domingo, 24 de agosto de 2014

ANIVERSARIO TERESIANO

Un día como hoy, fiesta de San Bartolomé, se fundó el primer monasterio descalzo, San José de Ávila. Allí fue Teresa con unas pocas monjas para hacer realidad su proyecto espiritual, y aunque no pudo quedarse desde el primer momento, no falto mucho tiempo para que recibiera el permiso de vivir allí, y emprender luego su andadura fundacional.
Casas de oración, y vida sencilla y fraterna, constituyen la esencia del proyecto de Teresa.

MÁS SOBRE LA POESÍA DE SAN JUAN DE LA CRUZ...

En la poesía sanjuanista, sobre todo en sus poemas mayores, el verso trasciende el carácter de adorno, de juego de ingenio o de ejercicio piadoso, para convertirse en el único medio de aproximación a una realidad íntima y culminante.

San Juan de la Cruz no hizo teoría poética, no tiene un tratado sobre poesía, pero de diversos modos, a la vez que en su prosa va tratando cuestiones doctrinales y teológicas, ofrece también de alguna manera sus concepciones sobre la poesía: su anchura, su capacidad de sugerir la abundancia del espíritu, que no puede sujetarse al lenguaje habitual; y la posibilidad de producir el verso “efecto de amor”, contagiar calor y afectividad. La poesía para Juan de la Cruz es palabra para sentir y no conviene ponerle límites…. (Cántico B, prólogo, 2). Juan es consciente de lo inefable de la experiencia que intenta comunicar, por eso evita conducir su comprensión por un camino único. No quiere trasmitir principios teológicos (aunque se aprovecha de su conocimiento teológico), sino mostrar al sentimiento sus consecuencias vivenciales últimas. San Juan de la Cruz nos adentra en la aventura del Espíritu, que es inefable, y por eso sus versos, su lenguaje, sus expresiones buscan expresar o subrayar esa inefabilidad. (Un no sé qué...donde no supe… aquello que, etc…). Es decir, que eso que parece ahogar el mensaje en su raíz, o dificultar su comprensión, es parte sustancial del mensaje. El lenguaje es inefable porque lo es la experiencia que pretende comunicar en alguna medida. (Lama B, 1, 2).

Características de la poesía:

1. Tiene la poesía una prerrogativa fundamental: la de reclamar la colaboración del receptor para suplir las deficiencias comunicativas. Sin complicidad los objetivos de la comunicación (comunión) poética se truncan. Jorge Guillén pone a Juan de la Cruz como paradigma del poeta, por su búsqueda dramática de comunicación.

2. La poesía de San Juan de la Cruz es reacción, es combustión, que se produce en un momento dado de la trayectoria de la cultura y de la literatura española. Él se aprovecha, sin ataduras ni prejuicios de procedencia cultural, recurriendo aquí y allá para expresar los efectos del amor... Los poemas sanjuanistas están inmersos en las aguas de su entorno literario.

3. El amor es el gran tema del siglo XVI; el amor concebido como motor de ascenso, por lo que será fácil el trasvase de lo profano a lo religioso. Por dondequiera que miremos la literatura profana de la época nos daremos de frente con el amor, y se pondrá de modo el llevar textos profanos al lenguaje religioso. El principal factor de la soldadura entre lo profano y lo religioso es el amor. El fuerte componente afectivo de la nueva religiosidad (Devotio Moderna), le hace fijarse aún más en la poesía amorosa, que tanto auge tiene en el renacimiento. La elevación del sentimiento a instancias del platonismo reinante, en la lírica y la espiritualidad, actúa positivamente en las transferencias. Así los “divinizadores” del verso se aprovechan de las formas tradicionales populares para trasmitir el mensaje religioso o espiritual.

