Nos centramos para empezar en el capítulo 7: Años difíciles para Teresa, años de crisis y de luchas, también la muerte de su padre hace mella en ella, pero despierta a la vez también una lenta recuperación espiritual. Casi un decenio, entre los 35 y los 45 años de edad, recogen estas páginas.

1. Teresa, enferma de cuerpo, pasa a serlo también de alma. Es víctima de 2 tentaciones: siente vergüenza de sí misma ante Dios (dejar la oración), y se siente impulsada a ser como las otras (mediocridad).
2. Pesa sobre ella la situación de la comunidad (2-5). Cede a las amistades con los de fuera (6-7) y no se rinde al requerimiento misterioso de los dos episodios simbólicos: Cristo (6) y el sapo (8).
3. Una excepción luminosa es la figura de su padre, pero ella no es fiel en el camino que comparten, el de la oración, y termina abandonándola (10-13).
4. La muerte de Don Alonso la sacude interiormente, sumergiéndola en una profunda soledad (13-16), que lentamente le hace reanudar su vida interior, su camino espiritual. Teresa lucha muchos años, y lucha sola.

Así, pues, resumiendo lo anterior, tres recuerdos fuertes dominan el relato de este capítulo 7:  su propia crisis, la figura de su padre,  y la lucha en soledad. Como cierre, un elogio de la amistad espiritual, y una oración de gratitud a Dios.

"Gran mal es un alma sola entre tantos peligros. Paréceme a mí
que si yo tuviera con quién tratar todo esto, que me ayudara a no
tornar a caer, siquiera por vergüenza, ya que no la tenía de Dios.
Por eso, aconsejaría yo a los que tienen oración, en especial al
principio, procuren amistad y trato con otras personas que traten de lo mismo. Es cosa importantísima, aunque no sea sino ayudarse
unos a otros con sus oraciones...".

sábado, 1 de marzo de 2014

TERESA, FUNDADORA

 Estos dos carteles ayudan a tener una visión general de la labor de Teresa de Jesús como fundadora de un movimiento espiritual importante en la España del siglo XVI; primero, como movimiento reformador dentro del Carmelo, luego ya como una nueva familia religiosa, con una tradición importante de fondo, pero también con nuevas expectativas de futuro. 
El Carmelo Descalzo nace, concretamente, de las circunstancias particulares que envolvieron el proyecto reformador de Teresa, pues ella no quería apartarse de la comunidad de la que formaba parte desde muy joven, pero las incomprensiones y persecuciones condujeron a la separación del grupo reformador, y al nacimiento de una nueva comunidad con autonomía.  Así, las raíces del Carmelo Descalzo siguen estando en Palestina, en aquellos primeros ermitaños que buscaban una experiencia de Dios diferente, más allá de las luchas de poder en las ciudades, de las guerras y del ruido.


FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...