"La bendición es revelar la verdad escondida de las cosas y de las personas, porque cuando somos bendecidos el Señor rescata de nosotros aquello que está amenazado, escondido debajo de una máscara.
Bendecir por tanto es sacar a la luz la verdad escondida, sacar brillo, quitar el polvo, descubrir la belleza que hay en ti, que ha dejado El en tu historia.
Rescatar siempre, de nuevo, una mirada que quita el polvo del desprecio de mí, la sensación de una mirada que despierta la vida, que hace sentir que no has de compararte, que aun siendo torpe tu vida es territorio donde Dios se hace presente, con una presencia cariñosa, cercana, poderosa, canal de bendición, aunque te sientas pobre.
Dios no necesita que seas más fuerte o más sabio, lo que necesita es tu confianza: "aquí tienes mi pobreza", y desde mi pobreza Dios hace maravillas y me invita al desprendimiento de mi.
Para dejar al Señor que sea el protagonista: aquí está la verdadera alegría."
Fr. Miguel Mª