En estos días estamos en sintonía espiritual con Teresita. Para mí ella es puro testimonio evangélico, frente a una religiosidad que busca ganar el favor de Dios a costa de esfuerzo, penitencias y méritos. Teresita es confianza, sencillez, abandono, y sobre todo AMOR; con mayúsculas, sí, en grande y de verdad.
TERESITA es una mujer joven, consagrada y contemplativa de finales del siglo XIX; no es una teóloga propiamente, pero sus escritos guardan una rica doctrina espiritual, nacida de su experiencia. Más allá de su lenguaje piadoso y a veces ñoño, hay una fuerza evangélica que ha tocado muchos corazones. También tiene una dimensión misionera y ecuménica, un profundo amor a la Palabra de Dios. Habla de una santidad encarnada en la vida ordinaria, muestra a Dios cercano y misericordioso (Aceptación-gratuidad-confianza y abandono). Al servicio de la Iglesia (en su corazón, que es el amor).
Mentalidad jansenista: Exaltación de la majestad de Dios y su trascendencia, la postración de la condición humana después del pecado original; visión del hombre y del mundo muy pesimistas; insiste en la severidad de Dios y su cólera, una rigidez sin inteligencia, una religión de temor y una vida sin amor, una ascesis expiatoria que conquista la gracia necesaria para salvarse.
UNA IGLESIA conservadora, que mira con sospecha todo lo nuevo, restauración del tomismo, falta de encarnacionismo y de sentido profético. Fuerte anticlericalismo social, falta de cultura en el clero. Surgimiento de institutos religiosos, piedad popular centrada en Cristo (Sagrado Corazón y la Eucaristía, Reparación y Adoración) y María (Apariciones, Medalla Milagrosa). Fuerte espíritu devocional: tremendismo en las predicaciones, abuso de un Dios juez; piedad sentimental y moralizante, espiritualidad individualista.
En SANTA TERESITA: Fuerte raigambre familiar (elementos positivos y negativos); una santidad forjada en las pruebas y los sufrimientos (pérdidas en la familia, carácter de Teresita, trabajos en el Carmelo); una santidad de contrastes (tendencia rigorista: austeridad, méritos, ascesis Vs primacía del amor); una santidad fruto de la Palabra de Dios; un camino “nuevo”: la vuelta al Evangelio: confianza, alegría. En TERESA encontramos una FIDELIDAD CREATIVA.
EL CAMINITO: 1. Se sitúa ante Dios en su realidad: es pequeñita. 2. Consciente de que no puede hacer nada por sí misma, se pone confiadamente en los brazos de Dios. 3. Esto desemboca en su ofrenda al amor misericordioso (no a su justicia). 4. Deseos de santidad (don gratuito). 5. Primacía del amor.
Teresa se adelanta al Concilio Vaticano II al universalizar la santidad, haciéndola asequible.
Fray Manuel de Jesús, ocd.