miércoles, 23 de octubre de 2013

NOS VEMOS...

Temporalmente estaré 

ausente de Internet, 

agradezco a todos, amigas y 

amigos que han 

seguido las publicaciones. 

Espero estar 

pronto de regreso. Un 

abrazo.

SÉPTIMAS MORADAS de Santa Teresa

SÉPTIMAS MORADAS: Son la culminación de la gracia bautismal. Unidad plena entre contemplación y acción (La máxima polarización contemplativa en Dios coincide con el mayor acercamiento de servicio al hombre). Máxima interiorización y máxima expansión (Por el interior conquistado se abre verdaderamente el hombre a sus prójimos). En resumen: LAS 7M SON LA REVELACIÓN MÁS PLENA DE LA PERSONA HUMANA.
El escenario aquí lo llenan completamente las PERSONAS, Dios trino y el hombre y los hombres a quienes servir. El ser humano en estas moradas, en su grandiosa soledad, se sabe y se vive “en compañía”. Solitario y solidario. Teresa nos ha presentado la vida espiritual como UNA PROGRESIVA, REALÍSIMA Y VIVA RELACIÓN INTERPERSONAL.

DIOS=comunidad de personas. Donación, hacia adentro y hacia afuera.
El SER HUMANO=con vocación de infinito, de algún modo satisfecha y desbordada. Vocación de donación e idéntica hondura. No enajenado, creador.
LOS OTROS=destinatarios a los que Dios me envía, y con los que vivo solidariamente, y en comunión teologal.
Todo tiene “alma”, las cosas, el mundo entero. Todo lleno de Dios, hablando de Dios. “En Dios vivimos, nos movemos y existimos”. MISTERIO Y COMUNIÓN.
DIOS: “La grandeza de Dios no tiene término, tampoco lo tendrán sus obras”.
LA PERSONA (Alma): Mundo interior espacioso, donde mora Dios. Hechos a su imagen y semejanza. Dios y el hombre, como al principio del camino, en relación de amor personal e interior.

MATRIMONIO ESPIRITUAL: Aquí queda el alma hecho una cosa con Dios. Es una unión permanente y estable. Siempre queda el alma en aquel centro. No se entienda que las potencias, sentidos y pasiones están siempre en paz; el alma sí. Dios vivificador, “vida de mi vida”. Experiencia de gran certidumbre.
Efectos que produce el matrimonio espiritual: Dios, en el centro, y Enajenamiento de sí (olvido de sí, libertad interior, grandes deseos de padecer y de llevar almas a Dios. Consagrarse de lleno al bien de los demás. Silencio y quietud. EL DON ES LA MAYOR EXIGENCIA DE FIDELIDAD. El recibir se convierte en necesidad insoslayable de hacer y obrar.  No se puede contener el AMOR.
ASÍ: Todo esto hace Dios con el alma, todas estas mercedes, para fortalecerla y potenciarla en el servir. No meramente para regalarla, sino para CRISTIFICARLA.  Todas las gracias tienden a conformarnos con la GRACIA (Cristo). Todos los dones tienden al DON (Cristo). Aquí Cristo aparece como el CRUCIFICADO, que padeció  mucho para mostrarnos el amor que nos tenía. Mucho padecer para Teresa es MUCHO AMAR, Y MUCHO SERVIR. RECIBIMOS PARA DARNOS, para entrar en el camino del Amor, que es el de Jesús. “Los trabajos del amor”. “Resucitados” para poder “morir”, y “morir” para ser testigos y agentes de resurrección.

Teresa dice: “Pongan los ojos en el crucificado” y aprenderán lo que es ser espirituales, lo que es vivir las exigencias del amor… “Hacerse esclavos de Dios”. El bautismo nos marca, dice, con el hierro de la cruz. Ya no nos pertenecemos. Somos del Amor. Hacerse esclavos de Dios es hacerse esclavos de todos. Ofrecernos a Jesús es ponernos a los pies de todos.
Aquí Teresa vuelve a insistir en la HUMILDAD-AMOR: “No poner vuestro fundamento sólo en rezar y contemplar, porque si no procuran virtudes y hay ejercicio de ellas, se quedaran enanos”.
HUMILDES====LIBRES PARA SERVIR.
CARIDAD====EL AMOR ACTÚA, OPERA.
PARA PODER SERVIR==== HAY QUE ORAR, TRATAR DE AMISTAD CON DIOS.

EN RESUMEN:
No hay contraposición entre ORACIÓN Y SERVICIO, entre trato con Dios y trato con el prójimo. “Marta y María han de ir juntas”. Servicio realista, haciendo lo posible y dejando de soñar con lo imposible. Realismo teresiano: “Echemos mano a lo que tenemos a mano para servir a nuestro Señor en cosas posibles”… “No quieran aprovechar a todo el mundo, sino a los que tienen cerca”. Lo demás es construir torres sin fundamento.
El Señor mira no lo que se hace, sino el amor con que se hace.

CRISTO: en el centro del alma, introduce en el misterio Trinitario. La plenitud del desarrollo espiritual es la plenitud de transformación en Cristo.
“Ser espirituales de veras es ser esclavos de Dios… como lo fue Cristo”
“Los ojos en el Crucificado”.

BÍBLIA: Las 7M es un maravilloso tejido de textos y reminiscencias bíblicas. Imágenes joánicas y paulinas.

TIPOS: Marta y María. Pablo y Pedro. Salomón.

martes, 22 de octubre de 2013

SEXTAS MORADAS de Santa Teresa.