4. Combinación de lo profano con lo Bíblico: Un factor clave de la poesía sanjuanista estriba en el acierto con que se ha entreverado la veta bíblica con la de la lírica amorosa renacentista. Los materiales que la literatura profana le ofrece para explotar el tema amoroso entran en confluencia con los textos bíblicos. Es este un encuentro feliz, factor clave de la hondura y singularidad de la poesía sanjuanista. La Biblia es la fuente doctrinal básica, cita continuamente la Escrita para refrendar su pensamiento, como aquellos hombres que en el crisol de la modernidad intentaron una transformación hacia un cristianismo más personal y auténtico. La Biblia domina en la obra sanjuanista en cantidad y cualidad. (Subida, prólogo, 2). Pero también la Biblia, además de su influjo doctrinal, contribuye a generar y estimular lo literario; el mayor influjo en este sentido viene del más lírico de los textos bíblicos: el Cantar de los cantares… Le ofrece el supremo ejemplo de utilización del amor humano como medio para expresar las relaciones entre Dios y el hombre (es un texto muy atendido por los humanistas del Renacimiento, además de por grandes figuras de la mística religiosa). En la Salamanca del Santo estaban en el ambiente los versos del Cantar, por la repercusión de quien fuera su maestro allí, Fray Luis de León. El Cantar actúa como levadura radical en muchos sentidos en la obra de Juan de la Cruz, componente fundamental que aviva el fuego de la llama que arde en él.

viernes, 15 de agosto de 2014

SEGUIR A CRISTO A LA MANERA DE MARÍA

(Notas de un retiro)

Llevar el hábito de la Virgen es revestirnos de sus virtudes.

María: mujer-madre-discípula.

Ella espera, con todo Israel, el cumplimiento de la promesa (Mesías=Liberador).

La imagen idealizada y admirable de María esconde a la María real e imitable: vivir con la certeza de Dios en la vida.

María, servidora, comunicadora de Jesús: “Dichosa tú que has creído”.

María es portadora de una buena noticia=Evangelio.

El lugar de misión por excelencia es el corazón humano; descubrir la necesidad de Dios en los otros. Llevar amigos a Jesús, sobre todo en la desesperanza y la incredulidad.

Proclamar el amor primero.

La huida a Egipto: Expresión del celo por la experiencia de Jesús en nosotros. La mala experiencia de comunidad o de Iglesia puede matar a Jesús en nuestro corazón; puede hacernos perder la confianza en la presencia de Jesús en los hermanos.

Bodas de Caná: María tiene aquí el papel de profeta, porque ella sabe cuál es la fuente de la alegría (“Hagan lo que él diga”). Jesús transforma la Ley en Gracia=alegría. Esa es la misión del Carmelita, invitar a Jesús, transformar una vida instalada en la rutina en una vida signada por la novedad y la alegría de la fe.
 

Pentecostés: María ya es Iglesia, consecuencia de su presencia junto a la Cruz; al compartir la cruz de Cristo, María se hace parte activa de su comunidad. Importante recordar que en Pentecostés el Espíritu se derramó sobre cada cabeza, todos somos ungidos en la comunidad.

jueves, 14 de agosto de 2014

LA POESÍA DE SAN JUAN DE LA CRUZ

División de la obra poética del santo: esta división no la determinan la extensión de los versos, y tampoco razones cronológicas, sino razones de mayor envergadura (materia a comunicar, intencionalidad o condiciones de elaboración; manejo de fuentes, símbolos y métrica)

1. Poemas menores: romances, coplas, glosas… en estos textos hay testimonios excelentes de su labor divinizadora (el Pastorcico, Tras un amoroso lance, Por toda la hermosura). La etapa más fecunda de este género corresponde a los años pasados en Granada. Otras coplas y glosas presentan relaciones más laxas con las fuentes no religiosas: (La fonte, Vivo sin vivir en mí, Con arrimo y sin arrimo…). Y mayor aun es el grado de desvinculación de los Romances sobre el evangelio, de contenido teológico, acerca de los misterios fundamentales del cristianismo. En todos ellos se manifiesta la capacidad poética del santo para recoger, mezclar y potenciar sugerencias de origen diverso.

2. Poemas mayores: Cántico, Noche y Llama…. Es aquí donde se manifiesta su genio en el manejo de las fuentes. Si en los anteriores el vínculo con sus fuentes es más explícito, en estos no hay una referencia inequívoca a elementos religiosos. Aquí el hechizo poético de San Juan de la Cruz ha conseguido transformar las diversas herencias en un producto radicalmente nuevo. “Cuando la abeja ha hecho la miel, es ya inútil que nos preocupemos por el polen”. 

