viernes, 4 de julio de 2014

VIDA RELIGIOSA, según santa Teresa

Una cosa importa: llegar a ser de Cristo. Para Teresa, la vida religiosa es configuración con Cristo.

Textos teresianos fundamentales sobre este tema:

Vida (4, 5, 7, 36)
Modo de visitar los conventos.
Camino de perfección.
Constituciones.

Teresa no presenta una doctrina abstracta, sino práctica viva, experiencia propia. Es la misma Teresa la que aparece ante nosotros como realidad evangélica, en unas circunstancias de vida y santidad muy concretas de la historia de la Iglesia. Sabe que lo espiritual necesita concretarse en una forma determinada, y de ahí nace su primer comunidad en San José de Ávila, y luego las otras. Es el llamado “estilo” teresiano, recogido en sus escritos y el testimonio de sus compañeros de camino. El estilo ayuda a vivir el espíritu; si se desvirtúa el estilo, el espíritu se empobrece. Cuando se desfigura, se pierde identidad. Por eso Teresa insiste mucho en guardar la Regla y las Constituciones, porque contienen un espíritu y son exponentes del estilo de vida que ella propone.

No se trata del cumplimiento estricto de lo establecido, sino de descubrir un espíritu que se pretende vivir. Entender ese ESPÍRITU puede requerir tiempo, por eso es importante ir familiarizándonos con él desde los comienzos de nuestro camino vocacional. Las leyes no han de sacralizarse nunca; la riqueza carismática de nuestros fundadores no puede encerrarse en normas ni cumplimientos, ni es producto del pensamiento de unos u otros intérpretes. Por eso, no ha de hablarse de “vida religiosa” el simple hecho practicar algo establecido de antemano, porque no se trata de un mero cumplimiento.

Teresa nos invita compartir un PROYECTO DE VIDA. Ese proyecto toma como punto de partida en nuestro caso la Regla y las Constituciones, elaboradas para expresar ese ESTILO teresiano del que antes hablamos, y al que luego hemos de aportar nuestra impronta personal. El espíritu fundacional tiene que ser encarnado, configurado. Requiere expresarse con formas que distingan y se diferencien de otras formas de vida.

Teresa introdujo una forma nueva de hacer el camino de seguimiento de Cristo, con estilo propio, con manera nueva de hacer fraternidad.

Dos textos teresianos que ayudan a entender el propósito de Teresa:

Moradas 1, 2, 17. (Amor a Dios y al prójimo)

Camino 4, 1. (¿Qué tales habremos de ser?)



“VIVIR EN OBSEQUIO DE JESUCRISTO”

1. La vocación: La autenticidad de la vida religiosa la expresa Teresa en términos de “ser”, nunca de “estar”, o de “ser número”. Dice en carta a Ana de Jesús (451): “No está nuestra ganancia en ser muchos los monasterios, sino en ser santas las que estuviesen en ellos”. No es un “estado”, sino una vida, cuyo objetivo concreto es caminar hacia la fuente que es Cristo. 

2. El camino: Para Teresa, la vida religiosa es entrega, crecimiento en el servicio de Dios, hasta alcanzar la madurez de la vida cristiana: “No venimos aquí a otra cosa… así que a pelear como fuertes hasta morir en la demanda” (Cartas 16, 12; 18, 3; 20, 2). Teresa inicia su vida religiosa con alegría y entusiasmo, decidida, dispuesta a todo. Vocación para ir al seminario, o para estar en tal o cual convento no tiene nadie, sino para “seguir a Cristo”, para no regirse por otra norma que la del amor. Dios nunca llama a estar. La vocación es un proceso de vida….

3. Ser o no ser: … Y por eso tiene su historia propia, sus altas y bajas, sus crecientes y sus declives, hasta que la persona se determina a entregarse de verdad. Teresa conoció lo que era vivir altibajos en su camino como religiosa. Supo lo que era prometer y luego no cumplir, y sufrió la tentación de “andar como los muchos”. Se resiste a la llamada de Dios, que la quiere para cosas más grandes (Vida 8, 12).

4. Revisión de vida: En esa lucha cotidiana por responder a la llamada de Dios, Teresa tiene momentos de revisión de vida, de comparar lo que profesó con la vida que lleva. Teresa es crítica con ella misma y con algunos ambientes en los que ha de vivir su vida vocacional. Teresa, en Vida 7, 5, usa palabras duras sobre la vida religiosa de su tiempo. Teresa sufre en su propia carne todo esto, y sabe que ello repercute en la Iglesia. “La misión de la vida religiosa es hacer presente a Cristo mediante el testimonio personal” (Vita consecrata 72).

