martes, 24 de junio de 2014

EL ALMA VIVE DONDE MÁS AMA

"Mas ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?"

DECLARACIÓN

Como el alma se ve morir de amor, según acaba de decir, y que no se acaba de morir para poder gozar del amor con libertad, quéjase de la duración de la vida corporal, a cuya causa se le dilata la vida espiritual. Y así, en esta canción habla con la misma vida de su alma, encareciendo el dolor que le causa, y el sentido de la canción es el que se sigue: vida de mi alma, ¿cómo puedes perseverar en esta vida de carne, pues te es muerte y privación de aquella vida verdadera espiritual de Dios, en que por esencia, amor y deseo más verdaderamente que en el cuerpo vives? Y ya que esto no fuese causa para que salieses y librases del cuerpo de esta muerte (Rm. 7, 24) para vivir y gozar la vida de tu Dios, ¿cómo todavía puedes perseverar en el cuerpo tan frágil, pues, demás de esto, son bastantes sólo por sí para acabarte la vida las heridas que
recibes de amor de las grandezas que se te comunicande parte del Amado, que todas ellas vehementemente te dejan herida de amor; y así, cuantas cosas de él sientes y entiendes, tantos toques y heridas, que de amor matan, recibes? Sígueseel verso:

"Mas ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives?"

Para cuya inteligencia es de saber que el alma más vive donde ama que en el cuerpo donde anima, porque en el cuerpo ella no tiene su vida, antes ella la da al cuerpo, y ella vive por amor en lo que ama. Pero demás de esta vida de amor, por el cual vive en Dios el alma que le ama, tiene el alma su vida radical y naturalmente, como también todas las cosas criadas, en Dios, según aquello de san Pablo (Act. 17, 28), que dice: En él vivimos, y nos movemos, y somos, que es decir: en Dios tenemos nuestra vida y nuestro movimiento y nuestro ser. Y san Juan (1, 4) dice: que todo lo que fue hecho era vida en Dios.

San Juan de la Cruz
"Cántico B 8, 1-3"

lunes, 23 de junio de 2014

NADA TE TURBE...

"Siempre es vano el conturbarse, pues nunca sirve para provecho alguno. Y así, aunque todo se acabe y se hunda y todas las cosas sucedan al revés y adversas, vano es el turbarse, pues por eso, antes se dañan más que se remedian. Y llevarlo todo con igualdad tranquila, no sólo aprovecha al alma para muchos bienes, sino también para que en esas mismas adversidades se acierte mejor a juzgar de ellas y ponerles remedio conveniente".

San Juan de la Cruz
"3 Subida 6, 3.

viernes, 20 de junio de 2014

DE LA MANO DE TERESA...

