domingo, 8 de diciembre de 2013

VALORES HUMANOS EN EL CARMELO TERESIANO

"Resulta instructivo estudiar las pequeñas comunidades carmelitanas que Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz instituyeron con el único propósito de formar a contemplativos. En primer lugar siempre habían de ser pequeñas y selectas. Una comunidad de veinte miembros ya era demasiado grande. Como máximo podían tener veintidós miembros. La disciplina era estricta y bien mantenida. Pero la observancia siempre se comprendía de una forma amplia e inteligente. El superior era más que un director. La oración se tomaba muy en serio, junto con la penitencia, el silencio, la soledad, el ayuno y el trabajo. Pero los valores humanos no se olvidaban y cuando surgía algún conflicto entre los valores humanos y la oración, Santa Teresa favorecía los primeros. Para convencerse de ello sólo hay que leer el largo capítulo VI del Libro de las Fundaciones, donde ella muestra cómo los que se han dejado llevar por exageraciones y engaños en su forma de orar han de distraerse de aquello que consideran espiritual para tomar contacto con las realidades humanas y cotidianas de la vida. En los conventos carmelitanos de Santa Teresa los momentos de esparcimiento eran siempre alegres y la misma santa cantaba, bailaba y tocaba el laúd en ellos. San Juan de la Cruz llevaba a sus frailes a meditar a las montañas y le encantaba hablarles de Dios en medio de la belleza de la naturaleza. Santa Teresa valoraba la inteligencia y el equilibrio humano hasta tal punto que decía que estaba dispuesta en cualquier momento a permitir que una regla se suavizara a favor de un buen teólogo que deseara convertirse en carmelita, si esto iba a ayudarle a adaptarse a su nueva vida".

Thomas Merton
"La experiencia interior", 182.

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...