SEXTAS MORADAS: Son 11 capítulos, es la más larga, y también la más difícil, por los extraños fenómenos místicos que describe Teresa, y que pueden parecernos lejanos e inalcanzables. Estas son las moradas de LA LUZ Y EL ENAMORAMIENTO. Luz y Amor que presentan una forma netamente purificadora, último toque profundo de preparación para el matrimonio espiritual. Puro “crisol de amor”.

DIOS: se revela aquí incontenible, envolvente, dominador, que parece disfrutar con un alarde de fuerza inclinando al ser humano totalmente de su parte. Llega de su parte un conocimiento que no es a la inteligencia sino a la persona total por la vía del amor. Purifica, quita y arranca cuanto estorba a esta fiesta de luz y amor, y más que invitar, parece que empuja. Características: a. La comunicación de Dios se sitúa en lo muy interior del hombre, b. Coge y domina todo el ser del hombre, quedando totalmente polarizado en Dios, c. Es una acción violenta, el alma se doblega, se siente arrebatada., d. Acción profundamente renovadora, e. Certeza absoluta de que es Dios, f. La comunicación divina es dolorosa para el alma.
Efectos: polarización en Dios, desasimiento de todo, liberación, luz que ilumina todo: Dios, ser humano, mundo.

HOMBRE: Pensaríamos que ya se lo encuentra todo hecho, pero en el don que recibe encuentra el hombre la razón para un mayor compromiso con el Dador de todo. El amor no se impone; agranda, más bien, el campo y la profundidad de la respuesta. La “pasividad” engendra la más potente actividad (Ascesis mística).

CRISTO: El capítulo séptimo de estas moradas debería figurar en toda antología sobre la persona y el misterio de Cristo, junto con Vida 22. Teresa disfruta de la comprensión mística de textos bíblicos cristológicos: Cristo como luz, camino, revelación, guía. Cristo está al término de la vida espiritual (cristificación), y es también fuente e instrumento de toda gracia NO PODEMOS ANDAR SIN ÉL.


Tipologías: Moisés y la zarza ardiendo (Inefabilidad de la experiencia mística), Pablo que cae del caballo (fuerza de la gracia mística), La samaritana (Dios únicamente puede apagar la sed). Otros: El Padre que espera la vuelta del hijo, el paso del mar rojo, etc.

lunes, 21 de octubre de 2013

ONCE MIL VÍRGENES

Traigo acá esto como algo curioso, un hermano fraile ha publicado en su FB esta pintura con el siguiente texto: 
Hoy es la memoria de las Once Mil Vírgenes. Santa Teresa y San Juan de la Cruz rezaban cada año de esta memoria, pues aparecía en el Misal y Breviario Carmelitano”. 
Enseguida aparecieron algunos comentarios singulares como estos: "Estaría muy bien que mandaran un poco de ellas a este mundo que parece y es dominado por el placer carnal", y otros similares. No creo que haya que mirar el pasado con añoranza, ni pasar por alto que muchas de esas devociones responden a conceptos espirituales y humanos a menudo superados, o incluso a ciertas supersticiones o idealizaciones de la santidad. Prefiero valorar estas tradiciones en lo que son: memoria de un pasado vivido, que ha dejado sus huellas en la historia que hoy compartimos, y que nos ayuda a entender mejor ciertos elementos que conforman  el cristianismo en sus diversas expresiones actuales.

Esta “memoria” litúrgica ya no forma parte del rezo carmelitano, pero el cuadro que compartimos sigue siendo hermoso.

(Nota:  El cuadro es de Vittore Carpaccio, famoso pintor veneciano, y pertenece a una serie con la vida de Santa Úrsula, que pintó para cofradía de dicha santa).

domingo, 20 de octubre de 2013

QUINTAS MORADAS de Santa Teresa.

QUINTAS MORADAS: Punto de partida del proceso de unión que culminará en las séptimas moradas. Pleno campo místico. Aquí introduce dos importantes comparaciones para explicar lo inefable: el gusano de seda y el matrimonio espiritual; estas expresan mejor el cambio y transformación, la muerte-resurrección del cristiano.
COMPARACIÓN DEL GUSANO DE SEDA.
Moradas I-III: El gusano grande y feo que se nutre y arrastra a ras de tierra.
Moradas IV: La reclusión del gusano en el capullo.
Moradas V: Muerte de la crisálida y nacimiento de la mariposa dentro del capullo (Unión con Cristo y vida nueva).
Moradas VI-VII: Vida libre y vida nueva de la mariposa.

COMPARACIÓN DEL MATRIMONIO.
Moradas V: Vistas.
Moradas VI: Desposorio.
Moradas VII: Matrimonio.

DIOS: Se presenta como protagonista absoluto, descubre su presencia “de modo que no queda ninguna duda”. ¿Cómo? Haciendo maravillas. Dios SE DA, obra a favor nuestro. Dios no se agotó en ningún pasado. Todo hoy y todo presente es de gracia. Es amor incontenible que se desborda. Caminos para esto hay muchos. Dios quiere darse a conocer (UNIÓN---ENCUENTRO). Dios abundancia provoca respuesta abundante, donación, entrega.
EL HOMBRE: Aquí se perfilan los rasgos del ser humano y su actitud en relación con Dios.
1.     Absoluto e incondicional rendimiento de la voluntad a Dios (Es necesario que el gusano muera).
2.    La donación de Dios, sobre todo la gracia mística, activa y acelera, facilita y radicaliza esa disposición=donación del ser humano.
3.    Cada uno se diferencia en cuanto al ritmo de generosidad, y no es menos la cruz por estar en esta morada.

