En este capítulo Teresa habla de su determinación a entrar en la vida religiosa, enfermedad y camino de oración. Son años decisivos, desde los 18 hasta los 24 años de edad. El capítulo contiene 2 relatos, unidos entre sí por un momento de oración.
El primer relato, su ingreso en la vida religiosa: días de determinaciones, gozo intenso al tomar el hábito. Luego sigue el momento de oración (3-4), para dar comienzo en el número 5 al segundo relato: enfermedad, largo viaje a Becedas, pasando por Hortigosa y Castellanos, y entrenamiento en la oración, sobre la base de un nuevo libro llamado Tercer Abecedario.
En el relato, Teresa revive dos grandes experiencias: una, la fuerza que tuvo para determinarse a hacer algo por Dios, y la suerte de haber encontrado el camino de la oración, pese a las dificultades y altibajos. Un halo alterno de dolor y gozo envuelve la narración, y ella advierte, espantada y gozosa, la gran bondad que Dios ha tenido para con ella.
CRONOLOGÍA: Entra en La Encarnación en 1535. Profesa en 1537. En otoño de 1538, sale de La Encarnación, camino de Becedas, pero pasa el invierno en Castellanos.
"Cuando salí de casa de mi padre no creo será más el sentimiento cuando me muera. Porque me parece cada hueso se me apartaba por sí, que, como no había amor de Dios que quitase el amor del padre y parientes, era todo haciéndome una fuerza tan grande que, si el Señor no me ayudara, no bastaran mis consideraciones para ir adelante. Aquí me dio ánimo contra mí, de manera que lo puse por obra".(1)
¿Cuáles fueron las causas de la enfermedad de Teresa?: Tal vez, como ella misma escribe, por la mudanza de la vida y los manjares; tal vez porque su propia psicología se resentía en la lucha interior que tenía lugar en ella. Desmayos, mal de corazón, y otros muchos males juntos obligan a Teresa a salir del convento para buscar remedio a su extraña enfermedad.
DESCUBRIMIENTO DE LA INTERIORIDAD: Teresa se aprovecha de un libro, regalo de un tío suyo, que trataba de enseñar oración de recogimiento, y fascinada con la interioridad y con el Dios que comienza a descubrir en ella:
1. Se determina a seguir aquel camino con todas sus fuerzas.
2. Comienza a tener ratos de soledad y confesarse a menudo.
3. Tomó aquel libro por maestro.
4. Aun no estaba tan libre de ofender a Dios como el libro decía, pero experimentaba en su vida la bondad de Dios, y le parecía traer el mundo bajo sus pies.
"Procuraba lo más que podía traer a Jesucristo, nuestro bien y Señor, dentro de mí presente, y ésta era mi manera de oración. Si pensaba en algún paso, le representaba en lo interior; aunque lo más gastaba en leer buenos libros, que era toda mi recreación; porque no me dio Dios talento de discurrir con el entendimiento ni
de aprovecharme con la imaginación, que la tengo tan torpe, que aun para pensar y representar en mí -como lo procuraba traer- la Humanidad del Señor, nunca acababa".
Dos elementos importantes aquí menciona Teresa: SOLEDAD Y BUENOS LIBROS. Ambas cosas ayudan a quitar la atención de lo exterior para ponerla en lo interior. Estas traen consigo gran pena y sequedad, y grandísimo combate con los pensamientos.