Teresa de Lisieux no escribió un
tratado de espiritualidad, no tiene una obra sistemática, no estudió teología.
Pero desde una experiencia cristiana muy propia y singular, su vida transcurrió
sobre unos ejes vitales, y sobre ellos construye su espiritualidad.
1. La misericordia de Dios: ella descubre que toda su vida esta en reconocer y cantar las misericordias de Dios. Lee y vive su vida en clave de misericordia y gracia.
2. Acogida del amor misericordioso:
Teresita quiere dar a conocer a Dios, ofrecerse a quien se ofrece.
3. Las manos vacías:
No quiere, ni cree necesitar, el acumular méritos para el cielo, en la línea de
la espiritualidad de su entorno. Ella descubre la gratuidad del amor de Dios.
4. Pequeñez, confianza y abandono:
núcleos centrales de su mensaje. La palabra “confianza” tiene un sentido muy
fuerte en Teresita.
5. Las obras de la confianza y el amor:
Para ella es muy importante el vínculo entre el amor y las obras: “El amor se
prueba con obras”.