ORACIÓN DE UNIÓN: Absoluta gratuidad de la comunicación de Dios que la produce. Nada obliga a Dios a dar este don, ni nada le impide concederlo a quien Él quiera. Es una acción de Dios que arranca al alma de todas sus operaciones naturales. Las potencias se duermen, no actúan (imaginación, memoria, entendimiento). Es unión de toda el alma, por la acción fuerte y avasalladora de Dios.  Y dura poco, y es profundamente transformante. Queda una certidumbre que disipa todas las dudas respecto a lo que se vive: “Fija Dios así mismo”.

EFECTOS de esta oración: Aparte de los de orden moral, transformación radical, aceleramiento en la senda del Espíritu, ruptura de esclavitudes.  Todo se hace poco para obrar por Dios; tensión penosa, pero pacífica y serena. Centrado en Dios-dimensión apostólica. La mejoría espiritual sin embargo no es absoluta, aun queda camino por recorrer, puede haber pequeñas caídas.
(Teresa distingue aquí entre “unión regalada” y “unión no regalada”. Dice que la verdadera unión es no tener voluntad sino la Dios, y la voluntad de Dios es la perfección, realizada en el amor, a Él y al prójimo. La unión exige la muerte, radical, pasar de gusano a mariposa. No vamos a ahondar en esto ahora).

Concluye:
a.    Dios siempre da por muchos caminos para que podamos darnos a Él. Unirnos. La unión verdadera es alcanzable sin el atajo de las gracias místicas.
b.    No hay dos uniones, sino muchos caminos por los que Dios enriquece al alma y provoca la donación de esta.
c.    No elijamos, dejemos a Dios hacer, que Él siempre da más de lo que esperamos.

CRISTO: Es el DON del Padre que nos posibilita la unión, es la casa que el hombre edifica en el proceso espiritual, es nuestra vida. Construir esta casa, o la vida en el amor,  nos costará el mismo precio que le costó a Cristo.

CLAVES BÍBLICAS: Muchos los llamados y pocos los elegidos…Me entró el Rey en sus bodegas e vino (gratuidad y pasividad). La esposa del Cantar de los Cantares… Aquellos santos padres del Carmelo.

viernes, 18 de octubre de 2013

CUARTAS MORADAS de Santa Teresa.

CUARTAS MORADAS. Aquí se estrena vida. Cambio de protagonista: Dios asume la iniciativa y el hombre lo advierte y experimenta. “Comienzan a ser cosas sobrenaturales”. Son moradas de transición o fronterizas. Tres capítulos.
Aquí aparece la “oración de recogimiento” y la “oración de quietud”.
La persona tiene una oración meditativa gustosa, regalos y contentos. A ellas les dice: Que no son mejores por eso, que van bien, que es bueno pensar en los misterios de la fe mientras se ora, pero que deben dejar hablar al alma con libertad y espontaneidad, y si Dios interviene dejar la meditación. IMPORTANTE AQUÍ: La sustancia de la oración no está en el pensar sino en el AMAR. Por eso, lo más les despierte a amar, eso hagan. El amor es la sustancia de la oración.

Aquí habla sobre las DISTRACCIONES en la oración, y dice: Sólo Dios puede atar y sujetar la imaginación, y eso sólo sucede al final del camino. No podemos detener nuestros pensamientos, las distracciones tienen origen diverso… seamos pacientes. No se inquiete, persevere en la oración, con el entendimiento y la voluntad. La imaginación no impide la oración: podemos pensar que estamos muy distraídos, y estar muy en comunión con Dios. En la oración nunca hay tiempo perdido.

ORACIÓN DE RECOGIMIENTO: Es sobrenatural. Obra de Dios que recoge e interioriza al hombre disperso y derramado. Fortalecimiento del alma y el mundo interior y debilitamiento del poder de los sentidos. Centramiento de la persona: no es cuestión psicológica, sino actitud teologal. Es el puente entre oración ascética (meditativa) y oración mística (de quietud).

ORACIÓN DE QUIETUD: La comunicación divina se hace más intensa y profunda, gratuita, Dios la da a quien quiere. Por mucho que nos esforcemos meditando no viene, no se merece. Es algo profundo, que deja paz y gozo interior. No suspende las potencias, sólo  embebidas. Es la voluntad la que se une a Dios, puede haber pensamientos que importunan. EFECTOS DE ESTA ORACIÓN: Ensanchamiento de todo nuestro interior, se procede en las cosas con más anchura, valentía y coraje. Mejoramiento de virtudes. El alma más receptiva, más capaz.
CRISTO: Buen Pastor., Amor Crucificado.


CLAVES BÍBLICAS: Salmo 118, “dilataste mi corazón”, Mateo 20, 14-15: Parábola de los obreros. Filipenses 4, 13: Todo lo puedo en Cristo…

jueves, 17 de octubre de 2013

PARA LEER A TERESA...

