lunes, 14 de octubre de 2013

PRIMERAS MORADAS de Santa Teresa.

PRIMERAS MORADAS: MORADAS DEL DESPERTAR, DEL CONOCIMIENTO PROPIO. Presentación de los protagonistas de la historia. Ofrece su visión de Dios y del hombre. Nos invita a “caer en la cuenta”, a la interioridad y a la amistad, es decir a la ORACIÓN.
Visión positiva de la persona humana (humanismo teresiano: importante detenerse y hacen hincapié en esto; punto de partida sano para este itinerario). Grandeza del ser humano, abierto al diálogo con Dios, misterio de la persona y su interioridad. Invita a PONER LOS OJOS EN EL CENTRO (Esto es: orientar la vida hacia las fuentes del ser). No es saber sólo que Dios está, sino que participemos de su vida, un “estar” radical. Luego habla de cómo el pecado oscurece la visión del ser humano (aunque Dios no deja de estar); supone desarraigo y descentralización, esclavitud, exteriorización. Teresa quiere hacernos ver que ese hombre débil, marcado por el mal, es al mismo tiempo capaz de Dios, Dios es su riqueza.
Dios vive siempre en el centro, siempre; es una presencia creadora de vida y fuente de luz. Dios se comunica, bendice, regala, redime. Dios es el centro de la historia que narra Teresa, el protagonista de esta progresiva humanización a la que estamos llamados (salvación). Dios se comunica para revelarse, y se revela, dándose, porque es bueno, no el hombre sino Dios. Gratuidad del don. Importante conocer a ese DIOS AMOR. No poner tasa a sus obras, considerar estas cosas con plenitud y anchura, Dios hacedor de imposibles. Amistad entre Dios y el ser humano. Como decir: con este DIOS AMIGO van a tratar, ábranse a él. Esta es la CLAVE del comenzar, nada de despreciarse uno mismo o de imaginar un Dios intratable.
Conocimiento propio: Orar es conocerse. A teresa le importa mucho este paso. Estas son las moradas del conocimiento propio, descubrir lo que somos, y establece equivalencia entre este conocerse y la humildad. Así, salir luego de nosotros mismos y volar a Dios; no quedarnos en la culpa, considerar la grandeza de Dios en nosotros, el amor creador que nos habita. Dios es principio de todo lo bueno en nosotros, tener la certeza de que contamos con Dios para este conocernos y conocerle, porque esto nos hace fuertes y aguerridos.
La oración: La puerta para entrar al castillo, es decir, para entrar en el conocimiento de Dios y de sí mismo. Convertirse a Dios y a sí mismo. Entrar… aunque sea con mil negocios entre manos todavía. Queremos empezar un camino nuevo, pero muchas cosas nos atan todavía, nos limitan, nos pesan. Dispersión y derramamiento, exteriorización, debilitamiento espiritual y moral. Teresa nos invita a hacer de la oración una forma de vida, aun en estas condiciones.
Para ello, invita: “Pongamos los ojos en CRISTO, nuestro bien, y allí aprenderemos la verdadera humildad (conocimiento)”. El itinerario de Teresa es siempre esencialmente CRISTOLÓGICO.

Imágenes bíblicas de esta primera morada: Génesis 1, 26 (nos creó a su imagen y semejanza); San Juan (Dios vive dentro de nosotros, hay muchas moradas, el alma del justo un paraíso). Tipologías: La Magdalena y el Ciego de nacimiento (El amor gratuito de Dios), la mujer de Lot (El hombre que mira fuera, exteriorizado, se vuelve estatua de sal).

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...