Julio, para los carmelitas, es el mes de la Virgen, de su advocación mariana: Nuestra Señora del Monte Carmelo. Ella es Madre y es Hermana en nuestro camino hacia Cristo, con Cristo, para Cristo. Ella intercede por nosotros, atenta cuando nos falta el vino para vivir la fiesta, la alegria del amor que nos recrea y nos alumbra, el amor que nos hace mujeres y hombres nuevos. En nuestras comunidades y parroquias empezaremos hoy la Novena de preparación a su fiesta, dando gracias a Dios por el regalo que nos hace en María, anuncio de la nueva humanidad por la que trabajamos.