jueves, 18 de julio de 2019

PRIMEROS PASOS DE LA MANO DE TERESA...

El itinerario teresiano se sustenta en una concepción altamente positiva del ser humano. Leamos el comienzo de las primeras moradas y disfrutaremos de esa hermosa y ya clásica descripción de Teresa en la que compara “nuestra alma como un castillo todo de diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos…”. 

Pongamos a trabajar nuestra imaginación para representarnos esto, y creer que el mismo rey del castillo nos invita a visitarlo. Siempre invita, nunca obliga. El castillo somos cada uno de nosotros, y el rey es Dios. Somos un castillo habitado y estamos invitados a entrar en él. Aquí radica la dignidad de cada persona. Dios llama a todos a iniciar así una vida espiritual partiendo de que somos imagen y semejanza suya. Esto supone dejar la superficialidad, abandonar la periferia, para ir a lo hondo, a lo profundo, y encontrar las maravillas de Dios. Basta ya aquí el deseo de hacerlo para ir comenzando este camino.

El habitante de las Primeras Moradas introduce con Teresa en su vida esta idea: soy imagen de Dios, me recreo en la bondad y hermosura de todo ser humano, soy capaz de comunicarme con Dios por ser su criatura, y esa creación no es pasado, sino también presente: me crea y me cría. Esto genera un dinamismo salvífico en mí. De ahí que soy imagen ya, pero debo llegar a serlo en plenitud. Tengo que llegar a ser del todo lo que ya soy en esencia.



Vamos a pensar los TRES CONCEPTOS BÍBLICOS sobre el ser humano que aparecen en MORADAS

1. Hecho a imagen y semejanza de Dios: partiendo del texto de Génesis, pieza decisiva de la antropología cristiana, Teresa recurre al tema del ser humano, "imagen de Dios". Así resalta la dignidad humana desde la belleza, dignidad, sabiduría, del mismo Dios. Así el ser humano, en el recorrido que propone Teresa, hecho a imagen de su Creador y deformado por el pecado, adquiere poco a poco la imagen de Cristo, imagen de Dios, que había perdido.

2. Somos morada de Dios: Dios vive en el ser humano por presencia, potencia y esencia; es decir, que el ser humano es grande en cuanto grande es su "capacidad de Dios". Ella escribe: "No es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde dice Él tiene sus deleites". Esta idea pone de relieve la hermosura y gran capacidad del alma. Así nace la necesidad de buscar a Dios dentro de nosotros, pues somos cielo donde Dios tiene su trono en nuestro mismo corazón. Así, esta visión ilumina al mismo tiempo la dignidad de mi prójimo. Teresa escribe a una superiora, a propósito de una religiosa difícil, diciendo: "Si el alma tiene buena, considere que es morada de Dios". La plenitud del camino está en que somos habitados por el Dios Trino, Dios comunión; así, de saber que Dios mora en nosotros llegamos a la certeza de que nosotros moramos en Dios.

3. Un Dios que se comunica: Dios es comunicación, implica esto en Teresa, que es posible el trato y la amistad con Él. Aquí está concretado el proceso de MORADAS, el itinerario del ser humano, la vocación de cada uno. Dios habla palabras de amor, y el ser humano escucha y responde. Es toda una aventura, una búsqueda, un camino... "El hombre puede tener su conversación nada menos que con Dios". Diálogo con la Trascendencia.


¿Y EL PECADO? Teresa es realista, y sin desdecirse de esta visión luminosa con la que abre las puertas del Castillo, pasa a hablar en el segundo capítulo de las Primeras Moradas, acerca del PECADO, de la situación real del ser humano que no vive o realiza la vocación a la que ha sido llamado originalmente. El pecado es condición y riesgo permanente en este camino; entre la vocación del hombre (proyecto de Dios), y su situación real, se entabla todo la dinámica del libro de Teresa: un camino desde lo exterior a lo interior, desde el pecado (ruptura) hasta la Gracia (comunión)...

