jueves, 23 de enero de 2014

PARA LEER A TERESA DE JESÚS... VIDA 1

Cuando queremos leer de una manera más pausada y reflexiva un texto cualquiera,  es útil disponer o preparar unos esquemas que nos ayuden a tener una visión más amplia del camino a recorrer, y unas señales que nos permitan captar mejor lo esencial del contenido.  Vamos a intentar ofrecer aquí unas pautas generales de lectura para los primeros capítulos de la VIDA de santa Teresa.

PRIMER CAPÍTULO:  Teresa niña. En su casa, huérfana de madre. Teresa comienza a contar su vida; tiene 50 años de edad cuando relata estos primeros episodios, acaecidos entre los seis y los catorce años de edad. Pero es joven de alma Hace poco más de diez años, se ha convertido de raíz, y ha renacido a una vida nueva. ella misma es persona nueva. Al evocar el cuadro de la infancia, lo llena de luz y de amor. Sin sombras. Dios lo hizo todo bueno para Teresa, le ofreció todo para que ella tocará el cielo. Está secretamente convencida de que la vida que estrenó de niña tenía un sentido profundo, y la búsqueda de ese sentido servirá para enhebrar los episodios. Así lo dice ella cara a cara con Dios en la primera oración del libro, su soliloquio en el número 8.

ESQUEMA DEL CAPÍTULO
- Del 1 al 4, el hogar. Personas que lo componen.
- Del 4 al 7, ella y su niñez, las primeras lecturas y la fuga, los juegos y prácticas piadosas, perdida de la madre y acogida de la Virgen.
- El número 8, todo lo anterior se vuelve motivo de oración.

CRONOLOGÍA:  de 1521 a 1529. Desde el "despertar" de Teresa a los 6 o 7 años, hasta la orfandad, cuando va a cumplir los 14.

 Es importante señalar que el relato de Teresa no es mera historia recordada, sino revisada e interpretada a la luz de la fe, y por eso adquieren los acontecimientos un nuevo significado desde el momento de madurez, humana y espiritual, que la autora vive.
 Algunos autores han señalado que este primer capítulo de VIDA puede leerse simbólicamente en paralelo con el relato de la creación en Génesis; Dios lo ha hecho todo bueno en Teresa. Ella describe su hogar, su familia y su niñez como una especie de paraíso original. 

"¡Oh Señor mío!, pues parece tenéis determinado que me salve, plega a Vuestra Majestad sea así; y de hacerme tantas mercedes como me habéis hecho, ¿no tuvierais por bien -no por mi ganancia, sino por vuestro acatamiento- que no se ensuciara tanto posada adonde tan continuo habíais de morar? Fatígame, Señor, aun decir esto, porque sé que fue mía toda la culpa; porque no me parece os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad no fuera toda vuestra. Cuando voy a quejarme de mis padres, tampoco puedo, porque no veía en ellos sino todo bien y cuidado de mi bien. Pues pasando de esta edad, que comencé a entender las gracias de naturaleza que el Señor me había dado, que según decían eran muchas, cuando por ellas le había de dar gracias, de todas me comencé a ayudar para ofenderle, como ahora diré"

FRANCISCO HABLA DE TERESA

“En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida ...