"¡Oh cristianos e hijas mías, despertémonos ya, por amor del Señor, de este sueño y miremos que
aun no nos guarda para la otra vida el premio de amarle; en ésta contiene la paga. ¡Oh Jesús mío! ¡Quién pudiese dar a entender la ganancia que
hay de arrojarnos en los brazos de este Señor Nuestro y hacer un concierto con Su
Majestad que mire yo a mi amado y mi amado a mí! ¡Y que mire Él por mis cosas y yo por las
suyas!.. Torno a
decir, Dios mío, y a suplicaros, por la sangre de Vuestro Hijo, que me hagáis
esta merced: “Béseme con beso de su boca”. Que sin vos ¿qué soy yo, Señor? Si no estoy junto a Vos,
¿qué valgo? Si me desvío un poquito de
Vuestra Majestad, ¿adónde voy a parar?"
SANTA TERESA DE JESÚS. Conceptos del Amor de Dios 4, 8