En una carta a los Carmelitas Descalzos que han de reunirse en Capítulos por todo el orbe, en diversas fechas, nuestro Padre General Fray Saverio Cannistrá, ocd, nos recordaba, ya lo hemos dejado escrito por acá, que "el Capítulo Provincial no es mero cumplimiento de una ley, ni una simple costumbre burocrática: es un momento fuerte de una comunidad religiosa y eclesial, llamada a retomar su vida, a reformarla y a renovarla constantemente, discerniendo de un modo serio y profundo su camino hacia el futuro. Es un momento de gracia, de encuentro gozoso con el Señor y entre nosotros, del que podemos y debemos recabar energías, nuevas motivaciones, y una nueva inspiración para la vida cotidiana".
El propio papa Francisco está dando ejemplo de renovación eclesial, y nos invita a renovarnos constantemente para que tanto nuestra vida como nuestras estructuras y palabras, sean expresión de la misericordia de Dios y la alegría del Evangelio. La rutina y la mediocridad, el acomodamiento o el mero cumplimiento de preceptos exteriores son amenazas constantes a la vida religiosa, así como el individualismo, la crisis de identidad y la perdida del entusiasmo misionero. La crisis, constatada y asumida, no tiene que ser necesariamente negativa; lo terrible sería ignorarla, y seguir conformándonos con la decadencia y la rutina. Ese tratar de conservar la "normalidad" en nuestra vida como religiosos, que en el fondo implica seguir acomodados, sin mirar lo que funciona mal, y protegiendo una estructura o costumbres que han dejado de ser evangélicas o que no ayudan a crecer en entrega, libertad y maduración espiritual.
Así, escribe el P. Saverio: "No es el momento de las grandes obras: es el momento de nutrir a las personas, de conocerlas, de curar sus heridas. Cuando la ciudad está bajo asedio, no se piensa en construir palacios nuevos, sino que se busca que cada cual tenga qué comer y lo necesario para resistir durante la lucha".
Sus sugerencias son estas, a modo general:
1. Poner de nuevo en el centro la vida de comunidad.
2. Los jóvenes que llegan a nuestras casas necesitan una formación sólida y articulada.
3. Eso implica sumarles a procesos formativos serios e internacionales.
4. Tener en cuenta los muchos miembros de edad avanzada en nuestras comunidades.
Me gustaría encontrar tiempo para reflexionar en estos temas....
Manuel Valls, ocd.