Tres puntos a pensar:

1. El pecado mortal como situación límite: la imagen de Dios deformada en el ser humano roto, derramado. Tengamos claro que Dios no deja de estar presente, incluso en aquel que está en pecado, pero sin fuerza de comunicación transformadora. El ser humano vive alienado, fuera de sí, esclavo, disperso, en desarmonía, fuera del Paraíso. Sus obras nacen de esta oscuridad.

2. La vida del hombre será siempre existencia conflictiva: Teresa recalca este punto, e insiste en la necesidad de una lucha constante. Estamos divididos y con esta división vivimos.

3. El pecado como riesgo permanente: Teresa no se recrea en la descripción del estado de pecado, sino que busca evidenciar parte del misterio que nos acompaña en la existencia: somos pecadores. esta también implica ser conscientes de la necesidad de redención, de la constante conversión, de las secuelas del pecado, de los cantos de sirena, del peligro de mirar atrás y, como la mujer de Lot, quedarnos convertidos en estatuas de sal. Todas las moradas estarán marcadas por este saludable riesgo del pecado que pone al hombre en situación de lucha y le invita a ahondar desde la humildad en el conocimiento propio, y desde la oración, en la necesidad que tenemos siempre de Dios... "Porque si Él no nos guarda la ciudad, en vano trabajaremos, pues somos la misma vanidad".

LAS PRIMERAS MORADAS: MORADAS DEL DESPERTAR, DEL CONOCIMIENTO PROPIO

Presentación de los protagonistas de la historia. Ofrece su visión de Dios y del hombre. Nos invita a “caer en la cuenta”, a la interioridad y a la amistad, es decir a la ORACIÓN.
Visión positiva de la persona humana(humanismo teresiano: importante detenerse y hacen hincapié en esto; punto de partida sano para este itinerario). Grandeza del ser humano, abierto al diálogo con Dios, misterio de la persona y su interioridad. 
Invita a PONER LOS OJOS EN EL CENTRO (Esto es: orientar la vida hacia las fuentes del ser). No es saber sólo que Dios está, sino que participemos de su vida, un “estar” radical. 

Luego habla de cómo el pecado oscurece la visión del ser humano (aunque Dios no deja de estar); supone desarraigo y descentralización, esclavitud, exteriorización. Teresa quiere hacernos ver que ese hombre débil, marcado por el mal, es al mismo tiempo capaz de Dios, Dios es su riqueza.

Dios vive siempre en el centro, siempre; es una presencia creadora de vida y fuente de luz. Dios se comunica, bendice, regala, redime. Dios es el centro de la historia que narra Teresa, el protagonista de esta progresiva humanización a la que estamos llamados (salvación). Dios se comunica para revelarse, y se revela, dándose, porque es bueno, no el hombre sino Dios. 

Gratuidad del don. Importante conocer a ese DIOS AMOR. No poner tasa a sus obras, considerar estas cosas con plenitud y anchura, Dios hacedor de imposibles. Amistad entre Dios y el ser humano. Como decir: con este DIOS AMIGO van a tratar, ábranse a él. Esta es la CLAVE del comenzar, nada de despreciarse uno mismo o de imaginar un Dios intratable.

Conocimiento propio: Orar es conocerse. A Teresa le importa mucho este paso. Estas son las moradas del conocimiento propio, descubrir lo que somos, y establece equivalencia entre este conocerse y la humildad. Así, salir luego de nosotros mismos y volar a Dios; no quedarnos en la culpa, considerar la grandeza de Dios en nosotros, el amor creador que nos habita. Dios es principio de todo lo bueno en nosotros, tener la certeza de que contamos con Dios para este conocernos y conocerle, porque esto nos hace fuertes y aguerridos.

La oración: La puerta para entrar al castillo, es decir, para entrar en el conocimiento de Dios y de sí mismo. Convertirse a Dios y a sí mismo. Entrar… aunque sea con mil negocios entre manos todavía. Queremos empezar un camino nuevo, pero muchas cosas nos atan todavía, nos limitan, nos pesan. Dispersión y derramamiento, exteriorización, debilitamiento espiritual y moral. Teresa nos invita a hacer de la oración una forma de vida, aun en estas condiciones.
Para ello, invita: “Pongamos los ojos en CRISTO, nuestro bien, y allí aprenderemos la verdadera humildad (conocimiento)”. El itinerario de Teresa es siempre esencialmente CRISTOLÓGICO.

