"Siempre es vano el conturbarse, pues nunca sirve para provecho alguno. Y así, aunque todo se acabe y se hunda y todas las cosas sucedan al revés y adversas, vano es el turbarse, pues por eso, antes se dañan más que se remedian. Y llevarlo todo con igualdad tranquila, no sólo aprovecha al alma para muchos bienes, sino también para que en esas mismas adversidades se acierte mejor a juzgar de ellas y ponerles remedio conveniente".
San Juan de la Cruz
"3 Subida 6, 3.