TERCERAS MORADAS: Aquí la preocupación no está en las pruebas
y trabajos, sino en que la propia situación espiritual se convierta en piedra
de tropiezo (Por apoyarse en lo que hace, por exhibirlo como un título ante
Dios, por creer que ya todo está hecho y detenerse).
Dios: Dios actúa siempre, responde a nuestros esfuerzos, pero su actuación no suele ser la que el alma espera. Dios no se hace presente “premiando” y aprobando, sino probando. Dios entra en escena revelando nuestra verdad moral íntima, oculta entre tantas obras ascéticas. El ser humano suele engañarse, Dios inicia su ofensiva desvelándole la verdad de su vida, quitando las máscaras. Por eso Dios desconcierta, desestabiliza; nada de lo hecho nos da derechos (“Pasad delante de vuestras obrillas…”.) Se rompen nuestros esquemas espirituales, muestra nuestra soberbia espiritual, y hace que nos rindamos y dejemos conducir por el propio Dios. Frente a todas las obras hechas hasta aquí, el negocio está en rendir nuestra voluntad a la de Dios. Dice Teresa: “No está el negocio en tener hábito de religión o no (lo exterior), sino en procurar las virtudes y rendir nuestra voluntad a la de Dios y que el concierto de nuestra vida sea lo que su Majestad ordenare a ella (lo interior)”.
Por eso
viene entonces la sequedad y desgana, un sentimiento de desencanto. Dios
defrauda. Aquí se revela falta de
humildad, y la poca verdad en que camina el alma. Teresa habla de “almas
concertadas”.
El ser humano: Es apreciable lo que se ha hecho para llegar hasta aquí en el Castillo, pero Teresa quiere resaltar lo negativo: el estado en que vive es más aparente que real; necesitan una reorientación a fondo, pero no crean necesitarla, por eso no la harán por sí mismos. Dios interviene amorosamente para darles el empujón que necesitan. Bajo el oropel de una vida espiritual “concertada”, cuadriculada, minuciosa y programada se esconde todavía mucho egoísmo (Se eleva por encima de los demás y se auto declara “canon” y norma para los otros; presenta exigencias a Dios, cree merecer). Podríamos decir que SE HAN HECHO MUCHAS COSAS PERO SE HA DEJADO INTACTA A LA PERSONA, por eso la verdadera liberación aun está por hacer. Esa liberación empieza a producirse cuando el hombre se abandona y confía incondicionalmente, en movimiento de amor, en las manos del OTRO. Aquí hay un nuevo enfoque ascético y un nuevo contenido de la ascética, que consiste en: DAR LA PROPIA PERSONA CON AMOR LIMPIO, SIN INTERÉS. POR ÉL SOLAMENTE.
Virtudes aquí a cultivar y potenciar: obediencia, humildad, caridad. Integrando los dos polos: humano y divino. Apertura a los hermanos para aceptarlos, aprender de ellos y reconocer su bondad.
En términos de oración aquí: Vivir en su presencia, abrirse a Dios, mirarle.
CRISTO: Modelo
de nuestra vida. Camino, seguimiento. Morir al egoísmo y a los temores que
nacen de nuestra naturaleza, y vivir en comunión de amor amistoso. Nuestra
debilidad se hace fuerte en Él.
Clave
bíblica: Bienaventurado el que teme al Señor. Siervos inútiles. Que
no se haga mi voluntad sino la suya.