Lectura Teresiana 2013-2014
Queridos hermanos y hermanas en el Carmelo,
La lectura de Santa Teresa -un propósito fundamental del Carmelo para el V Centenario de su nacimiento- está siendo fuente de revitalización, ayuda para descubrir la hondura y riqueza de su espiritualidad. Durante los últimos años hemos compartido así sus obras mayores -Vida, Camino de Perfección, Fundaciones, Castillo Interior-, que son también las más traducidas y difundidas por todo el mundo.
Teresa tiene además otros escritos, más breves pero no menos valiosos, que nos confían la intimidad y el día a día de Teresa: sus experiencias en las Relaciones, sus Exclamaciones, su lírica en las poesías; en las Cartas, testigos de sus preocupaciones y anhelos.
Por eso, y en este último año de preparación al V Centenario del Nacimiento de Sta. Teresa, queremos leer estos escritos breves, que forman una vasta y rica colección que resultaría inabarcable para la lectura en común de grupos y comunidades en un año, e incluso para la lectura personal de muchas personas.
Por esta razón, hemos hecho una selección de textos. Así queremos gustar algo de esta riqueza, ofrecer algunos de sus pasajes más interesantes. Y, como diría la misma Teresa, engolosinarnos, animarnos a -con más calma y tiempo- leer toda su obra.
Esta antología es fruto de las orientaciones del P. Tomás Álvarez y el trabajo de los PP. Salvador Ros, Pedro T. Navajas y Gabriel Castro, así como de varias religiosas de la Compañía de Santa Teresa (Proyecto Nudo). Una labor que agradecemos vivamente, como también agradecemos a la editorial Monte Carmelo el haber puesto a disposición de todos los textos de su edición.
Esperamos que las lecturas de este año, ya inmediato al Centenario, coronen este acercamiento de primera mano a nuestra madre Teresa, y nos animen a crecer en nuestra vocación de la mano de ella.
P. Antonio González, Secretario General del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

miércoles, 16 de octubre de 2013

TERCERAS MORADAS de Santa Teresa.

TERCERAS MORADAS: Aquí la preocupación no está en las pruebas y trabajos, sino en que la propia situación espiritual se convierta en piedra de tropiezo (Por apoyarse en lo que hace, por exhibirlo como un título ante Dios, por creer que ya todo está hecho y detenerse).

Dios: Dios actúa siempre, responde a nuestros esfuerzos, pero su actuación no suele ser la que el alma espera. Dios no se hace presente “premiando” y aprobando, sino probando. Dios entra en escena revelando nuestra verdad moral íntima, oculta entre tantas obras ascéticas. El ser humano suele engañarse, Dios inicia su ofensiva desvelándole la verdad de su vida, quitando las máscaras. Por eso Dios desconcierta, desestabiliza; nada de lo hecho nos da derechos (“Pasad delante de vuestras obrillas…”.) Se rompen nuestros esquemas espirituales, muestra nuestra soberbia espiritual, y hace que nos rindamos y dejemos conducir por el propio Dios. Frente a todas las obras hechas hasta aquí, el negocio está en rendir nuestra voluntad a la de Dios. Dice Teresa: “No está el negocio en tener hábito de religión o no (lo exterior), sino en procurar las virtudes y rendir nuestra voluntad a la de Dios y que el concierto de nuestra vida sea lo que su Majestad ordenare a ella (lo interior)”. 
Por eso viene entonces la sequedad y desgana, un sentimiento de desencanto. Dios defrauda.  Aquí se revela falta de humildad, y la poca verdad en que camina el alma. Teresa habla de “almas concertadas”.

El ser humano: Es apreciable lo que se ha hecho para llegar hasta aquí en el Castillo, pero Teresa quiere resaltar lo negativo: el estado en que vive es más aparente que real; necesitan una reorientación a fondo, pero no crean necesitarla, por eso no la harán por sí mismos. Dios interviene amorosamente para darles el empujón que necesitan. Bajo el oropel de una vida espiritual “concertada”, cuadriculada, minuciosa y programada se esconde todavía mucho egoísmo (Se eleva por encima de los demás y se auto declara “canon” y norma para los otros; presenta exigencias a Dios, cree merecer).  Podríamos decir que SE HAN HECHO MUCHAS COSAS PERO SE HA DEJADO INTACTA A LA PERSONA, por eso la verdadera liberación aun está por hacer. Esa liberación empieza a producirse cuando el hombre se abandona y confía incondicionalmente, en movimiento de amor, en las manos del OTRO. Aquí hay un nuevo enfoque ascético y un nuevo contenido de la ascética, que consiste en: DAR LA PROPIA PERSONA CON AMOR LIMPIO, SIN INTERÉS. POR ÉL SOLAMENTE.

Virtudes aquí a cultivar y potenciar: obediencia, humildad, caridad. Integrando los dos polos: humano y divino. Apertura a los hermanos para aceptarlos, aprender de ellos y reconocer su bondad.

En términos de oración aquí: Vivir en su presencia, abrirse a Dios, mirarle.
CRISTO: Modelo de nuestra vida. Camino, seguimiento. Morir al egoísmo y a los temores que nacen de nuestra naturaleza, y vivir en comunión de amor amistoso. Nuestra debilidad se hace fuerte en Él.

Clave bíblica: Bienaventurado el que teme al Señor. Siervos inútiles. Que no se haga mi voluntad sino la suya.

martes, 15 de octubre de 2013

SEGUNDAS MORADAS de Santa Teresa.

SEGUNDAS MORADAS: Las de LA LUCHA Y LA PERSEVERANCIA. La persona ha avanzado, mas por eso ahora es más doloroso el camino, hay una tensión fuerte entre dos mundos enfrentados entre sí. Entienden ya las exigencias de Dios y experimentan su impotencia para responder como quisieran. Comienzan a tener vida de oración.
Aquí la esperanza es que Dios está con nosotros, él nos toma de la mano cuando nos adentramos en este camino. Es muy BUEN VECINO, nos ama, es PACIENTE con nosotros, sabe esperarnos, nos cura.

