domingo, 6 de octubre de 2019

CAMINANDO CON TERESA (2): PREOCUPADA POR LA IGLESIA

TERESA dedica el primer capítulo de CAMINO a explicar lo que la motivò a emprender  su obra fundacional, primero en su convento de San Josè de Àvila; al leerla, procuramos meternos en el interior de sus sentimientos y propósitos, para que iluminen de alguna manera nuestro camino de fe.

"En este tiempo vinieron a mi noticia los daños de Francia y el estrago que habían hecho estos luteranos y cuánto iba en crecimiento esta desventurada secta. Diome gran fatiga, y como si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal. Parecíame que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las muchas que allí se perdían. Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en el servicio del Señor, y toda mi ansia era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que ésos fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese y procurar que estas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo, confiada en la gran bondad de Dios, que nunca falta de ayudar a quien por él se determina a dejarlo todo; y que siendo tales cuales yo las pintaba en mis deseos, entre sus virtudes no tendrían fuerza mis faltas, y podría yo contentar en algo al Señor, y que todas ocupadas en oración por los que son defendedores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío...". 

¿Què nos mueve hoy a nosotros en el camino de la fe?
¿Cuàles son nuestras motivaciones?
¿Nos sentimos solidarios con las causas de la Iglesia y de los Pobres?
¿Convertimos nuestra oraciòn en una fuerza al servicio del Evangelio, o nos limitamos a pedir siempre por las necesidades propias, como si Dios no supiera lo que realmente necesitamos?

 "Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, como dicen, pues le levantan mil testimonios, quieren poner su Iglesia por el suelo, ¿y hemos de gastar tiempo en cosas que por ventura, si Dios se las diese, tendríamos un alma menos en el cielo? No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia".

 Esta frase no es para que confirmemos lo mal que va todo allà fuera (como si nosotros estuvièsemos en otra parte, y no fuèsemos corresponsables del mal que existe), sino para dejarnos de tonterìas y caprichos, y centrarnos en lo que es realmente importante.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...