lunes, 2 de septiembre de 2019

ADENTRARSE EN LA NOCHE...


Vamos a seguir hablando de la NOCHE OSCURA, y cito: "La noche es la fase en que se decide el destino, elevado o mediocre, de toda vida espiritual". Por eso es importante entender en que consiste realmente esa experiencia, y cómo debemos vivirla, en clave de fe. No es lo primero tener un conocimiento detallado del libro de San Juan de la Cruz, aunque siempre ayuda manejar un esquema general y localizar sus pasajes más significativos; lo que nos interesa es que se lea el texto de modo personal, que se señalen los pasajes que me dicen algo a mí, y que poco a poco, con la ayuda del Espíritu, me vaya aprovechando el magisterio del santo para la propia vida espiritual. San Juan de la Cruz es maestro en el crecimiento, en la maduración del creyente, del orante, con crecientes cuotas de libertad interior; es un ascenso, una subida, un sumergirse en la oscuridad para alcanzar la cima y la luz, y allí, ligeros de equipaje, alzar el vuelo, y hacerse uno con Cristo.

Es fundamental la fuerza que tiene el símbolo, la NOCHE como expresión abarcadora de una experiencia constatable (que va delante siempre), y a la vez interpretada desde el símbolo mismo. Juan mira y describe la noche natural que todos conocemos, y la vincula con la irrupción dolorosa y desconcertante de Dios, fundiéndolas en una imagen, noche, que se llena de significados y repercusiones, espirituales y sensitivas. Juan no inventó este símbolo, pero lo rehace de tal modo que este alcanza una fuerza mayor en el horizonte espiritual del creyente.

Dentro del símbolo sanjuanista confluyen diversos elementos:
1. La experiencia natural de la noche como fenómeno cósmico, que oculta o disimula los objetos, alterando así la percepción que tenemos de ellos, y el modo en que los experimentamos.
2. Hay una tradición bíblica y patrística que habla de oscuridad y de tiniueblas cuando el ser humano se pone en comunicación con Dios, el mortal con el trascendente. 
3. La propia experiencia personal de Juan de la Cruz, de oscuridad y de abandono, en la cárcel de Toledo, como representación existencial de otras muchas experiencias que
 él ha vivido, y en las que se combinan la oscuridad sensorial y la tiniebla divina.

Todo lo anterior se resume en un nombtre sencillo, intuitivo, polifacético y universal: Noche. De ahí que desde la propia experiencia uno pueda ir desentrañándolo, descubriendo sus muchos y particulares significados. 

¿Por qué le llama NOCHE a esta experiencia? En el plano espiritual lo explica en 1Subida2,1: Por el punto de partida, que es la privación o ausencia de gustos o sensaciones; porque el medio para seguir este camino es aun más oscuro, es decir, la Fe; y porque la meta a la que nos conducen ambas cosas anteriores es el Dios trascendente, oscuro y tenebroso para el hombre en esta vida. 

Ese símbolo y esa experiencia se expande poderosamente en un POEMA: un poema breve (de ocho estrofas), denso y coherente. Y en el poema el símbolo se despliega, vuela, lleno de pasión y dinamismo. La Noche es más que tiempo o ambiente: es acción, drama de amor, encuentro; son noche las personas que se encuentran, Amado y amada, comunicandose en el misterio, y se encuentran no solo en y durante la noche, sino por medio de la noche.

Juan de la Cruz advierte al inicio que la persona que habla en el poema y en las declasraciones lo hace ya despues de haber pasado por la experiencia de la Noche, y esto es importante porque quita amargura e incertidumbre a lo que leemos, y constatamos los buenos frutos que resultan de la experiencia vivida. Nos cuenta el final de la historia, para que no nos asustemos (como cuando ya sabemos el final de una película, y seguimos el drama con la confianza de que el protagonista no muere), y además puede darle a su relato un mayor sentido de unidad.

Es bueno, y recomendable, hacer una lectura detallada del poema, para descubrir en las palsabras, frases, giros, que su autor utiliza, imágenes visuales y espirituales que enriquezcan el símbolo y el modo en que lo entendemos.  Todo él trancurre en la oscuridad, en el secreto, en el disfraz, en el silencio, y luego puede dividirse como en tres escenass o momentos: es una salida o huida o búsqueda en la noche ( no es un aguardar simplemente en la oscuridad). Es la parte más dinámica del poema: el alma enamorada huye de casa en busca del Amado y en plena oscuridad. Nadie la ve ni ella se detiene a ver a nadie, es el amor quien la guía. 

La escena siguienter es la del encuentro (la estrofa 5), más que describirlo, se alude a él, a la experiencia en la que desemboca la búsqueda. Es breve, pero es el centro, el corazón del poema, meta alcanzada y fuente de lo que sigue. Y luego, la tercera escena (Tres estrofas), que expresa comunión y quietud; ahí están los amantes solos, comunicándose, en silencio y plenitud.

 En resumen, el poema no necesita muchos comentarios: la noche oscura es la experiencia de fe, toda la vida de fe podríamos decir; la fe es la que guía y la que une, luego es también la persona del amado, contiene el objeto de la búsqueda, y es el sujeto de la comunión. La Noche, siguiendo la estrofa central, guía, junta y transforma.


Luego, hablemos del COMENTARIO: como está vinculado al libro previo, Subida, carece de elementos introductorios; ellos están al inicio de ese libro. Juan de la Cruz es un poco impredecible en sus comentarios, promete algoi y luego hace otra cosa, y prácticamente lo dice todo comentando el primer verso del poema. 

El comentario  se puede desglosar en cuatro puntos:
1. Experiencias desconcertantes de la Noche, con ejemplos de personas concretas.
2. Principios teológicos para comprender la Noche, sus causas y finalidad.
3. Análisis del hombre antes, durante y después de la experiencia purificadora.
4. Frutos de amor e iluminación tras la experiencia vivida.

 Como hemos dicho antes, no es obra del santo las divisiones del libro, sino de su primer editor, buscando dar un ritmo más pedagógico a la lectura. El santo lo escribió de corrido, no como un tratado, sino como una declaración de los versos, y por ejemplo solo para explicar el primer verso dedica hasta 30 páginas. 
Como también dijimos, toda la obra NOCHE se refiere a la noche oscura en su aspecto pasivo. El primer libro habla de la Noche del sentido, y el segundo de la Noche del espíritu; el primero es más breve, por las razones que el propio santo indica (8,2). Ya en una entrada anterior presentamos un esquema general del libro; la quintaesencia de toda la obra está en los capítulos 5 al 10 del segundo libro.Por dos veces, en el primero y en el segundo libro, Juan de la Cruz realiza el ciclo de la experiencia nocturna, hecho de tres momentos: siente la necesidad del cambio, se lanza al vértigo de una transformación que no puede controlar, y concluye en serenidad

(Se recomienda la lectura de LLAMA 1,18-26; 2, 23-31, como alternativa para comprender este proceso de la NOCHE).

(Ideas desarrolladas a partir de los comentarios al libro NOCHE OSCURA en las Obras Completas de San Juan de la Cruz)



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