El ser humano ha de entrar en un camino de DISCIPLINA espiritual. Rechazar el egoísmo. Para ello debe PROCURAR PONER LOS OJOS EN CRISTO. Mirarle, no mirarnos. No rendirse en este deseo de adentrarnos en el Castillo, aunque encontremos dificultades. Abrazar la cruz de Cristo.  Procurar un amor limpio, gratuito y desinteresado, exigencias de esta amistad. No es que Cristo haga mi voluntad, sino buscar nosotros la voluntad suya. Vale mucho aquí NO DESANIMARSE, COMPARTIR CON PERSONAS DE EXPERIENCIA ESPIRITUAL, confiar mucho en la MISERICORDIA de Dios. No hacerse violencia, ir despacio, proceder con suavidad y discreción en las cosas del espíritu.

CRISTO: aquí le miramos crucificado. Orar es mirarle, considerar su vida. Dos frases: “Ninguna irá al Padre sino por mí” y “quien me ve a mí, ve al Padre”.
 Buscar gustos en la oración es edificar sobre arena Orar en los momentos de tentación. Seguir a Cristo también en el dolor, en la cuesta.
Tipología: el hijo pródigo. Los soldados de Gedeón.


En Resumen: La vida de oración tiene una dimensión difícil, mortificante. Buscar a Dios implica purificación y disciplina también, para superar un estado anterior de dispersión y exterioridad. Salir del egoísmo para darse a Dios. Tentación de claudicar, de abandonar, de volver atrás. Teresa invita a la PERSEVERANCIA, palabra clave de esta segunda morada. Dios espera y valora nuestro esfuerzo y disponibilidad. Salir de nosotros, para abrirnos al OTRO, y abandonarnos a sus iniciativas (Abrazar la cruz). Apuntalar el castillo sobre la CONFIANZA EN DIOS y desconfianza en sí mismo. No estar solos, buscar ayuda, aprovechar letras.

lunes, 14 de octubre de 2013

PRIMERAS MORADAS de Santa Teresa.

PRIMERAS MORADAS: MORADAS DEL DESPERTAR, DEL CONOCIMIENTO PROPIO. Presentación de los protagonistas de la historia. Ofrece su visión de Dios y del hombre. Nos invita a “caer en la cuenta”, a la interioridad y a la amistad, es decir a la ORACIÓN.
Visión positiva de la persona humana (humanismo teresiano: importante detenerse y hacen hincapié en esto; punto de partida sano para este itinerario). Grandeza del ser humano, abierto al diálogo con Dios, misterio de la persona y su interioridad. Invita a PONER LOS OJOS EN EL CENTRO (Esto es: orientar la vida hacia las fuentes del ser). No es saber sólo que Dios está, sino que participemos de su vida, un “estar” radical. Luego habla de cómo el pecado oscurece la visión del ser humano (aunque Dios no deja de estar); supone desarraigo y descentralización, esclavitud, exteriorización. Teresa quiere hacernos ver que ese hombre débil, marcado por el mal, es al mismo tiempo capaz de Dios, Dios es su riqueza.
Dios vive siempre en el centro, siempre; es una presencia creadora de vida y fuente de luz. Dios se comunica, bendice, regala, redime. Dios es el centro de la historia que narra Teresa, el protagonista de esta progresiva humanización a la que estamos llamados (salvación). Dios se comunica para revelarse, y se revela, dándose, porque es bueno, no el hombre sino Dios. Gratuidad del don. Importante conocer a ese DIOS AMOR. No poner tasa a sus obras, considerar estas cosas con plenitud y anchura, Dios hacedor de imposibles. Amistad entre Dios y el ser humano. Como decir: con este DIOS AMIGO van a tratar, ábranse a él. Esta es la CLAVE del comenzar, nada de despreciarse uno mismo o de imaginar un Dios intratable.
Conocimiento propio: Orar es conocerse. A teresa le importa mucho este paso. Estas son las moradas del conocimiento propio, descubrir lo que somos, y establece equivalencia entre este conocerse y la humildad. Así, salir luego de nosotros mismos y volar a Dios; no quedarnos en la culpa, considerar la grandeza de Dios en nosotros, el amor creador que nos habita. Dios es principio de todo lo bueno en nosotros, tener la certeza de que contamos con Dios para este conocernos y conocerle, porque esto nos hace fuertes y aguerridos.
La oración: La puerta para entrar al castillo, es decir, para entrar en el conocimiento de Dios y de sí mismo. Convertirse a Dios y a sí mismo. Entrar… aunque sea con mil negocios entre manos todavía. Queremos empezar un camino nuevo, pero muchas cosas nos atan todavía, nos limitan, nos pesan. Dispersión y derramamiento, exteriorización, debilitamiento espiritual y moral. Teresa nos invita a hacer de la oración una forma de vida, aun en estas condiciones.
Para ello, invita: “Pongamos los ojos en CRISTO, nuestro bien, y allí aprenderemos la verdadera humildad (conocimiento)”. El itinerario de Teresa es siempre esencialmente CRISTOLÓGICO.

Imágenes bíblicas de esta primera morada: Génesis 1, 26 (nos creó a su imagen y semejanza); San Juan (Dios vive dentro de nosotros, hay muchas moradas, el alma del justo un paraíso). Tipologías: La Magdalena y el Ciego de nacimiento (El amor gratuito de Dios), la mujer de Lot (El hombre que mira fuera, exteriorizado, se vuelve estatua de sal).

viernes, 11 de octubre de 2013

EL HOMBRE Y DIOS EN EL "CASTILLO INTERIOR" de TERESA.

