lunes, 30 de diciembre de 2013

HABLANDO DE SANTA TERESA...

Muy a menudo cuando se habla de Teresa, y de otros hombres y mujeres santos, se resaltan demasiado aquellos elementos particulares que entendemos la hacen diferente al resto de los seres humanos; al final queda como conclusión que fue una mujer extraordinaria, que tuvo experiencias místicas únicas, que recibió dones que nadie ha recibido, y entonces decimos: Qué bien, Teresa, es admirable, pero imposible imitarla, ser como ella, tener sus experiencias. Entonces todos sus escritos que describen la interioridad del alma frente a Dios no vale la pena conocerlos, porque hablan de cosas que me son totalmente ajenas.

Yo creo que no es así. Que lo que Teresa ha vivido es la experiencia que vive todo ser humano que se arriesga a entrar en la senda de la interioridad, en el camino de Dios. Salvo algunos elementos propios, que los tenemos todos, hay elementos comunes a todos también; por eso el testimonio de Teresa ha seguido siendo importante y conocido durante siglos, por eso sus escritos siguen siendo actuales. Cuando leemos lo que ella escribió, estamos haciendo también lectura de nuestro mundo interior, al que ella ha dado palabras para expresarse. Los elementos comunes a toda experiencia de conversión y encuentro con Cristo están en San Agustín y sus "Confesiones", en la "Vida", de Teresa, y en "La montaña de los siete círculos" de Thomas Merton. Son tres libros que no han dejado de ser referentes cuando se piensa y habla de la transformación espiritual, y eso no es casual. Lo que estos tres cristianos vivieron y contaron vale como estructura simbólica, psicológica y experiencial, para que cada lector, cada creyente, o no creyente, entre en los laberintos de su propia alma, y allí, en ese "castillo interior" descubra al Amado y se goce en Él. Esa misma simbología espiritual está en la Biblia, por eso encontramos ecos bíblicos en estas tres autobiografías espirituales. Sirva esta reflexión para invitar, una vez más, a conocer a Santa Teresa, a leer lo que nos legó escrito, y a formar parte del círculo de sus hijos e hijas espirituales.



FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...