Si revisamos la
biografía de San Juan de la Cruz y en especial su período universitario, vamos
a encontrar algunos elementos interesantes para comprender mejor su propuesta
espiritual. La llamada “observancia”, promovida por el P. Doria en el Carmelo
Descalzo pareció tener en Juan de la Cruz un importante paladín. Pero, hasta
qué punto es eso cierto? La biografía del santo, ya lo hemos dicho, está aun
incompleta. Sus hagiografías buscan siempre presentarnos un modelo y no tanto a
una persona humana que se labra a golpes de martillo, el de la Gracia, para
alcanzar la santidad. Por ejemplo, en la vida de San Juan de la Cruz escrita
por el P. Quiroga en 1628 este aparece como no penitente, no apostólico, sino
puramente contemplativo. En 1641 Ezquerra nos ofrece un retrato de Juan de la
Cruz como penitente y observante, y así sucesivamente. Luego del concilio
Vaticano II sus biógrafos insisten más en un hombre de posiciones humanistas,
apostólico y orante.
En Juan de la Cruz
coexisten elementos contrarios que se conjugan en diferentes momentos de su
vida: sensorialidad imaginativa, contemplación, ascesis, intelectualidad,
humanismo. El santo vivió 37 años en Castilla la Vieja, 2 años en Castilla la
nueva, y 10 años en Andalucía; si cotejamos cada uno de esos sitios donde vivió
caemos en la cuenta de que estuvo en sitios apartados unos 3 o 4 años, mientras
que durante 20 años vivió en lugares muy poblados. El arquetipo de un Juan de
la Cruz eremítico y retirado no parece que sea cierto.
En esta época el
noventa por ciento de la población era analfabeta y lo era por supuesto la
familia del santo, quien recibe la oportunidad de formarse en el Colegio de los
doctrinos, para luego educarse con los jesuitas, de los que recibe una
formación humanista y latina. Por contraste, Juan combina estudios con el
trabajo en el hospital de sifilíticos. Finalmente encontramos a Juan de la Cruz
en el ambiente de la más importante Universidad del ámbito español de su
tiempo: Salamanca. Habían unos 6000 estudiantes, y eran frecuentes los
conflictos y bandos intelectuales, y la presencia inquisitorial. En 1558,
mientras los estudiantes exigen que se enseñe más Biblia en la universidad,
Juan abandona sus estudios y se va a Duruelo para comenzar la reforma teresiana
en los frailes.
Juan es deudor, por
supuesto, de una mentalidad. Para el rey español, figura importante de las
reformas eclesiales de la época, religioso es sinónimo de penitente; en Juan de
la Cruz está un deseo urgente de irse a la Cartuja. Ello suponía renunciar al
estudio de la teología escolástica y renunciar a las probabilidades de
promoción social. Cuando Teresa le conquista para su ideal Juan veía las cosas
de esa manera, pero luego le vemos en Pastrana, intentando mitigar excesos
penitentes del maestro de estudiantes, y en Alcalá dirigiendo y animando el
colegio. De Duruelo a Alcalá hay un camino, un proceso, una conversión en Juan
de la Cruz. (Continuará…)
El carmelita Fray
Juan de la Cruz vive diversas etapas en su andadura religiosa, intelectual y
espiritual. Veamos algunos datos al respecto:
En
Ávila: Ciudad textil con unos 15 000 habitantes, 20 % de nobles. Fue
allí confesor de la Encarnación. Es una de las etapas más importantes en la
vida del santo, y en la clarificación de su camino personal. Comparte y
confronta a Teresa, que ya es una mujer madura, y tiene escritos Vida y Camino.
Esta etapa tendrá un final crítico en la batalla con los Calzados y la cárcel
de Toledo.
Baeza: Entre 1579 y 1581. Andalucía, geografía fascinante.
Sensorialidad subida. En el siglo XVI Baeza era una ciudad muy importante. (25
000 habitantes, más que Ávila, Medina o Salamanca). Población muy conflictiva y
mezclada: judeoconversos, moriscos, oligarquías nobiliarias potentes, abundante
clero). Zonas de exaltación religiosa y búsqueda de experiencias particulares.
Conflictos con la Inquisición.
A este sitio es enviado Juan de la Cruz, para
fundar un colegio de estudiantes, similar al de Alcalá, asociado a la
universidad. Aquí Juan es un letrado
moderado frente a la sensorialidad desbordada de Andalucía. De este período
es el corpus de sus obras.
Granada:
Entre 1582 y 1588. Más poblada aun que Baeza: 33 000 habitantes. Arquitectura
islámica. Presencia morisca. Autos de fe. Tenía también una universidad. Allí
Juan será Prior de los Mártires (zona de poco tránsito) y vicario provincial de
Andalucía. Comunidad sin estudiantes, iglesia de poco culto. Es un territorio
campestre e idílico. Es una etapa de libertad sensitiva en Juan de la Cruz, con
viajes más frecuentes, salidas campestres y grandes distancias. De esta época
hay más testimonios de la dirección espiritual del santo. Poco gusto por los
sermones, más intimista. Escribe mucho. Es una etapa de poca sociabilidad,
desarrollando su más importante actividad literaria y redactando la casi
totalidad de sus obras en prosa.
IMPORTANTE:
A modo de resumen podemos decir acerca del
Juan de la Cruz que era:
1- Pobre marginal, con una
educación privilegiada.
2- Retirado y
contemplativo, que reside en las villas más pobladas.
3-Amante del silencio, con
un fortísimo magisterio oral, y abundante obra escrita.
4- Tendencia a lo sobrio,
pero de una gran sensibilidad, una erótica del sentido.
5- Formación escolástica y
dialéctica, pero también importante formación humanista.
6- Mística de la negación,
y a la vez autor del Cántico, que es una explosión sensorial.
7- Poeta y escolástico.