Ya hemos tocado antes el tema del humanismo teresiano, siempre desde una lectura antropológica de la doctrina de Teresa y del dinamismo que ella indica para la vida espiritual. En el libro de MORADAS o CASTILLO INTERIOR la primera imagen es una visión grandiosa de lo que es el ser humano, grandiosa y positiva, y esta ilumina todo el itinerario del libro, dándole su auténtica contextura teológica. CASTILLO INTERIOR es el libro que narra cómo el ser humano, hombre o mujer, puede llegar a ser en plenitud lo que es su vocación y su destino. Lo tratamos en una entrada anterior, los TRES CONCEPTOS BÍBLICOS sobre el ser humano que aparecen en MORADAS: 
1. Hecho a imagen y semejanza de Dios: partiendo del texto de Génesis, pieza decisiva de la antropología cristiana, Teresa recurre al tema del ser humano, "imagen de Dios".  Así resalta la dignidad humana desde la belleza, dignidad, sabiduría, del mismo Dios. Así el hombre, en el recorrido que propone Teresa, hecho a imagen de su Creador y deformado por el pecado, adquiere poco a poco la imagen de Cristo, imagen de Dios, que había perdido.
2. Somos morada de Dios: Dios vive en el ser humano por presencia, potencia y esencia; es decir, que el ser humano es grande en cuanto grande es su "capacidad de Dios". Ella escribe: "No es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde dice Él tiene sus deleites". Esta idea pone de relieve la hermosura y gran capacidad del alma. Así nace la necesidad de buscar a Dios dentro de nosotros, pues somos cielo donde Dios tiene su trono en nuestro mismo corazón. Así, esta visión ilumina al mismo tiempo la dignidad de mi prójimo. Teresa escribe a una superiora, a propósito de una religiosa difícil, diciendo: "Si el alma tiene buena, considere que es morada de Dios". La plenitud del camino está en que somos habitados por el Dios Trino, Dios comunión; así, de saber que Dios mora en nosotros llegamos a la certeza de que nosotros moramos en Dios.
3. Un Dios que se comunica: Dios es comunicación, implica esto en Teresa, que es posible el trato y la amistad con Él. Aquí está concretado el proceso de MORADAS, el itinerario del ser humano, la vocación de cada uno. Dios habla palabras de amor, y el ser humano escucha y responde. Es toda una aventura, una búsqueda, un camino... "El hombre puede tener su conversación nada menos que con Dios". Diálogo con la Trascendencia.

¿Y EL PECADO? Teresa es realista, y sin desdecirse de esta visión luminosa con la que abre las puertas del Castillo, pasa a hablar en el segundo capítulo de las Primeras Moradas, acerca del PECADO, de la situación real del ser humano que no vive o realiza la vocación a la que ha sido llamado originalmente. El pecado es condición y riesgo permanente en este camino; entre la vocación del hombre (proyecto de Dios), y su situación real, se entabla todo la dinámica del libro de Teresa: un camino desde lo exterior a lo interior, desde el pecado (ruptura) hasta la Gracia (comunión)...
Tres puntos a pensar:
1. El pecado mortal como situación límite: la imagen de Dios deformada en el ser humano roto, derramado. Tengamos claro que Dios no deja de estar presente, incluso en aquel que está en pecado, pero sin fuerza de comunicación transformadora. El ser humano vive alienado, fuera de sí, esclavo, disperso, en desarmonía, fuera del Paraíso. Sus obras nacen de esta oscuridad.
2. La vida del hombre será siempre existencia conflictiva: Teresa recalca este punto, e insiste en la necesidad de una lucha constante. Estamos divididos y con esta división vivimos.
3. El pecado como riesgo permanente: Teresa no se recrea en la descripción del estado de pecado, sino que busca  evidenciar parte del misterio que nos acompaña en la existencia: somos pecadores. esta también implica ser conscientes de la necesidad de redención, de la constate conversión, de las secuelas del pecado, de los cantos de sirena, del peligro de mirar atrás y, como la mujer de Lot, quedarnos convertidos en estatuas de sal. Todas las moradas estarán marcadas por este saludable riesgo del pecado que pone al hombre en situación de lucha y le invita a ahondar desde la humildad en el conocimiento propio, y desde la oración, en la necesidad que tenemos siempre de Dios... "Porque si Él no nos guarda la ciudad, en vano trabajaremos, pues somos la misma vanidad".

miércoles, 9 de octubre de 2013

ITINERARIO DE LA FE EN "LAS MORADAS", de SANTA TERESA.

“LA EXPERIENCIA DE LA FE: HABITAR NUESTRO CASTILLO INTERIOR”

Primera Morada: DESCUBRIRNOS A LA LUZ DE LA FE (1M 2, 4). Dios nos revela quiénes somos; nuestra belleza se fundamenta en la redención en Cristo. Consecuencias de esta revelación: invitación a entrar dentro de sí, y a conocerse a través de la fe (1M 1, 5). La fe como fuente y sustento en el camino, está fundada en la caridad y en la gratuidad de Dios, y es forjadora de humildad y libertad (1M 2, 8). Hasta las cuartas moradas se presentan unas constantes bien determinadas: la peregrinación del ego-centrismo al Dios-centrismo (1M 2, 1), el encuentro con la propia “miseria” (3 M 2, 2), ahondar en la belleza que nos habita y el peligro de la auto-justificación (3M 1, 4)

Segunda Morada: AVENTURARSE A CAMINAR DESDE LA FE (2M 1, 10). La persona crece en medio de las dificultades, pero tiene que actuar con determinación ante los obstáculos: el no estar desasido, estancamiento, aburguesamiento, vivir en los arrabales del castillo (2M 1, 3.5.9). Se comienza a dejar a Dios ser Dios, confiando en su misericordia (2M 1, 8), y a percibir la dulce voz del Señor que guía (2m 1, 2). Las mediaciones adquieren vital importancia: personas, lecturas, meditaciones (2M 1, 3).

