lunes, 28 de octubre de 2019

SUFRIR UN POCO POR AMOR DE DIOS


"Acordaos qué de pobres enfermos habrá que no tengan a quién se quejar. Pues pobres y regaladas, no lleva camino. Acordaos también de muchas casadas; -yo sé que las hay- y personas de suerte, que con graves males, por no dar enfado a sus maridos, no se osan quejar, y con graves trabajos. Pues ¡pecadora de mí!, sí, que no venimos aquí a ser más regaladas que ellas. ¡Oh, que estáis libres de grandes trabajos del mundo, sabed sufrir un poquito por amor de Dios sin que lo sepan todos! Pues es una mujer muy malcasada, y porque no sepa su marido lo dice y se queja, pasa mucha malaventura sin descansar con nadie, ¿y no pasaremos algo
entre Dios y nosotras de los males que nos da por nuestros pecados? ¡Cuánto más que es nonada lo que se aplaca el mal!".



"Acordémonos de nuestros Padres santos pasados ermitaños, cuya vida pretendemos imitar: ¡qué pasarían de dolores, y qué a solas, y de fríos y hambre y sol y calor, sin tener a quién se quejar sino a Dios! ¿Piensan que eran de hierro? Pues tan delicados eran como nosotras. Y crean, hijas, que en comenzando a vencer estos corpezuelos, no nos cansan tanto. Hartas habrá que miren lo que es menester; descuidaos de vosotras, si no fuere a necesidad conocida. Si no nos determinamos a tragar de una vez la muerte y la falta de salud, nunca haremos nada".

(Camino 11, 3 y 4, Santa Teresa)

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...