viernes, 20 de septiembre de 2013

SANTA TERESA Y LA SAGRADA ESCRITURA

"...Por cualquier verdad de la Sagrada Escritura, me pondría yo a morir mil muertes". (Vida, 33, 5)
Me han pedido predicar en la Novena a Santa Teresa, y el tema propuesto es "Teresa y la Biblia". Es decir, el lugar que ocupa la Sagrada Escritura en la espiritualidad teresiana. No creo que la misa se preste para una disertación académica sobre el tema, ni me interesa tampoco darla, sino el ofrecer algunas luces que permitan valorar y aprovechar mejor el legado espiritual de nuestra fundadora, y seguir creciendo en el propio camino como cristianos.
Yo diría que lo curioso del tema es que Teresa no tuvo nunca una Biblia para su lectura o su oración, no pudo leerla, aun cuando ella fue una lectora precoz, inducida por su padre y su tío. Y no la tuvo por la sencilla razón de que la Biblia en aquel tiempo no estaba al alcance de cualquiera, y los ejemplares a mano solían estar en latín. Cuando la imprenta permitió que aparecieran traducciones a las lenguas nacionales, enseguida fueron añadidas al índice de libros prohibidos que la Iglesia tenía, pues se temía que el pueblo llano la malinterpretara. Así, si algo caracterizó a los católicos hasta hace no tanto tiempo fue que no leían la Biblia.
Ahora bien, a pesar de lo anterior, Teresa conoció pasajes bíblicos y veneró la Sagrada Escritura, y las más de 600 citas en sus obras son ejemplo de ello. Teresa accede al texto bíblico, a sus figuras e imágenes, a través de otras lecturas, predicadores, etc, y las valora en su justa medida. Dice que conoce algún texto de boca de otras religiosas en sus años mozos, y que medita cada noche en la oración del huerto, y que lee la Pasión, y todo eso va sembrando en ella el amor a Cristo. Luego, como religiosa, rezará regularmente el Breviario, y participará de la Misa, y conocerá de la Regla del Carmelo. Y sobre todo, leerá mucho, y aprenderá a orar con los libros, y en ellos, en sus comentarios, irá descubriendo  que todos ellos tienen como trasfondo y fundamento la Palabra de Dios.
 Y por si todo lo anterior no fuese suficiente, también a través de su trato con sacerdotes, confesores y consultores, buenos teólogos en su mayoría, Teresa encuentra una fuente importante de conocimiento de la Escritura.
"Cuando se quitaron muchos libros de romance, que no se leyesen, yo lo sentí mucho", escribe Teresa en Vida 26, 5.

Apuntamos como datos curiosos los siguientes, respecto al tema que comentamos: En sus escritos cita Teresa hasta 47 libros bíblicos distintos: 26 del Antiguo Testamento (200 citas) y 21 del Nuevo Testamento (400 citas). El más citado es el Evangelio, y luego San  Pablo, los Salmos y El Cantar de los Cantares... Algunos son citados literalmente, y otros mediante referencias o evocando personajes concretos. Todos sus libros están repletos de citas:
Moradas: 132
Vida: 118
Camino: 105
Fundaciones: 34
Dos libros merecen especial atención , porque siendo pequeños, de pocas páginas tienen una gran densidad bíblica:
Exclamaciones: 66 citas en unas 20 páginas
Meditaciones de los Cantares: 42 citas.

Podemos decir que Teresa, aunque no haya podido leer directa y enteramente la Biblia, ha llegado a tener un conocimiento hondo de la misma.
Teresa, que tuvo una extraña facilidad para hacer suyo e identificarse con lo que leía (Vidas de Santos, Libros de caballería), al ir conociendo los textos bíblicos fue percibiéndolos como Palabra Viva de Dios, estimulante y provocadora. Ella, buscando la Verdad  y el Amor de Dios, los encuentra también a través de la lectura espiritual e íntima de los textos bíblicos.
 Teresa, así, acabó convirtiéndose ella misma, convirtiendo su vida, en Palabra de Dios experimentada.
 Toda la vida de Santa Teresa tiene como fuente de su espiritualidad la Sagrada Escritura. Ella misma se convirtió en "Evangelio vivo", en testigo de lo que Dios hace con quienes "escuchan su Palabra y la cumplen".

(Resumen-recreación de texto que aparece en el DICCIONARIO DE SANTA TERESA)

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...