Tercera Morada: FE Y PERSEVERANCIA (3M 1, 3). Bienaventurados los que perseveran y temen al Señor, porque de Él les vendrá toda seguridad (3M 1, 1). La fe se vive desde el amor (3M 2, 10),  y no se contenta con sólo cumplir (3M 1, 5.7), sino que busca orientar los propios intereses hacia los del Señor (3M 2, 6).  Y para que este amor no sea solamente fabricado en nuestra imaginación, es necesario hacer lo que está en nuestras manos, pero sin buscar la auto-justificación (3M 2, 7),  y aprender a acoger las contradicciones y sequedades que se presentan (3M 1, 9).

Cuarta Morada: LA FE QUE MADURA CON EL AMOR (4M 1, 7). La fe es vivida como experiencia de la presencia totalmente gratuita que lleva al olvido de sí a favor de Dios (4M 1, 2, y 4M 3, 6). Se aprende a amar desde el amor de Dios (4M 1, 7), como don que acrecienta la capacidad de amar (4M 2, 9), y la disposición de servir (4M 3, 9).

Quinta Morada: LA FE QUE NOS HACE CRIATURAS NUEVAS (5M 2, 3). La disposición de la persona y su experiencia de unión con Dios, hacen que reviva el dinamismo bautismal de la muerte y resurrección en Cristo. Teresa lo explica a través del símbolo del gusano de seda (5M 1 y 2). Aunque se trata de un proceso intenso y exigente es en sí mismo fuente de paz, aun en el sufrimiento (5M 2, 10). La fe modela la vida (5M 3, 6-7), y se verifica su autenticidad en el amor al prójimo puesto en práctica (5M 2, 13 y 4, 10).

Sexta Morada: LA FE COMO HERIDA DE AMOR (6M 1, 1). El “enamoramiento” causa una permanente herida de amor, pues la persona desea gozar plenamente de esa presencia, y por eso procura desasirse de muchas realidades que le estorban (6M 1, 1). La confusión y las tribulaciones interiores y exteriores son propias de estas moradas, y contrastan con las experiencias de los más diversos fenómenos místicos. Sin embargo, no serán tanto estos fenómenos los que dinamicen  el proceso  hacia la unión con Dios, sino la fe y la confianza en su misericordia (6M 1,10; 9, 16).

Séptima Morada: CUANDO LA FE YA ES VIDA (7M 1, 6). Dios ha llevado a la persona a la morada donde Él habita, es la consumación del matrimonio espiritual, que es la plenitud de la fe (7M 1,3). Una fe viva en la que la persona se descubre renovada en Cristo y configurada en Él 7M 2, 1.3.5), y se manifiesta en el olvido de sí, en la capacidad de sobrellevar las adversidades con paz, de amar a los enemigos,  y de perder el temor a la muerte (7M 3, 2-7). Toda la memoria se va en cómo contentar más a Dios, y en qué, y por dónde mostrarle el amor que se le tiene… obras quiere el Señor (7M 4,6).

lunes, 7 de octubre de 2013

PARA LEER "LAS MORADAS" de SANTA TERESA (2)