Hace más de 20 años, recién llegado a la fe, leí por vez primera un libro de TERESA, la mujer orante y emprendedora, que recorrió los caminos de Castilla, en el siglo XVI, sembrando comunidades vivas centradas en el seguimiento y la amistad de Cristo. La lectura del “Libro de la Vida” fue un verdadero acontecimiento espiritual para mí, recién converso; con él, aprendí a orar, y descubrí la gratuidad del amor de Dios y de su gracia. Superando progresivamente la dificultad del lenguaje, propio de la época de Teresa, me sumergí en una realidad totalmente nueva para mí, y me encontré caminando en la fe el camino de Cristo de la mano de esta mujer, determinada a superar cualquier obstáculo, para abrazarse al Amor. Teresa se convirtió en mi maestra, en mi madre espiritual y en mi amiga; con ella de la mano llegué al Carmelo, y en la medida en que conocí más y más aquel carisma, fui también conociéndola más a ella, leyendo sus libros, y los de quienes fueron sus discípulos: Juan, Gracian, Teresita, Isabel, Francisco, etc.
En 1998 llegué a Ávila, la ciudad en la que vivió TERESA, y durante un año recorrí sus calles, aspiré sus olores, me llené de imágenes y recuerdos, para sentirle más viva y cercana; fue allí donde dediqué tardes innumerables a leer pacientemente sus escritos, subrayando y anotando el ejemplar de sus obras completas que me acompaña siempre a donde voy. Eran tardes largas, mirando nevar a través de una pequeña ventana, en las que la voz de Teresa, desde lo que ella escribiera, sonaba en mis oídos como un manantial de agua viva. Aquel año fue fundamental en mi camino espiritual, y regresé a mi tierra lleno de entusiasmo para vivir y compartir todo lo aprendido y descubierto en aquel tiempo.
Otra dos experiencias importantes en mi relación con TERESA resultaron mi amistad con un presbítero, párroco de mi pueblo, que me invitó a ver, más de una vez, y debatir, la serie de televisión española, de ocho capítulos, “TERESA de JESÚS”, una verdadera joya, y que luego, a lo largo de estos años, he visto una y otra vez. Muchas veces he vuelto a ver alguno de sus capítulos: los de su iniciación en el camino de la oración, los que narran la historia de la primera fundación teresiana, y el despegue de su actividad fundadora, los que me acercan a sus combates interiores. Y luego, la tercera experiencia importante ha sido llevar, en dos ocasiones,  un blog dedicado a TERESA y su carisma, desde una visión personal y encarnada; el primero se llamaba "Una mirada desde el Carmelo de Teresa", y el segundo, este, "Castillo Interior". De alguna manera, siempre aparece esta mujer acompañando mis búsquedas espirituales, porque TERESA será mi maestra y mi compañera de camino, incluso si en algún momento dejara de ser miembro de esta familia suya en la que camino como Iglesia.
Tantas veces he celebrado particularmente mi amistad con TERESA: he rezado su oficio, he celebrado la eucaristía en su memoria, he repasado las páginas de sus libros, y por supuesto, también me he sentido en comunión con todo el Carmelo Teresiano, mujeres y hombres, los que de muchos modos diferentes se han sentido discípulos de esta “mujer fuerte” que nos dejó un legado muy valioso, el de su experiencia interior y su “determinada determinación” de buscar y buscar, sin rendirse, el rostro auténtico de Dios. 
De TERESA, amiga y maestra, he aprendido la amistad con Jesús, y el deseo de seguirle en libertad; ahora que vamos preparando la celebración del quinto centenario de su nacimiento, y  que me adentro en una nueva etapa del CAMINO, tampoco he de privarme de su sabiduría y su luz, todo lo contrario. Hoy más que nunca ella seguirá siendo maestra, y en cualquier lugar donde levante mi tienda, se hablará de TERESA.

miércoles, 18 de junio de 2014

LA ORACIÓN DE TERESA EN LOS COMIENZOS...

Seguimos la lectura del capítulo 9 del Libro de la Vida de Teresa, y nos preguntamos: ¿Cómo oraba Teresa en aquellos días?

- Procuraba representarse a Cristo dentro de sí: "
"Me hallaba mejor en las partes donde le veía más solo". 
"Me parecía a mí que estando solo y afligido, como persona necesitada, me había de admitir a mí". 
"Me hallaba muy bien en la oración del huerto; allí era mi acompañarle; pensaba en aquel sudor y aflicción que allí había tenido; si podía, deseaba limpiarle aquel tan penoso sudor; mas me acuerdo que jamás osaba determinarme a hacerlo, como se me representaban mis pecados tan graves". 
"Muchos años, las más noches, antes que me durmiese, cuando antes de dormir me encomendaba a Dios, siempre pensaba un poco en este paso de la oración del huerto".
 "Tengo para mí que por aquí ganó mucho mi alma, porque comencé a tener oración sin saber qué era".

-Se aprovechaba de libros para la oración:
-Aprovecha también ver campo, agua o flores, porque en estas cosas se halla memoria del creador ("Me despertaban y recogían y servían de libro").
- La humanidad de Cristo: Yo sólo podía pensar en Cristo como hombre; mas es así que jamás le pude representar en mí, por más que leía su hermosura y veía imágenes, sino como quien está ciego y a oscuras, que aunque habla como persona y ve que está con ella, mas no la ve". "Me comenzó la afición de estar más tiempo con él".

