Retomo, con un grupo de hermanas/os de mi comunidad, la lectura y profundización del CÁNTICO de San Juan de la Cruz; el propósito es abrir caminos de comprensión para que sea más provechosa luego la lectura personal del poema y comentario del santo. He ido recopilando algunos textos que a mi parecer facilitan lo anterior, y uno de ellos pertenece a Federico Ruíz, ocd, en su libro "Místico y Maestro, San Juan de la Cruz" (EDE), uno de los mejores conocedores del santo. Es una síntesis teológica y espiritual de la obra sanjuanista, construida a partir de la vida teologal (fe-esperanza y amor). La visión simultanea y ordenada de esos componentes puede facilitar la comprensión, y prevenir frente a posibles reduccionismos, cuando tengamos que prestar atención a un elemento en particular del proceso, y en lecturas parciales de la propuesta del santo.
Siete momentos encontramos en la secuencia experimental y doctrinal; la realidad es simultanea...
1. Unión del hombre con Dios: Dios y el hombre en primer término, relacionados en comunión total de amor. Es el propósito de la propuesta de San Juan de la Cruz, la unión plena.
2. En Jesucristo: realización suprema de la unión Dios-hombre, mediación ascendente y descendente, personal. Cristo es la clave.
3. Por fe-amor-esperanza: formas y actuaciones de la unión mística, inmediata, comunicación de Dios, acogida del hombre, en Cristo. Las tres virtudes teologales como camino y praxis.
4. En las mediaciones: la unión asume la mediación subjetiva e histórica, sin por ello perder su inmediatez y trascendencia. Misterio de la Encarnación.
5. A través de renuncia y noche: la unión del hombre temporal con Dios infinito conlleva la exigencia de depuración y trascendencia.
6. Proceso largo y accidentado: es vida y desarrollo orgánico en el tiempo, de creciente comunión y ruptura.
7. Hasta la plena transformación: meta de las aspiraciones, la igualdad de amor, con relativa plenitud, abierta a gloria.
La concentración teologal implica un ensanche del horizonte real e histórico. Lejos de empobrecerla, confiere a la vida del ser humano sus propias dimensiones de infinitud y trascendencia.
"Fuera de Dios todo es estrecho".