Imágenes bíblicas de esta primera morada: Génesis 1, 26 (nos creó a su imagen y semejanza); San Juan (Dios vive dentro de nosotros, hay muchas moradas, el alma del justo un paraíso). Tipologías: La Magdalena y el Ciego de nacimiento (El amor gratuito de Dios), la mujer de Lot (El hombre que mira fuera, exteriorizado, se vuelve estatua de sal).

(Esta entrada se ha conformado como resumen de varias entradas del blog que hablan del Humanismo Teresiano).


lunes, 15 de julio de 2019

ELEMENTOS IMPORTANTES DEL MAGISTERIO ORANTE DE SANTA TERESA

No son todos, solo algunos elementos importantes del magisterio orante de Teresa, que entre sus principales títulos lleva el de "maestra de oración" y guía en los caminos de la interioridad. 

1. Iniciativa de Dios: Este es el despertar de la oración, la caída en la cuenta de un acoso persistente, de ese amor madrugador. "Sea bendito por siempre, que tanto me esperó" (Vida, prólogo 2) (Vida 2,9).  La primera verdad de la oración es sabernos amados por Dios. Rendirnos a ese protagonismo primero de su amor, darle crédito, consentir, dejarnos amar. La oración es sobre todo lo que él hace en mí, lo que le permito hacer. 

2. Originalidad de la búsqueda: superando los métodos, ella no se contenta con palabras y busca a Dios mismo. Los libros y maestros ayudan, orientan, pero ninguno evita la búsqueda personal. Tetresa va inventando su modo de orar. El buscador vive una profunda soledad que le aboca desnudo a Dios. 

3. Trato de amistad: Santa Teresa ha tenido el acierto de definir la oración como trato entre personas, como trato entre amigos, salvando las diferencias. Con ello hace entendible la oración a todo espíritu, y nos recuerda uno de los elementos más ricos y bellos del ser humano: capaz de amar y ser amado. La oración es relación de personas, encuentro transformante y dinámico. La amistad con Dios ha de ir siendo depurada de propio interés, de sentimentalismo, de superstición... hacia la confianza y la escucha. 

4. Jesucristo: La humanidad de Jesucristo es central en el proceso de la oración teresiana. La "condición humana de Dios" es su gran descubrimiento, la gracia principal para encajar todas las piezas. La humanidad de Cristo hace posible la comunión con Dios. La adoración de Cristo Eucaristía, hecho entrañable cercanía, hecho "nuestro", es una de sus vivencias privilegiadas y expresión de ese amor por el Dios encarnado. 

5. Dignidad humana: es otra manera de hablar de la "belleza interior", del castillo y de la perla, del "Huesped" y de nuestra vocación a vivir en plenitud. Teresa nos recuerda que no estamos huecos, que hay que conocerse para reconocer en nosotros el don de Dios, la maravilla de su creación. Las Moradas de Santa Teresa son un canto a la naturaleza humana habitada de Dios. La muerte, en su más hondo sentido, es afirmación de vida plena, el gusano que renace en mariposa. 

6. Su modo de orar: "Procuraba lo más que podía traer a Jesucristo, nuestro bien y Señor, dentro de mí presente, y esta era mi manera de oración" (Vida 4,8). "Estábame allí, lo más que me dejaban mis pensamientos, con él" (Vida 9,4). El hombre se recoge en silencio interior para gustar, vivir la presencia. En sentido más verdadero, Dios mismo recoge al orante, lo distrae de toda distracción para atraerlo a sí. De manera tan sencilla nos propone su modo de oración.

7. Oración/vida: para Santa Teresa la oración es expresión de toda una vida. Al orar la vida entera está en juego. Ambas se alimentan mutuamente. La insistencia de la Santa en el amor hecho vida: "obras quiere el Señor" (5 Moradas 3,11). Ejercicio frecuente en soledad y silencio, pero insiste, sobre todo, en la acitud contemplativa amorosa y acogedora. La contemplación-admiración se ha de dar en toda oración vocal, discursiva, mental, etc., llegando a todo lo que vivimos cotidianamente. Teresa, de hacer oración, acaba convirtiéndose ella, su vida, en diálogo constante con su Señor. 

