“Asegúrate en la fe, es decir, no obres más que bajo la luz potente de Dios nunca según las impresiones y la imaginación. Cree que Él te ama, que quiere ayudarte Él mismo en las luchas que tendrás que sostener. Cree en su amor, su demasiado gran amor, como dice San Pablo (Ef.2, 4). Alimenta tu alma de las grandes verdades de la fe, que te revelan toda su riqueza y el fin para el que Dios te ha creado… ¡Es tan hermosa la verdad, la verdad del amor! Él me ha amado, Él se ha entregado por mí (Gal. 2, 10). He aquí lo que es ser verdadero”.
(Grandeza de nuestra vocación, sep.1906. Isabel de la Trinidad. Obras Completas, página 130).