Llegamos a los capítulos 30 y 31 del LIBRO DE LA VIDA de Teresa de Jesús; los capítulos anteriores han hecho un balance de gracias fuertes, oposición de consejeros adversos, angustias y dudas de Teresa misma. Ahora, a ese cuadro, se añade algo más: en el capítulo 30, trances de desánimo, fondo oscuro de situaciones depresivas y estados de impotencia; en el capítulo 31, tribulaciones exteriores, unas de origen diabólico, otras originadas por la excesiva estima de los otros por sus gracias místicas. Les dejo acá el ESQUEMA de ambos capítulos:
CAPÍTULO 30:
#s 1-7: Intervención de Fray Pedro de Alcántara, que entiende a Teresa "por experiencia" y aporta una ráfafa de luz. "Veía que no me entendía nadie, que estoy muy claro lo entendía yo... Fue el Señor servido remediar gran parte de mi trabajo, y por entonces todo, con traer a este lugar al bendito Fray Pedro de Alcántara".
#s 7-21: Larga serie de factores de desfallecimiento por parte de Teresa misma. Falsas humildades, distinguiendo entre humildad falsa y humildad verdadera (7-10), momentos de ofuscación mental (11-13), desabrimiento (13-15), impotencia para pensar o leer (16-18), con breves momentos de claridad (14, 19-20). Aquí, referencia la mujer samaritana.
# 22: Relato minucioso requerido por García de Toledo: dice que se ha extendido porque así se lo ha requerido quien le mandó escribir.
CAPÍTULO 31:
#s 1-11: Una serie de episodios preternaturales: lo satánico en torno a Teresa ("Algunas tentaciones y turbaciones interiores y secretas que el demonio me causaba..."). En el #4 y 5, referencia al agua bendita y sus virtudes, y también en otros números.
#s 12-17: Sus reacciones al verse estimada por las gracias que recibe ("Un alma dejada en las manos de Dios, no se le da más que digan bien que mal de ella, si entiende bien entendido, que no tiene nada de sí").
#s 18-22: Consignas prácticas a quienes tienen grandes deseos y escasas posibilidades ("Creo que se engañan muchas almas que quieren volar antes que Dios les dé alas").
#s 23-25: Recuerda las humildes prácticas a las que ella ha recurrido: preguntar al que sabe sin temer por la honra, saber decir que no sabe o que no puede hacer algo...
Y en medio del relato (#13), una consigna del interlocutor interior ("Estando una vez fatigada de esto, me dijo el Señor, que qué temía, que en esto no podía sino haber dos cosas: o que murmurasen de mí, o alabarle a Él" ).
Seguiré comentando estos capítulos en una próxima entrada...
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