Tal resultado es el que los humanistas, los hombres de la vanguardia cultural renacentista, buscaban por la imitatio, concepto en torno al cual gira su programa de composición literaria. San Juan de la Cruz llega a él por otros caminos, no por el estudio detenido de los modelos y por la obediencia a lo estipulado en las preceptivas, sino por el de la perentoria necesidad de conseguir que la lengua alcance al corazón. Es el yo del poeta que pugna por expresar lo más íntimo….”. 

Muchos consideran el poema de la NOCHE OSCURA como la cima de la lírica sanjuanista, el más puro de sus tres grandes poemas, el que condensa la quintaesencia de la mística sanjuanista, pues es claramente un símbolo total. Símbolo fundamental de la existencia humana, indispensable para el hombre en cualquier situación histórica, a la vez que un símbolo de la fe cristiana.


Al calor de los versos del santo, le hace una pregunta Magdalena del Espíritu Santo: ¿Le daba Dios aquellas palabras que tanto comprendían y adornaban? Juan responde: Hija, unas veces me las daba Dios y otras las buscaba yo. 


A lo largo de los últimos siglos muchos han querido desentrañar el misterio que esconden los versos sanjuanistas; el mismo santo nos responde aquí, la inspiración lleva también el arduo trabajo del poeta, no es pura pasividad. Se tiene el talento, pero hay que trabajarlo y cultivarlo día a día (Talento y trabajo, inspiración y esfuerzo, don de Dios y búsqueda humana). 


San Juan de la Cruz no es poeta por casualidad ni a su pesar, sino por decisión consciente, surgida de lo que a él se le impone como estricta necesidad: superar las carencias manifiestas del lenguaje, de los hogares o de las plazas, así como el de los escritos de las academias, para expresar, comunicar y contagiar procesos de la experiencia personal, que el autor considera en primacía”. (Rev Esp. 196-197, p.373. Germán Vega)


viernes, 8 de agosto de 2014

JUAN DE LA CRUZ, POETA Y MÍSTICO

La máxima genialidad de San Juan de la Cruz, a la vez que su mayor esfuerzo expresivo, se encuentran en la poesía, donde ha logrado trasmitirnos lo mejor de su experiencia en un lenguaje simbólico, aunque probablemente a muchos de sus lectores toda esa magia verbal les resulte un lenguaje enigmático e impenetrable. Alguno pensará que podía haberlos escritos de una manera más sencilla, más llana; el error está en suponer que la experiencia profunda del misterio se puede traducir en ideas, conceptos y lenguaje que no sea simbólico. Sólo a través del símbolo accedemos a ciertos aspectos de la realidad más profunda, realidad esencial que tiene que ver con nuestro ser, con nuestro destino. El hombre es un “animal simbólico”, no porque utilice símbolos, sino porque los genera, porque él mismo es el símbolo originario, el ser en el que tiene su origen el fenómeno del simbolismo, realidad compleja en la que se dan dos significados pertenecientes a órdenes distintos de la realidad.
La idea general es que ser poeta es componer versos, pero en realidad ser poeta es recibir el don de una sensibilidad particular ante la vida, que puede expresarse también escribiendo versos. Para Thomas Merton el poeta es alguien que no es de este mundo, que goza de una visión interior y una libertad diferente a las del resto de los mortales.

Valgan estas ideas introductorias para decir algo sobre el poeta Juan de la Cruz… de quien dijera un gran teólogo que es más Doctor de la Iglesia por su poesía que por su prosa.

Ideas generales: 

1. El hombre: aspectos biográficos. Una vida dura, difícil: pobreza, marginación, personalidad introvertida, dificultades para encajar, persecución y cárcel…

2. El poeta: sensibilidad particular, rico mundo interior, también más fácilmente lastimado…

3. 3. El místico: descubrimiento de una interioridad habitada, que es amor, y fuente de libertad y plenitud….

Aportes de Juan de la Cruz para hoy:

1. Es un poeta, un artista.

2. Es un hombre de experiencia humana dura y honda.

3. Es un hombre radical, testigo cualificado del Dios vivo.

4. Maestro de la Noche, que purifica y unifica, guía para todas las noches del hombre de hoy.

5. Contemplativo, como ejercicio amoroso y liberador.

Símbolos sanjuanistas:

1. El fuego: encadena sus tres poemas mayores, uno de los símbolos básicos del universo sanjuanista, componente inexcusable en la configuración de los otros…

2. La NOCHE.

3. Fuente/Agua

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...