viernes, 15 de agosto de 2014

SEGUIR A CRISTO A LA MANERA DE MARÍA

(Notas de un retiro)

Llevar el hábito de la Virgen es revestirnos de sus virtudes.

María: mujer-madre-discípula.

Ella espera, con todo Israel, el cumplimiento de la promesa (Mesías=Liberador).

La imagen idealizada y admirable de María esconde a la María real e imitable: vivir con la certeza de Dios en la vida.

María, servidora, comunicadora de Jesús: “Dichosa tú que has creído”.

María es portadora de una buena noticia=Evangelio.

El lugar de misión por excelencia es el corazón humano; descubrir la necesidad de Dios en los otros. Llevar amigos a Jesús, sobre todo en la desesperanza y la incredulidad.

Proclamar el amor primero.

La huida a Egipto: Expresión del celo por la experiencia de Jesús en nosotros. La mala experiencia de comunidad o de Iglesia puede matar a Jesús en nuestro corazón; puede hacernos perder la confianza en la presencia de Jesús en los hermanos.

Bodas de Caná: María tiene aquí el papel de profeta, porque ella sabe cuál es la fuente de la alegría (“Hagan lo que él diga”). Jesús transforma la Ley en Gracia=alegría. Esa es la misión del Carmelita, invitar a Jesús, transformar una vida instalada en la rutina en una vida signada por la novedad y la alegría de la fe.
 

Pentecostés: María ya es Iglesia, consecuencia de su presencia junto a la Cruz; al compartir la cruz de Cristo, María se hace parte activa de su comunidad. Importante recordar que en Pentecostés el Espíritu se derramó sobre cada cabeza, todos somos ungidos en la comunidad.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...