"Cada persona humana tiene una vida espiritual, y creo que muchos jóvenes, y personas mayores, tienen dentro una conversación que se podría llamar espiritual. Nosotros religiosos y religiosas, tenemos que ser esas personas con las cuales aquellas personas tengan la posibilidad de conversar. Debemos construir también un ambiente en el cual una persona que empieza a reconocer una llamada interior pueda ser ayudado a fortalecer su sentimiento y intuición. En cuanto a la vida consagrada misma, es cierto, en el momento en que la vida, o la forma de vivir, no habla más de Jesús, o del Evangelio, o de una apertura al Espíritu Santo, o de la madurez cristiana o de un verdadero espíritu misionero, entonces tenemos que cambiar, y saber cambiar, todo lo que podría ser un falso testimonio, todo lo que es una creación puramente humana y ciertos estilos obviamente alienantes".
Padre Míċéal O’Neill
Prior General O. Carm.