lunes, 23 de diciembre de 2013

ESPERAR CON MARÍA...

Lo primero, el SÍ de Dios al mundo. Lo necesario, lo vital, el SÍ del hombre y del mundo, a través del hombre, a Dios. El hombre es el encargado del mundo, su administrador. Ha de ponerlo todo al servicio de sí mismo, pero no como dueño, sino como quien ha de rendir cuentas, es decir, responsablemente, pues fue creado libre. MARÍA es figura de ese SÍ necesario, liberador, que lo creado ofrece a su Creador. María es la mujer del Adviento, la que se atreve a esperar, más allá de realidades concretas y turbadoras. Me atrevo a decir que ella es la mujer que sueña, la que ofrece un modelo para el "alma" que acepta entrar en una senda de renovación y encuentro con el Otro, el Infinito, el Inconmensurable. Dice San Bernardo que toda la creación aguardaba expectante la respuesta de María. Pero María no es básicamente la figura única, sino la figura integradora de un SÍ progresivo, un SÍ creciente, un SÍ amoroso; es el asentimiento de una Humanidad que es toda ella Cuerpo de Cristo sin saberlo. María es por eso también imagen de la Iglesia, que también ha de trocar el No en SÍ, que ha de descubrirse día tras día llena de Gracia, y permitirle a su Señor que la transforme nuevamente en lo que Él quiere.

Nosotros también esperamos con María, con la Iglesia, con la Humanidad; anhelamos la novedad de Dios. 
 ¿Encontrará lo nuevo espacio en nosotros?

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...