Un día como hoy, fiesta de San Bartolomé, se fundó el primer monasterio descalzo, San José de Ávila. Allí fue Teresa con unas pocas monjas para hacer realidad su proyecto espiritual, y aunque no pudo quedarse desde el primer momento, no falto mucho tiempo para que recibiera el permiso de vivir allí, y emprender luego su andadura fundacional.
Casas de oración, y vida sencilla y fraterna, constituyen la esencia del proyecto de Teresa.