sábado, 13 de diciembre de 2014

SUBIDA Y CÁNTICO: DOS MOMENTOS DE UNA EXPERIENCIA

“La obra de San Juan de la Cruz, más biográfica y experiencial que dogmática,  ha de entenderse en su totalidad,  de manera que no puede limitarse sólo al tema del Cantar de los Cantares (Cántico), ni al de la Subida con las “Nadas”. Ambos momentos (Subida y Cántico) han de verse en unidad, como las dos caras de una misma experiencia del Dios “extraño” que se hace lo más íntimo del hombre. Según esto, el Cántico no se puede entender simplemente como un juego poético de juventud que debe superarse para así pasar después al plano superior del duro “ascenso” ascético, formulado por la “nadas” (con su elemento de Cruz), sino que ofrece los símbolos primeros y finales de su vida y de su obra, permitiendo de esa forma que podamos entenderla en su totalidad.

Sin abrirse a la experiencia del Cántico, las “nadas” de la Subida terminarían siendo un puro masoquismo. Pero sin arraigarse en las “nadas” de la Subida (sin entender el amor como pérdida de sí), las formulaciones del Cántico podrían convertirse en evocación poética vacía, que no puede “crear” aquello que proclama ni venir a presentarse como plenitud de la existencia humana."



XABIER PIKAZA. San Juan de la Cruz: sus cuatro obras principales. Conferencia en Úbeda, 2013.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...