5. Estar a la escucha: Lo que salvó a Teresa fue estar a la escucha. Actitud fundamental de la vida espiritual. La vida religiosa es respuesta a una llamada a la santidad, al servicio del Señor, al amor, desde la práctica de los consejos evangélicos, desde la oración, desde la vivencia de la conversión plena, desde la renuncia de uno mismo para vivir totalmente en el Señor, para que Dios sea todo en todos. Esto es lo que llama Teresa: “Una determinada determinación”. Pide coherencia de vida; ella misma no quiere ser monja sólo de nombre, sino de verdad. La vida religiosa sin dinamismo interior, sin fuerza renovadora, sin respuesta a la llamada, es vivir a nuestro antojo, a base de comodidades, de búsquedas personales, de caprichos. Y eso no es vida. Teresa entro para caminar, y no para vivir parara, en permanente indecisión, esquivando riesgos y dificultades. Por eso llega el momento, ¡luego de 20 años de vida religiosa!, en que Teresa tiene que decidirse, y Dios pudo en Teresa.

6. Conexión con Dios en la oración: En las diversas disyuntivas de la vida lo que salva es mantener la conexión con Dios, estando siempre a la escucha de su Palabra. LO que salva a Teresa es el hecho de que, en la derrota o en la lucha, aprendió a no dejar de escuchar. No se insensibilizó a la llamada. Y por ahí la fue Dios llevando hasta lo que Él tenía preparado para ella. Repasar el capítulo 9 de VIDA, momento de su “conversión”.

7. Centralidad de Cristo: El proyecto, el estilo, el camino de Teresa, es esencialmente cristocéntrico. La vida religiosa para Teresa es “estar en Cristo y con Cristo”. Cristo es el punto de partida, de arranque, de toda vida religiosa: convertirse a Cristo. Hasta que Cristo no entra de verdad en la vida del vocacionado a la vida religiosa, se está a la deriva. Cristo es el centro. (Varios textos de Teresa: Vida 26, 6; Vida 22, 6-7, 12, 14).

8. Programa de Teresa: Toda llamada espera siempre una respuesta. Cuando Teresa se rinde a Dios y centra su vida en hacer el camino de Cristo, cae en la cuenta de que “ser monja” es hacer de la vida una respuesta de amor a Jesucristo. Ante todo, antes que hablar de cumplir lo establecido o abrazar los trabajos que se presenten, está el amor de un Dios que llama y el de Teresa (y el nuestro) que responde. Algunas consignas válidas de Teresa para todo vocacionado: enamorarse de Cristo, libertad interior, radicalidad en el seguimiento, alegría en la vida cotidiana, sencillez y sobriedad, pobreza; centrarse en las virtudes teologales, más que en una ascesis que tensiona. Poner toda la confianza en Cristo. Algo necesario a todo progreso vocacional es el vivir en estado de renovación permanente

9. Seguimiento: No es esta una palabra que aparezca en los escritos teresianos, pero si aparece el “seguir a Cristo”, que en la teología de la vida consagrada implica “hacer los caminos de Jesús”, adherirse totalmente, en fe y obediencia, a su persona; más que a una enseñanza moral y espiritual, compartir el destino de Jesús, dar la vida. Muchos textos teresianos manifiestan este propósito en Teresa, citamos algunos:

Por este camino que fue Cristo han de ir los que le quieren seguir” (V 11, 5)

“Da de muchas maneras a beber a los que le quieren seguir”
(C 20, 2)

Fundaciones 29, 32.

Y sobre todo fijar el texto de Camino: Todo CAMINO es el vademécum de la vida religiosa y manual de iniciación para cuantos se arriesgan a hacer el camino de Cristo.

Fijarnos en Camino 4, 4: amor (radicalidad), desasimiento (pobreza, personal y comunitaria), humildad (ser reales)

“Aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar”.

“No consintamos que sea esclava de nadie nuestra voluntad, sino del que la compró con su sangre”.

“Acostumbrarse a soledad es gran cosa para la oración, y pues este ha de ser el cimiento de esta casa, es menester traer estudio en aficionarnos a lo que a esto más nos ayuda”.

(Notas tomadas a partir del Diccionario de Santa Teresa)


FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...