8. Ambiente/clima/fundamentos: Muy importante un clima de fraternidad y acogida, amistad limpia y sincera. Clima de sencillez y pobreza, en sentido hondo y real, para que nada estorbe lo esencial. Esta sencillez en los lugares donde oramos, para que todo centre la mirada en el Único. Pero la genialidad teresiana acerca de la oración está planteada en el Camino de Perfección, donde dedica 21 capítulos a los fundamentos de la oración: pobreza, humildad, desasimiento, amor de unoas a otras y determinada determinación. No se es verdadero orante y contemplativo sin el cultivo de estas virtudes. 

Miguel Márquez, ocd (revisado).

domingo, 14 de julio de 2019

INAUGURADO CENTRO TERESIANO SANJUANISTA EN ALBA DE TORMES, ESPAÑA.

El pasado sábado 13 de julio fue inaugurado el Centro Teresiano Sanjuanista y sus salas de exposición permanente en el Convento de San Juan de la Cruz de los padres Carmelitas Descalzos de Alba de Tormes.

El espacio expositivo, denominado: ‘Entremos más adentro…’ —tomado de un fragmento del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz—, incluye los remodelados claustro y refectorio del convento, la sacristía mayor, una sala en la que se ha instalado la maqueta de la Basílica Teresiana realizada por Jerónimo de Cotobal y otras dos salas dedicadas a los místicos castellanos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

Esta son algunas de las obras más destacadas.
15 piezas de orfebrería de culto y relicarios de los siglos XVII y XvIII
22 cuadros en su mayor parte del siglo XVIII
24 esculturas, más la urna funeraria de san Juan de la Cruz, de los siglos XVI al XVIII
Dos colecciones de grabados con escenas de la vida de santa Teresa y de san Juan de la Cruz, del siglo XVII.
Todos los facsímiles de las obras de santa Teresa de Jesús
Dos cartas autógrafas de santa Teresa. Documentos del siglo XVI relacionados con santa Teresa de Jesús y san Juan de la cruz.
Varias piezas de la vida cotidiana del tiempo de santa Teresa de Jesús y san Juan de la cruz.
La edición príncipe de las obras de san Juan de la cruz de 1618.
La reproducción de la celda de san Juan de la cruz.
Ocho cuadros al óleo con escenas de la vida de san Juan de la cruz y santa Teresa de Jesús en el claustro.
Siete mesas de madera de nogal del siglo XVI en el refectorio conventual.
Una colección de 14 escenas de la pasión de Jesucristo en grabados franceses del siglo XIX.
Cuatro acuarelas del arquitecto Enrique María repullés y Vargas de 1899
El jardín conventual se ha dedicado a san Enrique de Ossó por su estrecha vinculación con santa Teresa y Alba, y en él se ha colocado un busto de bronce de este.

El acto de inauguración tuvo lugar a las 21.30 horas en la iglesia de San Juan de la Cruz y contó con un concierto del quinteto de clarinetes ‘Évano’.

(Tomado de: De la rueca a la pluma)

GASTAR LA VIDA...

"Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un favor al que no va a devolver; gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo...Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad...Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío".

Luis Espinal

domingo, 7 de julio de 2019

JULIO ES EL MES DE MARÍA EN EL CARMELO

Julio, para los carmelitas, es el mes de la Virgen, de su advocación mariana: Nuestra Señora del Monte Carmelo. Ella es Madre y es Hermana en nuestro camino hacia Cristo, con Cristo, para Cristo. Ella intercede por nosotros, atenta cuando nos falta el vino para vivir la fiesta, la alegria del amor que nos recrea  y nos alumbra, el amor que nos hace mujeres y hombres nuevos. En nuestras comunidades y parroquias empezaremos hoy la Novena de preparación a su fiesta, dando gracias a Dios por el regalo que nos hace en María, anuncio de la nueva humanidad por la que trabajamos. 

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...