ALGUNAS
NOTAS TOMADAS EN CONGRESO DE ALACAR, sobre EDITH
STEIN Y EL MARTIRIO CRISTIANO.
PRIMERA
PARTE (Sandra, religiosa carmelita misionera de
chile).
Cuando
pertenecemos a Dios todo lo humano nos pertenece.
Tres
niveles vocacionales: genérico (humano), específico (hombre/mujer), personal
(individual).
La
vida divina se comunica a cada uno según su condición.
Principio
de complementariedad entre hombres y mujeres.
Maternidad
/fecundidad martirial.
Llamada
a la totalidad y a la armonía. Es una totalidad relacional.
Crear
espacios libres para liberar.
Lo
propio de la mujer es humanizar la realidad y las relaciones.
Un
martirio humanizador.
Román
Ingarden , amigo de Edith Stein, cartas.
Pueblo
y pertenencia: cómo soy yo en medio de un pueblo, cuál es mi singularidad.
Solidaridad con un pueblo, incluso cuando no compartimos sus elecciones.
Personalización del pueblo.
Momentos
de noche colectiva.
Edith
toma sobre sí la cruz del pueblo de Israel en el holocausto, que para ella es
la cruz de Cristo. Actitud discipular. Contempló a su nación como una realidad
personal. Y la abrazó por amor cristiano. Ella murió por su pueblo, bajo el
signo de la cruz.
La
cruz alcanza un valor de humanidad, valor de sobre abundancia derramada.
Reveladora de la verdad de un proyecto.
Identificarme
con los pueblos que sufren. Recuperar individualidad e identidad. Recuperar la
mística martirial, pero con carácter liberador y humanizador.
SEGUNDA PARTE (Saverio Canistrá, ocd, Prepósito General).
Dimensión
martirial de la vocación cristiana y carmelitana.
En
el siglo XX, muchos mártires.
El
camino de Jesús tiene una dimensión martirial que no se puede obviar.
El
mundo que rechazamos como cristianos son los anti valores, no la realidad.
El
martirio es un acto de amor por Dios y por los hombres. El mártir acepta las
consecuencias extremas de su opción bautismal.
No
hay cristianismo sin esfuerzo.
El
bautismo no es una elección del cristiano, sino consecuencia de su opción
evangélica. No es tanto un soldado, sino un testigo. Es un hombre débil que
recibe su fuerza de Dios.
Edith
Stein acepta la cruz sin saber cómo se realizará concretamente su
donación. Ella sabe que es la entrega generosa de la vida a la voluntad de Dios
lo que salvará al mundo.
Puede
Dios exigirnos el martirio solo para su honor y gloria, o mira más bien el bien
de los hombres? (Yo).
El
testimonio de una viuda, de religión protestante, tocó la incredulidad de
teresa; luego vino un largo proceso en el que hay que insertar la lectura de
santa Teresa.
El
descanso en Dios.
Pasar
de la pasividad en sentido antropológico a la pasión de Cristo. Centralidad de
la cruz en la espiritualidad de Edith Stein.
Cómo
filósofa y como consagrada ella está buscando entregarse a la verdad.
Cómo
puedo dedicar tiempo a cosas frívolas con la sed que tengo de conocer,
estudiar, aprender...
Vocación
eclesial, está el mundo ardiendo... En el Carmelo no venimos a huir de la
batalla, sino a ponernos en el centro del combate. Su condición judía la
coloca como palabra para las minorías actuales, incluso cuando no formaba parte
comprometida de ella.
Estar
en la presencia de Dios por todos, eso es expiación.
Entregarse
al amor de Dios, no a su justicia... Ser un vaso vacío para la gracia de Dios.
Martirio como acto de amor.