CAMINO DE PERFECCIÓN es la segunda obra compuesta por Teresa, aunque no es seguro que ese título se le deba a ella; aparece en las páginas iniciales de uno de los autógrafos, pero escrito por una mano ajena. Para Teresa, se trata de "avisos y consejos a las hermanas religiosas e hijas suyas", y está pensando en las religiosas de sus fundaciones, pero en especial en sus hijas del monasterio de San José de Ávila.
La Santa redactó el Camino dos veces, y ambas redacciones se conservan autógrafas. La primera, sin división de capítulos, en la Biblioteca del Escorial. La segunda, ya en forma de libro seccionado en capítulos, en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de Valladolid. Ambas versiones fueron escritas en el naciente carmelo de San José de Ávila, probablemente en 1566, después de terminar el Libro de la Vida (finales de 1565) y antes de la visita del famoso franciscano Alonso de Maldonado (finales de 1566). La segunda redacción la hizo por varios motivos: para darle más forma de libro y hacerla más fácil de leer, para cambiar algunas cosas por indicación de un teólogo amigo que revisó el primer manuscrito, etc. También hizo algunos cambios en la segunda luego, una vez que fue revisada por teólogos o censores.
Cuando la Santa funda nuevos carmelos hace transcribir el libro, de modo que sirviera para la formación espiritual de las nuevas comunidades. También fue idea de la Santa mandarlo a imprimir, pero por muchas razones no quedó satisfecha, y necesitó nuevas enmiendas; envió el texto a su mecenas portugués, pero la edición no vio la luz hasta 1583, cuatro meses después de la muerte de Teresa.
En el proósito de su autora, CAMINO debería desempeñar una función pedagógica dentro del Carmelo: serviría para formar a las religiosas y a la vez a la comunidad contemplativa. Esta lectura sería complementada con el LIBRO DE LA VIDA como iniciación, y también con la lectura de la Regla y Constituciones. En este libro Teresa formula de manera inequívoca el ideal contemplativo y apostólico de su comunidad, es decir, su carisma. La carmelita y la comunidad no solo se entregan a una vida netamente contemplativa, sino que la deberan concebir y vivir en función de servicio eclesial, con la mirada puesta en los grandes intereses y necesidades de la Iglesia, como respaldo a sacerdotes, teólogos y misioneros, y como intercesión por los grandes problemas y necesidades que enfrenta el mundo.
Para bien fundar la vida contemplativa, Teresa propone en la primera parte del libro, un programa ascético de corte evangélico, práctica personal y comunitaria de unas pocas virtudes fundamentales: pobreza, desasimiento y humildad. Añadirá luego otras dos actitudes de fondo: sed de agua viva, es decir, tensión y vivos anhelos de santidad; y una "determinada determinación".
Luego, en la segunda parte del libro, capítulos 22-42, introduce en su tema preferido, la oración y contemplación. adoptando como base el Padrenuestro. La oración del cristiano deberá introducir al orante en los sentimientos de Jesús, en su estilo de relación con el Padre, y en su apertura amorosa a los demás; desde ahí también buscará educar en el recogimiento y formar en la oración litúrgica fundamental que es la Eucaristía.
Cuando alguien le aseguró confidencialmente que leer las páginas de esta obra era como leer Sagrada Escritura, ella aceptó gozosa esta idea. De hecho, algún autor ha puesto en paralelo la Escritura con las obras de Teresa como modo de entendcer el lugar de sus libros fundamentales en el corpus teresiano; así, Vida sería como el Evangelio, Fundaciones como Hechos de los Apóstoles y Moradas, el Apocalipsis. CAMINO, el libro que comentamos, vendría a ser como las Cartas de San Pablo.
(Ideas tomadas del P. Tomas Álvarez, en el Diccionario de Santa Teresa)