SEXTAS MORADAS: Son 11 capítulos, es la más larga, y
también la más difícil, por los extraños fenómenos místicos que describe
Teresa, y que pueden parecernos lejanos e inalcanzables. Estas son las moradas
de LA LUZ Y EL ENAMORAMIENTO. Luz y Amor que presentan una forma netamente
purificadora, último toque profundo de preparación para el matrimonio
espiritual. Puro “crisol de amor”.
DIOS: se revela aquí incontenible, envolvente,
dominador, que parece disfrutar con un alarde de fuerza inclinando al ser
humano totalmente de su parte. Llega de su parte un conocimiento que no es a la
inteligencia sino a la persona total por la vía del amor. Purifica, quita y
arranca cuanto estorba a esta fiesta de luz y amor, y más que invitar, parece
que empuja. Características: a. La comunicación de Dios se sitúa en lo
muy interior del hombre, b. Coge y domina todo el ser del hombre, quedando
totalmente polarizado en Dios, c. Es una acción violenta, el alma se doblega,
se siente arrebatada., d. Acción profundamente renovadora, e. Certeza absoluta
de que es Dios, f. La comunicación divina es dolorosa para el alma.
Efectos:
polarización en Dios, desasimiento de todo, liberación, luz que ilumina todo:
Dios, ser humano, mundo.
HOMBRE: Pensaríamos que ya se lo encuentra todo hecho,
pero en el don que recibe encuentra el hombre la razón para un mayor compromiso
con el Dador de todo. El amor no se impone; agranda, más bien, el campo y la
profundidad de la respuesta. La “pasividad” engendra la más potente actividad
(Ascesis mística).
CRISTO: El capítulo séptimo de estas moradas debería
figurar en toda antología sobre la persona y el misterio de Cristo, junto con
Vida 22. Teresa disfruta de la comprensión mística de textos bíblicos
cristológicos: Cristo como luz, camino, revelación, guía. Cristo está al
término de la vida espiritual (cristificación), y es también fuente e
instrumento de toda gracia NO PODEMOS ANDAR SIN ÉL.
Tipologías: Moisés
y la zarza ardiendo (Inefabilidad de la experiencia mística), Pablo que cae del
caballo (fuerza de la gracia mística), La samaritana (Dios únicamente puede
apagar la sed). Otros: El Padre que espera la vuelta del hijo, el paso del mar
rojo, etc.