“Pues tornemos ahora a nuestro castillo de muchas moradas. No habéis de
entender estas moradas una en pos de otra, como cosa en hilada, sino poned los
ojos en el centro, que es la pieza o palacio adonde está el rey, y
considerar como un palmito, que para llegar a lo que es de comer tiene muchas
coberturas que todo lo sabroso cercan. Así acá, alrededor de esta pieza están
muchas, y encima lo mismo”.
“A mi parecer jamás nos acabamos de conocer si no procuramos conocer a
Dios; mirando su grandeza, acudamos a nuestra bajeza; y mirando su limpieza,
veremos nuestra suciedad; considerando su humildad, veremos cuán lejos estamos
de ser humildes”.
Santa Teresa
(Moradas)
(Moradas)