PROTAGONISTAS DEL LIBRO:
1.     DIOS: Dios está en el centro, Dios Trinitario, Dios amor. Una certidumbre que llena y produce gozo. (Vida 18, 15, y 5M 1, 10). La experiencia de Dios habitando en el centro del alma es la piedra angular de la experiencia teresiana. Dios, que es fuerza y luz, y tira del hombre hacia adentro. Dios siempre toma la iniciativa, ES QUIEN LLAMA, Y SE ofrece, COMO Dios, esposo, amigo…es DON.  Siempre es FIEL, incluso cuando no lo somos nosotros, y su deseo es la UNIÓN. De una visión así de Dios nace una actitud interior del ser humano. La revelación de Dios implica al mismo tiempo revelación del ser humano.
2.    EL SER HUMANO: Relación estrecha entre estos dos protagonistas. En y desde Dios es como el ser humano da con la profundidad de su ser. Eliminando a Dios, el hombre se cierra el paso al descubrimiento de su propia identidad y plenitud. Dios nos abre a la experiencia vocacional: miseria y dignidad, llamado y renovación, transformación dinámica. Le descubre CAPAZ, le abre al propio MISTERIO. Alternativa: ¿Dónde pones tu hogar, dentro o fuera? Dentro es personalización y libertad; fuera es despersonalización y esclavitud. El ser humano está ordenado a Dios, abierto por vocación al infinito, puede hablar con Dios. (Cuentas de conciencia 41, 2).  La interioridad humana: mundo fascinante, mundo sin explorar, mundo en el que debemos entrar para llegar a SER.
3.    LA ORACIÓN: Esta es la palabra clave del libro, el enlace entre los dos protagonistas, la concreta relación entre Dios y el hombre. Es riqueza plena de matices, algo vivo y dinámico, interiorización y profundización. Relación con la Persona que nos hace personas. No es un camino hacia una interioridad meramente intimista, sino camino hacia la plenitud personal, que implica encuentro con el otro, relación, comunidad. No huimos de nada, buscamos una Presencia, un Alguien. Para Teresa, la oración es síntesis del camino espiritual, elemento básico de todo discernimiento, es AMISTAD, un modo de ser aquí y ahora. La oración es transformante, generadora de una nueva identidad personal.
Terminamos esta primera parte, diciendo algo sobre el CONCEPTO DE “MORADA”:
Teresa no pone en cuestión la posibilidad de comunicación y encuentro entre Dios y el hombre, es algo incuestionable. Así, hablar de “Moradas”, es hablar de: comunicación de Dios (Elemento místico); Dios presencia viva y actuante en todo el proceso de la vida espiritual, desde el principio hasta el final del camino. Luego, acción del hombre, esfuerzo ascético, respuesta a la acción de Dios. La gracia que recibe la persona de modo responsable opera una transformación espiritual en sentido positivo (acoge y responde), y en sentido negativo (renuncia). Así, todo lo anterior, gracia recibida y respuesta dada, queda encerrado en la palabra y concepto de ORACIÓN, modo concreto de comunicarse la persona con Dios.
Hablamos de un TRIPLE BLOQUE en este itinerario:
a.    Moradas ascéticas: de la primera a la tercera. Predomina y resalta el esfuerzo de la persona por responder a la llamada y a la gracia.
b.    Morada de transición: Cuarta morada. Sirve de enlace o puente, morada fronteriza. Sintetiza y armoniza la incipiente vida mística con el esfuerzo ascético de la persona.
c.    Moradas místicas: de la quinta a la séptima. La acción de Dios se hace cada vez más arrolladora y experimentable. Dios marca el ritmo y lleva la iniciativa, y el ser humano “padece” la acción de Dios y responde.
En realidad no es este un itinerario lineal, consecutivo, sino que luego cada persona ha de saber que su camino hacia Dios es único y que la experiencia de Teresa pretende ofrecer unas pautas de orientación y luz. No hay tampoco moradas puramente ascéticas o místicas, y es básico saber distinguir los fenómenos místicos del contenido de la mística, pues la abundancia de los primeros puede hacernos perder de vista lo esencial.
 Teresa nos abre el camino, comparte su experiencia, pero nos toca a nosotros adentrarnos luego en el Misterio.


domingo, 6 de octubre de 2013

PARA LEER "LAS MORADAS" de SANTA TERESA.....

EL CAMINO DE LA INTERIORIDAD EN SANTA TERESA DE JESÚS (CASTILLO INTERIOR).
Introducción: Teresa y su magisterio.
1.     Mujer de experiencia.
2.    Condiciones en las que narra dicha experiencia: perseguida, calumniada, amenazada su reforma, ella misma quebrantada en su salud, pero colmada a nivel existencial en su relación con Dios.
3.    Teresa: mujer, orante, escritora, humanista.
PRIMERA PARTE.
Simbología teresiana en este itinerario: alternativa de vivir “derramado”, hacia el exterior, o adentrarse en la propia interioridad, que es donde hallamos a Dios. La propia religión puede vivirse en estas dos modalidades: vivir en la superficie o vivir en lo profundo. La oración es un camino hacia la interioridad.
Equivalencias: Los elementos esenciales son:
Castillo= El hombre
Cerca del Castillo= El cuerpo, lo físico, los sentidos.
Puerta del Castillo= La oración.
Habitantes= Dios y el hombre.
Moradas= Diversos modos de vivir el hombre su relación con Dios.

Ahora, los elementos accidentales:
Las potencias del alma: guardas, alcaides, mayordomos, maestresalas.
Enemigos del alma: sabandijas y bestias, cosas ponzoñosas, demonios.

Importante que Teresa destaque lo que es esencial en este itinerario: Dios y la persona, el ser humano, hombre o mujer, al que ella denomina siempre “alma”, según la visión teológica y espiritual de su tiempo.

Otros símbolos usados por Teresa: las dos fuentes (experiencia de la gracia), el gusano de seda (Transformación en Cristo), el matrimonio (proceso de unión).
Teresa, a través de estos símbolos, pretende revelar, desvelar el misterio, y además comunicar y provocar la experiencia.
En fin, MORADAS es una biografía de Dios, del camino de Dios en la persona; camino de búsqueda, crecimiento,  lucha… es el Dios que Teresa percibió en su vida, y que ha de presidir la nuestra. A la luz de ese Dios se ve al ser humano, se ordena su comportamiento y se presenta su vida espiritual, fuertemente dinámica, dialogal.
En Cristo Dios se revela, y en Cristo se revela el ser humano hacia el cual tendemos en este itinerario.

PRINCIPALES ELEMENTOS DOCTRINALES DEL LIBRO:
1.     Dios que vive y actúa en el ser humano,  y que se comunica dentro.
2.    El ser humano (alma), escenario y protagonista de la aventura espiritual.
3.    La oración-unión, trato y puente de comunicación entre ambos. Unión transformadora de la persona.

4.    La combinación de los tres elementos anteriores es lo que conforma el concepto de “MORADAS”, o “Castillo interior”; diversos estados transitorios de la realización de la amistad  entre Dios y el ser humano. Es un “tratado de la vida espiritual, de la experiencia espiritual”.

(Continúa)

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...