"La oración teresiana no es ni una práctica de piedad ni una forma de meditación, sino la vida interior misma como relación personal con Cristo en el Espíritu Santo, por sus grandes dones que son la fe, la esperanza y la caridad. Esta es la vida bautismal que se debe desarrollar en el crecimiento espiritual que va desde las primeras a las séptimas moradas... La dinámica del Castillo Interior de Teresa de Jesús es la dinámica de la oración como camino de vida interior, como conversión progresiva de la exterioridad a la interioridad, de la superficialidad a la profundidad".
Francois-Marie Léthel (artículo sobe el beato María Eugenio del Nino Jesús, ocd)
Revista de Espiritualidad #301, octubre/diciembre 2016.