Teresa dice que en  la oración no pedía a Dios ternura y devoción, sino gracia para no ofenderle y que perdonara sus pecados. Sentía que Dios hacía mucho con aceptarle a ella, pecadora como era.

Luego, comenzando el capítulo siguiente, el décimo, Teresa comienza a declarar las mercedes o regalos que Dios le hacía en la oración. En el principio relata esta experiencia:

"Acaecíame en esta representación que hacía de ponerme cabe Cristo, que he dicho, y aun algunas veces leyendo, venirme a deshora un sentimiento de la presencia de Dios que en ninguna manera podía dudar que estaba dentro de mí o yo toda engolfada en El". (10, 1)

 Este sentimiento del que habla Teresa "no era a manera de visión"; se trataba de una experiencia interior en la que "suspende el alma de suerte, que toda parecía estar fuera de sí; ama la voluntad; la memoria me parece está casi perdida; el entendimiento no discurre, mas no se pierde; no obra, sino está como espantado de lo mucho que entiende".

¿Y qué es lo que entiende Teresa, que le hace vibrar de tal modo?
Pues ella dirá:
"Quiere Dios entienda de que aquello que su majestad le representa, ninguna cosa entiende".

¿Cuáles son los efectos de esta oración en Teresa?
-Ternura.
-Regalo del alma.
-Lagrimas.
-Consuelo.

¿Con qué actitud ha de recibirse este regalo?
- Con humildad: no los merecemos.
-Con agradecimiento: Alabe mucho a Dios, reconociéndose deudor suyo.

Dice Teresa que la persona cuando recibe estas mercedes y regalos de Dios piensa que ya está en el cielo, que no puede haber nada mejor, pero son sólo los comienzos de un camino lleno de sorpresas. De ahí que haya que aprovechar bien esta gracia, porque "si no usamos bien del tesoro y del gran estado que nos pone, nos lo tornará a tomar y quedarnos hechos muy más pobres...". (10, 6)


lunes, 16 de junio de 2014

NOTICIAS:Ha Fallecido el P. Agustín Okumura, ocd

Leo la noticia del fallecimiento del P.Okumura, carmelita japonés. La lectura de su libro "El placer de orar" constituyó un momento particularmente iluminador de mi camino espiritual en el Carmelo Teresiano.
Descanse en paz.


Japón, 15 de junio 2014 (Communicationes OCD).- 
El P. María Agustín Okumura Ichiro (1922- 2014) fue uno de los primeros teólogos católicos en buscar puntos de unión y diálogo entre el budismo zen y la fe cristiana. Así se expresaba en una entrevista sobre este tema: “Estoy seguro que en la experiencia del Carmelo, que es la que yo he elegido, existe un fondo que comunica incesantemente con el zen. En realidad yo soy cristiano, pero no he dejado de practicar el zen y de apreciar en el budismo, la anchura de espíritu que lo distingue”.

Uno de sus libros más famosos es el titulado: El PLACER DE ORAR. Traducido a muchas lenguas: Inglés, italiano, español, francés, alemán… Fue uno de los primeros Carmelitas Descalzos japoneses. En dicho país nació en abril de 1922. Profesó como Carmelita Descalzo en 1953 y fue ordenado de sacerdote en 1957. Estudió en
Francia y en Italia (Roma). Desempeñó por tres veces el cargo de Delegado General OCD del Japón y fue Rector de la Universidad Católica del Japón.

Así nos lo describe una periodista cuando el P. Okumura tenía 81 años. “De estatura pequeña, mirada dulce, voz firme no obstante su edad. Ríe con gusto cuando cuenta que los médicos le habían asegurado que no llegaría a junio…” Vivió 10 años

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...