jueves, 17 de mayo de 2018

VIDA RELIGIOSA: DOLOROSA GESTACIÓN Y ESPERANZA INDOMABLE



Cercana la celebración de PENTECOSTÉS, en la que siempre se actualiza la urgencia de la llamada del Espíritu que habita en nosotros, y por tanto en cada comunidad consagrada, rescato este pasaje de una reflexión escrita hace ya tiempo (2005) por José María Guerrero (SJ). Nos recuerda que todavía sigue la VIDA RELIGIOSA pendiente de ese paso audaz que el mundo necesita, ese “alumbrar un nuevo estilo”, que convenza de verdad y que arrastre.

Vivimos en un tiempo cargado de incertidumbre, pero también lleno de esperanza. Son tiempos de ocaso y de amanecer. Atravesamos un período de dolorosa gestación en espera de alumbrar un nuevo estilo de vida religiosa, capaz de ser más significativa en la actual coyuntura histórica. Situada la vida religiosa en un contexto de cambios nunca visto, el viento del Espíritu la sacude y remece empujándola a abandonar estructuras obsoletas y anquilosadas que le hacen perder significabilidad para el hombre de hoy, y la impulsa a dejarse recrear por el Espíritu. No vivimos en una burbuja, sino que somos parte de una humanidad herida y medio muerta, excluida y empobrecida, violentada e insegura, enferma y hambrienta como el ser humano caído junto al camino de la violencia, las guerras y el terror del egoísmo acaparador.
Y sin embargo, la solución está cerca. Es Jesús, el Resucitado y Señor de la historia que vive y actúa en nuestro tiempo. Nosotros vivimos de una esperanza indomable”.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...