"La voluntad de Dios se expresa más sencillamente en las palabras: «Paz en la tierra». Dios quiere la paz…Por eso, nuestro anhelo de paz debería extenderse más allá del silencio de las armas cuando hayamos dejado de matarnos unos a otros. Hay mucho más en juego. La paz humana, en la cual las naciones abandonan la guarra, «por un rato», no es suficiente. La paz de Cristo es más grande que todo nuestro entendimiento y nuestros éxitos culturales; porque aun cuando trabajamos duro por harmonía, muy fácilmente estallan conflictos entre nosotros y en nuestras familias. Lo que necesitamos es una profunda y arraigada reconciliación en Cristo; paz de Dios para todos que convertirá la tierra en el cielo" (Christoph Friedrich Blumhardt).
"La paz no es producto del terror ni del miedo. La paz no es el silencio de los cementerios. La paz no es producto de una violencia y de una represión que calla. La paz es la aportación generosa, tranquila, de todos para el bien de todos. La paz es dinamismo. La paz es generosidad,es derecho y es deber,en que cada uno se sienta en su puesto en esta hermosa familia" (San Óscar Arnulfo Romero).