martes, 19 de noviembre de 2019

CAMINANDO CON TERESA (10): DEFENSA DE LA ORACIÓN...

El capítulo 21 de CAMINO es una defensa  audaz de la oración, el corazón del libro de Teresa. Ella toma partido en la polémica que se establece entre teólogos e inquisidores contra contemplativos y espirituales; polémica en la que participan grandes figuras de la Iglesia de su tiempo: Melchor Cano, Fernando de Valdéz, Granada, Carranza, Juan de Ávila, Francisco de Borja... Ellas, mujeres dedicadas a la oración, llamadas a la contemplación, no pueden soslayar esta situación conflictiva, deben posicionarse, tener ideas claras sobre este asunto, y defender su opción vital. Es lo que hace Teresa. 

  En el borrador del libro Teresa había dividido el tema en dos capítulos, pero luego en la redacción definitiva los unió, pero insistiendo en los mismos temas: conjurando miedos y  disparando contra opositores de carne y hueso. Es un capítulo audaz, que se lee con ganas, y en el que aparece la mujer valiente, irónica y atrevida, que defiende un camino para ella y sus hermanas de San José. Se trata de la tensión conflictiva, presente siempre en la historia de la espiritualidad cristiana, entre acción y contemplación, o más bien de la resistencia de la acción a la contemplación. Los orantes eran mirados con sospecha y aprensión, puestos a la par de luteranos e iluminados. 

Al escribir este capítulo, Teresa tiene muy presente su propia experiencia: en torno a sus 40 años ella desemboca en el océano de la contemplación, con grandes gracias místicas, para convertirse en una orante convencida y proselitista. Pero esa hora de gracia acaece en un momento de crispación eclesial en su entorno, con ramalazos de ortodoxia y antifeminismo. De la reacción contra  casos aislados se pasa al rechazo de toda experiencia de mujer, sin excepción. Y también se recela de todo libro escrito en lengua vulgar, y contra la comunión frecuente... Ella cuenta en Vida 26,5 que se le impone la entrega de los libros de oración que solía utilizar, y algún teólogo llegó a prohibirle la oración y la comunión, e imponerle gestos grotescos, hasta llenarla de temores. 

En resumen: quitarle los libros, quitarle las comuniones, prohibirle la oración y llenarla de miedos.  Así, cuando Teresa escribe este capítulo todo eso ya quedó atrás, pero está fresco en su memoria, y no quiere que sus lectoras pasen por lo mismo, ni que asuman prejuicios contra la vida orante o la formación espiritual a base de libros comprensibles. 


Ahora se podrá entender mejor el ímpetu con el que Teresa escribe estas páginas, y lo mismo otras partes del libro. Rechaza y condena todo eso con una frase: esos que quitan libros y atacan la oración y a los contemplativos, "huyen del bien para librarse del mal. Nunca tan mala invención he visto. ¡Bien parece del demonio!".  Teresa lo tiene claro. Cada vez que en la Iglesia prevalece el miedo al mal sobre el amor al bien se produce esa fuga fatal: huir del bien para librarse del mal.

Esta defensa de Teresa continúa luego en el capítulo siguiente, pero ahora dialoga con sus lectoras en un tono maternal y a la vez combativo. Estas son las ideas fundamentales:

1. Nada de miedos: ni incertidumbres ni encogimientos; altos ideales y pensamientos. 
2. La oración es camino seguro, real, divino.
3. Comenzar fundadas en palabras del Evangelio, que esas no se las pueden quitar. 
4. No basta comenzar con miedo: hay que hacerlo con una "determinada determinación". 
5. Determinarse sí, pero sin arrogancia ni autosuficiencia, con humildad. 

 Ya podemos imaginar que estas páginas de CAMINO sufrieron lo suyo a la hora de editarse y publicarse, por el recelo de teólogos y censores; unos celosos de la doctrina, y otros cuidando la ortodoxia de Teresa para que no sufriera tropiezos la divulgación de sus escritos. En aquellos tiempos recios queda visible la postura de unos y de otros...

(Ideas resumidas a partir de los escritos del P. Tomás Alvarez, ocd).




FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...